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CECILY LIU / CHINA DAILY – La gente en occidente aún no se
puede creer lo que ha cambiado China en los últimos veinte años, dice un
corresponsal de la BBC.
“La diferencia entre la China de antes y la de ahora, en mi opinión, no les queda claro a los de occidente”, dice Humphrey Hawksley, que en 1994 abrió la oficina de la BBC en Pekín.
Sin embargo, la “imagen de China para los occidentales ha cambiado en los últimos años, de ser un misterioso país en vías de desarrollo a una potencia económica que empuja la economía global”, dice.
Hawksley recuerda sus primeros días en China cuando era difícil conseguir editores interesados en historias que no estuviesen vinculadas a críticas de occidente por la falta de democracia al estilo occidental en China.
Pero con los años, China ha logrado un crecimiento económico enorme, hecho que ha sacado a una gran parte de la población de la pobreza. China ha mostrado al mundo que esas cosas pueden lograrse sin democracia al estilo occidental. China está “ganando la partida”, dice.
Con eso quiere decir que para otras economías emergentes, China ha presentado un modelo alternativo de crecimiento económico, que a menudo es lo que están buscando.
“En mis viajes por el mundo, en las zonas más pobres de África o América Latina, la gente quiere que sus hijos estén a salvo, quieren una clínica cerca de casa, quieren una carretera.
Aunque el éxito económico de China es increíble, dice, no ha llegado por sorpresa, habiendo conocido a algunos de los líderes políticos del país en la década de los 90.
Una figura memorable para él es Zhu Rongji, quien fuera alcalde de Shanghai entre 1987 y 1991, tiempo durante el cual Hawksley lo entrevistó.
En su oficina tenía un gran mapa de Shanghai que puso en el suelo. Estábamos todos mirando hacia el suelo cuando dijo: “vamos a hacer esto y aquello, y en 2020 vamos a tener mejores infraestructuras que en Nueva York”.
Zhu más tarde se convirtió en vice primer ministro y después primer ministro del país, entre 1998 y 2003.
Aunque Hawksley espera un crecimiento enorme en Shanghai, quedó asombrado con la transformación cuando regresó.
Para un país que sale de la pobreza, la infraestructura simboliza la esperanza de una vida mejor y un sentido de propósito y de futuro, dice.
El punto de inflexión de la percepción de occidente sobre China fue la crisis financiera de 2008, dice, cuando China luchó contra la crisis codo a codo con los países occidentales y se ganó el respeto de ellos.
“Durante la crisis financiera de 2008, las instituciones occidentales cayeron en picado. China podría haberse aprovechado de esta situación para debilitar a occidente… porque poseía los bonos del Tesoro de Estados Unidos, pero no lo hizo.
“Los países de occidente se dieron cuenta de que China podría ser ‘un aliado imprescindible en épocas de crisis”.
Tal realización ha hecho que los países de occidente consideren a China como una potencia económica importante, y cada vez más líderes de occidente tratan con dirigentes chinos sobre comercio e inversión, sin tener que sacar el tema de la “democracia”, dice.
Habiendo presenciado el milagro económico de China, Hawksley dice que la intervención del gobierno en el desarrollo de infraestructuras y fabricación es un aspecto importante del éxito de China.
Ambos aspectos de la economía china requieren del liderazgo del gobierno. Este avance no se podría haber logrado sin la ayuda de las instituciones públicas.
Hawksley entró a formar parte de la BBC en 1981. Desde principios de los noventa ha viajado por China con frecuencia en una misión. Cuando abrió la oficina de la BBC en Pekín, solo eran él y un técnico de cámara, pero juntos han informado de muchas historias memorables. China en aquellos días era todavía misteriosa para los extranjeros.
“Los occidentales que pasan años estudiando chino quieren mantener ese misterio. Puedes crear misterio alrededor de todo lo que quieras, pero esencialmente no existe”.
Hawksley dice un ejemplo es el “guanxi”, que significa “conexión social”, un concepto que los occidentales a menudo usan para explicar por qué muchas cosas se hacen de diferente manera en China. Pero en realidad las conexiones sociales ayudan a que se consigan las cosas en cualquier país, no solo en China, dice.
En los últimos años, el crecimiento de los medios occidentales en China ha ayudado también a desmitificar China, dando al público extranjero una visión más objetiva y multifacética de China, dice Hawksley.
“China tiene ahora más prensa extranjera, y tiene su propia prensa que realiza investigaciones bastante buenas. Los medios de comunicación son mucho más libres que hace veinte años.
“La diferencia entre la China de antes y la de ahora, en mi opinión, no les queda claro a los de occidente”, dice Humphrey Hawksley, que en 1994 abrió la oficina de la BBC en Pekín.
Sin embargo, la “imagen de China para los occidentales ha cambiado en los últimos años, de ser un misterioso país en vías de desarrollo a una potencia económica que empuja la economía global”, dice.
Hawksley recuerda sus primeros días en China cuando era difícil conseguir editores interesados en historias que no estuviesen vinculadas a críticas de occidente por la falta de democracia al estilo occidental en China.
Pero con los años, China ha logrado un crecimiento económico enorme, hecho que ha sacado a una gran parte de la población de la pobreza. China ha mostrado al mundo que esas cosas pueden lograrse sin democracia al estilo occidental. China está “ganando la partida”, dice.
Con eso quiere decir que para otras economías emergentes, China ha presentado un modelo alternativo de crecimiento económico, que a menudo es lo que están buscando.
“En mis viajes por el mundo, en las zonas más pobres de África o América Latina, la gente quiere que sus hijos estén a salvo, quieren una clínica cerca de casa, quieren una carretera.
Aunque el éxito económico de China es increíble, dice, no ha llegado por sorpresa, habiendo conocido a algunos de los líderes políticos del país en la década de los 90.
Una figura memorable para él es Zhu Rongji, quien fuera alcalde de Shanghai entre 1987 y 1991, tiempo durante el cual Hawksley lo entrevistó.
En su oficina tenía un gran mapa de Shanghai que puso en el suelo. Estábamos todos mirando hacia el suelo cuando dijo: “vamos a hacer esto y aquello, y en 2020 vamos a tener mejores infraestructuras que en Nueva York”.
Zhu más tarde se convirtió en vice primer ministro y después primer ministro del país, entre 1998 y 2003.
Aunque Hawksley espera un crecimiento enorme en Shanghai, quedó asombrado con la transformación cuando regresó.
Para un país que sale de la pobreza, la infraestructura simboliza la esperanza de una vida mejor y un sentido de propósito y de futuro, dice.
El punto de inflexión de la percepción de occidente sobre China fue la crisis financiera de 2008, dice, cuando China luchó contra la crisis codo a codo con los países occidentales y se ganó el respeto de ellos.
“Durante la crisis financiera de 2008, las instituciones occidentales cayeron en picado. China podría haberse aprovechado de esta situación para debilitar a occidente… porque poseía los bonos del Tesoro de Estados Unidos, pero no lo hizo.
“Los países de occidente se dieron cuenta de que China podría ser ‘un aliado imprescindible en épocas de crisis”.
Tal realización ha hecho que los países de occidente consideren a China como una potencia económica importante, y cada vez más líderes de occidente tratan con dirigentes chinos sobre comercio e inversión, sin tener que sacar el tema de la “democracia”, dice.
Habiendo presenciado el milagro económico de China, Hawksley dice que la intervención del gobierno en el desarrollo de infraestructuras y fabricación es un aspecto importante del éxito de China.
Ambos aspectos de la economía china requieren del liderazgo del gobierno. Este avance no se podría haber logrado sin la ayuda de las instituciones públicas.
Hawksley entró a formar parte de la BBC en 1981. Desde principios de los noventa ha viajado por China con frecuencia en una misión. Cuando abrió la oficina de la BBC en Pekín, solo eran él y un técnico de cámara, pero juntos han informado de muchas historias memorables. China en aquellos días era todavía misteriosa para los extranjeros.
“Los occidentales que pasan años estudiando chino quieren mantener ese misterio. Puedes crear misterio alrededor de todo lo que quieras, pero esencialmente no existe”.
Hawksley dice un ejemplo es el “guanxi”, que significa “conexión social”, un concepto que los occidentales a menudo usan para explicar por qué muchas cosas se hacen de diferente manera en China. Pero en realidad las conexiones sociales ayudan a que se consigan las cosas en cualquier país, no solo en China, dice.
En los últimos años, el crecimiento de los medios occidentales en China ha ayudado también a desmitificar China, dando al público extranjero una visión más objetiva y multifacética de China, dice Hawksley.
“China tiene ahora más prensa extranjera, y tiene su propia prensa que realiza investigaciones bastante buenas. Los medios de comunicación son mucho más libres que hace veinte años.
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