No es posible creer que no está más entre los vivos la heroína del pueblo salvadoreño, la legendaria Comandante Mélida Anaya Montes, que era conocida bajo el nombre de guerra de "Ana María". a asesinaron al amanecer del 6 de abril de 1983.
Mélida Anaya Montes nació el 17 de Mayo de 1929 en el pequeño poblado de Santiago Texacuangos, en la zona central de El Salvador. Fue profesora de educación media, subdirectora de la ciudad normal “Alberto Masferrer”. Se doctoró en ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador en donde impartió clases en la década de los sesenta.
A finales de esa década se convirtió en una de las principales dirigentes de la asociación gremial ANDES 21 de Junio y condujo las huelgas de profesores de 1968 y 1971, que pusieron en serios aprietos al gobierno del coronel Fidel Sánchez Hernández. Precisamente en 1970, el ex secretario general del Partido Comunista Salvadoreño, Salvador Cayetano Carpio fundó el primer grupo guerrillero de El Salvador: Las Fuerzas Populares de Liberación-Farabundo Martí (FPL).
A mediados de los años setenta, Mélida Anaya Montes, llevó el gremio magisterial al Bloque Popular Revolucionario, BPR, frente de masas de las FPL. El BPR protagonizó huelgas, tomas de templos y embajadas,manifestaciones callejeras y toda la turbulencia que presagiaban la guerra que iba a sacudir al país en los años siguientes.
La comandante
Fue hasta en los primeros años de los ochenta cuando se dio a conocer públicamente que Mélida Anaya Montes, no sólo era dirigente del gremio magisterial, sino también la segunda responsable de las FPL, con el nombre de guerra de Comandante Ana María.
Su capacidad de liderazgo no sólo la llevó a dirigir el gremio magisterial, sino también a ser la segunda en el mando de las fpl.
Para ese momento su organización junto al Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP; Resistencia Nacional, RN; Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC, y el Partido Comunista Salvadoreño, PCS, se habían unido para formar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN.
En una entrevista:
-¿Pensaba Mélida, en el comienzo de su vida, que alguna vez tomaría en sus manos una metralleta? Claro que no, si le hubieran dicho esto entonces, ella simplemente se hubiera reído. Desde su infancia ella quería ser maestra, su madre trabajaba lavando ropa o limpiando en las casas de los ricos, su padre era jornalero en las plantaciones de café. Ellos vivían en Texacuangos en donde solamente habís una escuela de dos clases y que Mélida concluyo con éxito, luego con grande esfuerzo continuo sus estudios en otra escuela situada como a dos kilómetros de su casa y que para llegar a ella debía pasar por un bosque, pero valientemente ella terminó sus estudios ahí, y es cuando sueña con ser maestra para ayudar a los niños pobres.
Continuar los estudios para maestra ya era de ir a un instituto pedagógico que estaba en la capital, y eso ya era lejos y no podía llegar a pie. Ayudada por un pariente de su padre que vivía en la capital y que le ofreció que podía vivir en su casa, asi ella se traslada y prosigue sus estudios de maestra hasta graduarse con éxito en octubre de 1943. Sus primeras lecciones las dió en una escuela del departamento de la Paz. Con sed de estudiar más, se mete a la escuela pedagógica superior, donde se destaca y se entrega al trabajo social y la eligen miembra de la Asociación de profesores de las escuelas medias de la capital.
En este periodo, principiando los años 50, el coronel Oscar Osorio es el dictador que se encuentra en el poder y este, considerándose fuerte, decidió atacar a las fuerzas democráticas y a base de represión, aplasto a la oposición. Muchos líderes estudiantiles fueron a parar a las carceles y la situación de las masas trabajadoras empeoro grandemente. El descontento de muchas capas de la sociedad era enorme, La Asociación de profesores de escuelas medias pidieron al gobierno aumento de sueldo y el cese de las represiones. Esta fue una de las reuniones que Montes intervino donde se destaco oralmente por su hablar sencillo y claro y por la capacidad de argumentar y señalar hasta los problemas más complejos.
Al no ser escuchada la Asociación de profesores de escuelas medias, Mélida entendió que solamente organizando todas las escuelas y uniendolas en una sola demanda, así si serían oidas y lo comento con sus compañeros cercanos.
Terminados sus estudios en la escuela pedagógica superior, ella es nombrada vicedirectora de la misma. Cuando era estudiante pudo leer escritos marxistas leninistas que se podían conseguir en algunas bibliotecas, ya que aún no se prohibían abiertamente y llegaban al día desde Unión Soviética. Estos libros cambiaron en mejor dirección las ideas que ella tenía respecto al futuro del país.
El escrito que ella mas le gusto fue el "poema pedagógico" del ruso Antón Makárenko, que se trata sobre la buena y mala educación que reciben los niños.
En su caminar investigativo y deseosa de seguir aprendiendo, llega a la universidad y defiende su tesis y recibe doctorado en pedagogía en el 1970, época en que el país esta convulsionado por el resurgimiento de movimientos y organizaciones revolucionarias.
EL 1970 ella se incorporó a la FPL, claro que no se incorporó de un solo, sino que paso por un tiempo de prueba como todo compañero que se incorporaba.
Comienza La pugna dentro de las FPL
Salvador Cayetano Carpio, se había curtido desde mediados del siglo pasado, como líder del sindicato de los panificadores. Desde muy joven se enroló en las filas del pro soviético Partido Comunista, la organización más antigua de la izquierda salvadoreña, de la cual llegó a ser su secretario general.
Salvador Cayetano Carpio era delgado, bajo, ojillos achinados bajo gruesos lentes de miope y una hirsuta barba que le daba un aire al mítico Ho Chin Mhin, el líder comunista de Vietnam.
En los sesentas en el partido Comunista había dos tendencias que generaban amargas pugnas: Una era comenzar la lucha guerrillera y la otra era continuar penetrando sindicatos, cooptando partidos legales e infiltrando la fuerza armada. Esta última era la línea que apoyaba el Partido Comunista de la Unión Soviética, principal padrino de todos los partidos afiliados al Movimiento Comunista internacional.
Carpio rompió con el Partido Comunista, cuando se impuso la línea de Moscú apoyada por Schafik Jorge Handal, que se convirtió en el nuevo secretario general del PCS. Carpio, junto a otros militantes que lo apoyaban fundó en 1970 las FPL. En realidad esta organización sustentaba los mismos principios ideológicos del PCS, incluso su admiración por la URSS. La diferencia estaba en los métodos de lucha. Nada más.
Como primer responsable de las FPL, Salvador Cayetano Carpio adoptó el nombre de “Comandante Marcial”. Era un hombre de ideas básicas y con un fanatismo más propio, de algunas sectas que de una organización política. A veces tomaba decisiones motivado más por el rencor personal, que por estrategias militares
Cayetano carpio era delgado, de baja estatura, ojos achinados bajo gruesos lentes de miope y una hirsuta barba que le daba un aire al mítico Ho Chin Mhin, el líder comunista vietnamita... Rompe lazos con el partido comunista salvadoreño y funda en 1970 las Fuerzas Armadas de liberación, fpl, donde pasa a llamarse “comandante marcial”. Esta organización asentaba los mismos principios ideológicos del PCS, pero se diferenciaba en sus métodos de lucha.
¿Carpio, culpable o inocente?
Las FPL, en diciembre de 1983, ya bajo el mando de Salvador Sánchez Cerén, emitieron un comunicado, en el que públicamente acusaron a Marcial de haber ordenado el asesinato de Ana María y de haberse “descompuesto ideológicamente”.
Algunas fuentes de alto nivel en el FMLN, aseguran que altos dirigentes cubanos y nicaragüenses obligaron a Marcial a suicidarse, sin embargo no hay suficientes indicios que sostengan esta especie.
En el alegato el abogado defensor de Bazzaglia, Alejandro Gutiérrez Mayorga, dijo que los grandes responsables del crimen de Mélida Anaya Montes son “los enemigos del pueblo salvadoreño que han obligado a los jóvenes y niños de El Salvador a aprender a luchar con las armas en la mano y los han conducido a una escuela en la cual se aprende a disparar para defender tiro a tiro los puntos de vista considerados justos”.
Bazzaglia, quien en el juicio sostuvo que la decisión fue personal, dijo que “la profunda calidad humana de nuestra practica revolucionaria nos imponía la obligación de ejecutar el objetivo sin el propósito de causar sufrimiento innecesario”. Agregó que ordenó el crimen porque “deseaba fervientemente y con profundo amor revolucionario el triunfo de la revolución salvadoreña, lo cual Ana María ponía en peligro”.
El juzgado segundo del crimen de Managua que ventiló el caso, sobreseyó definitivamente a Marcial del crimen de Mélida Anaya Montes. Rogelio Bazzaglia y el resto del comando que cometió el asesinato fueron puestos en libertad por una amnistía del gobierno de Violeta Chamorro.
Un ejemplo de ello ocurrió cuando en una manifestación del BPR, en mayo de 1979, fue abatida a balazos la profesora Emma Carpio, hija de Marcial. Enfurecido, Marcial ordenó el asesinato del ministro de educación Carlos Herrera Rebollo, quien fue ametrallado, cuando se dirigía en automóvil a su despacho en el centro de San Salvador.
El FMLN estaba convencido de que la revolución triunfaría en enero de 1981. Incluso sus principales jefes, que dirigían la guerra desde Managua, donde los sandinistas les habían dado elegantes residencias ubicadas, la mayoría, en la Carretera Sur, tuvieron amargas discusiones por el reparto de ministerios.
Sin embargo, la ofensiva del 10 de enero de ese año, no fue la final, sino la inicial de una guerra que se prolongaría hasta enero de 1992. Luego del fracaso de la ofensiva la mayoría de jefes guerrilleros impulsaron la idea de proponer al gobierno una amplia negociación para poner fin a la guerra y establecer un Gobierno de Amplia Participación integrado por representantes de sectores de toda la sociedad.
Sin embargo Marcial, rechazó esa estrategia. Sostenía que se debía luchar hasta el fin para establecer un gobierno con hegemonía de los obreros y campesinos y que la única negociación posible era la que llevaría a “rendirse al ejército y a la burguesía”. En enero de 1983, la mayoría de jefes guerrilleros de las FPL, liderados por Mélida Anaya Montes, se puso en contra de las extremas posiciones de Marcial.
En el fondo ambas posiciones querían el mismo objetivo: utilizar el mecanismo de diálogo y negociación con el enemigo como un arma para ganar espacios políticos mientras se hacía la guerra. La diferencia estaba en las formas de impulsar la estrategia y en las desconfianzas ideológicas hacia los potenciales aliados de “la burguesía”.
Marcial, a quien en las FPL se le rendía un verdadero culto, estaba herido en su amor propio. Sus posiciones estaban siendo derrotadas no sólo por las demás organizaciones del FMLN, sino por sus mismos compañeros de la FPL, la organización que el creó para “hacerle la guerra a los ricos y darle el poder a los pobres”. Su liderazgo estaba siendo desplazado por el de la comandante Ana María.
Decidió entonces ingresar a El Salvador, para tratar de conquistar adeptos a sus posiciones en los jefes guerrilleros y cuadros intermedios, y para no perder el control de la organización. Primero haría un viaje a Libia en abril de ese año, y desde allí, usando los mecanismos clandestinos viajar a El Salvador.
La conspiración
Antes de su partida, Carpio sostuvo en Managua varias reuniones con Rogelio Antonio Bazzaglia Recinos, comandante “Marcelo”. Según lideres de las FPL, en esas reuniones Carpio ordenó a Marcelo el asesinato de Mélida Anaya Montes.
Oponerse a las ideas extremistas de Cayetano habrían propiciado su asesinato.
Marcelo, quien en ese momento tenía 29 años, había ingresado a las FPL siendo apenas un adolescente. Era uno de los más jóvenes miembros del Comité Central y un hombre incondicional de Marcial. Cuando Carpio partió para Libia, Marcelo reunió a un grupo de combatientes de su más absoluta confianza: Julio Armando Sosa Orellana, alias Efrén; Santos Andrés Vásquez Molina, alias Jacinto y Walter Ernesto Elías, alias Francisco.
Marcelo, al ordenarles el “ajusticiamiento” les dijo: “Ana María ya no es compa, ella planea desprestigiar la personalidad revolucionaria del comandante Marcial y llevar al plano público las divergencias políticas internas”. Les ordenó evitar a toda costa hacer disparos y les informó que el personal de seguridad de Ana María estaba enterado y que actuarían de manera coordinada.
¿QUE SUCEDIO EN LA CASA DONDE ESTABA LA COMANDANTE?
En la madrugada del 6 de Abril de 1983, tres hombres se desplazaban de manera sigilosa por los patios, veredas y predios baldíos aledaños a la Carretera Sur en los alrededores de Managua, la capital nicaragüense.
Iban vestidos con ropas oscuras, zapatillas, guantes y pasamontañas. Solo los grillos y los ladridos de los perros, rompían la quietud de la calurosa noche. Llegaron a Montefresco, una elegante zona residencial en el kilómetro quince y medio de la Carretera Sur.
Escurridizos, bordearon muros y terrenos, y penetraron en una espaciosa casa con el número ciento veintiocho.
No tuvieron ningún problema para ingresar. Desde adentro les habían dejado abierto el portón que da al patio y la puerta de entrada a la casa. No se escuchaba ningún ruido. Todo estaba oscuro. En la sala de estar, una mujer les señaló una habitación. Los tres sujetos avanzaron, sin decir palabra.
Abrieron la puerta de la alcoba y alcanzaron a ver a la persona que solitaria dormía en su cama. Era una mujer de 54 años.
Los tres sujetos se hicieron señales. Sacaron de los pequeños bolsos que llevaban terciados navajas y picahielos. Blandieron las cortantes armas en sus puños. Uno de ellos se abalanzó sobre la mujer, le sujetó la cabeza mientras le tapaba la boca, otro la sostuvo por los pies, inmovilizándole las piernas, mientras el tercero, con brutales impulsos de su mano, le hundía una y otra vez un picahielos en el tórax.
La sangre que brotaba de las diminutas pero profundas heridas manchó poco a poco la ropa de dormir de la mujer. Para rematarla un segundo miembro degolló a la mujer con una navaja. La sangre brotó a borbotones. Eran las dos y treinta de la madrugada.
El crimen se llevó a cabo el 6 de abril. La fiscal del caso, la abogada Ninoska Arguello, expresó en su acusación que la muerte de Mélida Anaya Montes “fue provocada por ochenta y un punzadas, siendo degollada posteriormente”. La autopsia reveló que había rastros de semen en la víctima, pero se descartó totalmente que los victimarios la hayan violado. Ella tenia un su novio al que había visto con anterioridad.
El suicidio
Marcial fue informado telefónicamente del asesinato de Ana María. El nueve de abril regresó a Managua para asistir a los funerales. Hasta ese momento la comandancia general del FMLN y el gobierno sandinista acusaron a la Agencia Central de Inteligencia CIA, de haber perpetrado el crimen. El New York Times, de esos días, muestra una foto del sepelio de Ana María, en donde aparece un preocupado Marcial, en medio de los comandantes sandinistas Tomás Borge y Daniel Ortega.
El mismo día de los funerales fue apresado Rogelio Bazzaglia, por agentes del Ministerio del Interior nicaragüense. El 12 de abril los agentes nicaragüenses habían capturado a todos los participantes en el asesinato.
Un día antes, dijo un comunicado del Ministerio del Interior, Bazzaglia declaró que “su acción le había sido orientada por Salvador Cayetano Carpio”. Ya en el juicio Bazzaglia se retractó de esta afirmación.
- Su muerte fue sangrienta. Mientras dormía, recibió en su tórax 81 punzadas y luego fue degollada.
- En Su muerte habrían conspirado desde su personal de seguridad hasta altos dirigentes guerrilleros.
El diario Barricada de Managua, informó que “al conocer las declaraciones de Bazzaglia Carpio se negó a comentarlas, no negándolas, ni aceptándolas y sumiéndose en un silencio absoluto”. Marcial, de hecho, ya estaba bajo arresto domiciliario, desde la misma noche del nueve de abril.
Ese día 12 de abril, emisarios del ministerio del Interior llegaron a la casa de Carpio, en la Carretera Sur y lo acusaron directamente de haber ordenado el asesinato. Le pidieron que renunciara a su cargo de comandante y que sería trasladado a un destino que no se ha podido precisar. Algunas versiones sostienen que entre los emisarios estaba el mismo ministro del Interior Tomás Borge.
Testimonios de militantes de las FPL que pidieron no ser identificados, indican que cuando los emisarios se fueron, Marcial pidió a su mujer, Tulita, que le preparara un par de huevos fritos.
Mientras ella cocinaba él se encerró en su estudio a escribir dos cartas, una dirigida a las jefaturas de las FPL y el FMLN y otra “al pueblo salvadoreño”. Luego tomó una pistola de cuatro bocas, que le había regalado el fallecido ex hombre fuerte de Panamá. Omar Torrijos y se disparó directo al corazón.
El suicidio de Carpio fue publicado oficialmente hasta 12 días después, ya que debía discutirse e investigarse los hechos en Nicaragua y en todos los niveles de la Guerrilla del FMLN en El Salvador
Si el suicidio fue inducido o, como lo afirman otros, se trató de un ajusticiamiento llevado a cabo por sicarios, la muerte de Marcial marcaba un macabro dueto con la de Mélida Anaya Montes en los alrededores de la Carretera Sur.
EL PUEBLO ARMADO VENCERA
“Ella tenía una calidad humana impresionante, parecía una mujer muy dura, pero cuando hablabas con ella te dabas cuenta de lo sensible que podía ser y de lo entregada que era a la revolución”, relató Gladis Colato, al recordar a Mélida Anaya Montes.
Anaya Montes fue una de las mujeres organizadas que participó activamente en la fundación de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
Esta maestra de profesión se desempeñó en educación media y superior, en distintos centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador, destacándose en la escuela normal España y en la universidad de El Salvador, según relatan algunas personas que la conocieron.
Su claridad y sensibilidad social, la identificaron con los problemas y necesidades del magisterio, lo que la llevó a ocupar el cargo de secretaria de conflictos y secretaria general de ANDES 21 de junio, organización en la cual se inició.
Debido a los problemas de inseguridad laboral que enfrentaban los maestros a mediados de los años 60, Anaya Montes, con un grupo de educadores se manifiestan por primera vez en las calles de San Salvador, el 21 de junio de 1965, en reclamo de las necesidades y defensa de los derechos de los educadores.
“En esta primera marcha salimos con libros en la mano para exigir una ley que nos protegiera y fue un 21 de junio, por eso luego el gremio se llamó así … después hicimos una huelga de dos meses porque la ley que fue aprobada tras la presión no se cumplía, pero el gobierno nos enfrenta con un grupo de choque; sin embargo, esto no amedrentó al gremio ni a Mélida, sino, por el contrario, nos unificó y dio más fuerza”, según recuerda la actual directora del movimiento de mujeres, «Mélida Anaya Montes», Gladis Colato, quien también participó en ese momento de la lucha organizativa.
Los siguientes años (65 y 70) fueron de organización y lucha magisterial. Durante esta época se registraron dos grandes huelgas,,, específicamente en los años 67 y el 71.
Colato asegura que a raíz de esta presión que ejercieron los maestros, por medio de las huelgas, se logró la implementación de la ley de la carrera docente, que permitió la tan ansiada estabilidad laboral y el respeto al gremio magisterial.
“Al principio no teníamos una ley que garantizara nuestra estabilidad, las maestras tenían que mantener contentos a los supervisor de educación, convirtiéndose en sus amantes y los maestros debían de pagar una mordida, eso si querían seguir en su trabajo… eso tenía que acabar y ella (Mélida) inicia al frente del magisterio y es ahí donde comienza el trabajo organizativo”.
Posteriormente, Anaya Montes une esfuerzos con obreros, campesinos, mujeres de los mercados, pobladores de tugurios y estudiantes para fundar el Bloque Popular Revolucionario, movimiento organizando en los años 70, desempeñándose como secretaria general.
Luego de esto matan a muchos compañeros para amedrentar la organización, sobre todo, matan a maestros, estudiantes y obreros, pero esto unifica aún más las organizaciones y hace que se inicien otras organizaciones político militares como FPL, ERP, RN y PRTC, entre otras.
Lucha revolucionaria
Tras el surgimiento de organizaciones revolucionarias, Anaya Montes se incorpora a las FPL, donde comienza a organizar a estudiantes y se forma el Movimiento de Estudiantes Revolucionarios Salvadoreño (MERS), UR19, entre otros.
Debido al auge organizativo que se da en el país en ese momento, el gobierno realiza la masacre del 30 de junio del 75, con el fin de parar la lucha del pueblo.
“El gobierno esta asustado de la lucha organizativa del pueblo, por primera vez se logra una organización de todas las fuerzas populares, en ese momento Mélida estaba al frente de la organización junto a otros compañeros”, asegura Colato.
El ingreso de Anaya Montes a las FPL no termina con su trabajo en el magisterio, esta mujer que nació en Santiago Texacuango, en 1929, continúa defendiendo los derechos de los educadores. Es así como el 28 de febrero de 1977, luego de una masacre en la plaza Libertad, la guardia nacional realiza un saqueo en el local de ANDES “Casa del Maestro” y capturan a Anaya Montes y a Salvador Sánchez Cerén, también maestro.
“Las condiciones del país en ese momento era para que los desaparecieran, los asesinaran, pero no fue así, ellos salieron libres, pero por supuesto que antes tuvieron que sufrir las humillaciones y abusos de la guardia, pero eso tampoco la paró y la lucha revolucionaria continuó”.
Luego de dedicar gran parte de su vida por la defensa de los derechos de los oprimidos y formar parte de la dirigencia de las FPL, Anaya Montes es asesinada inexplicablemente por un comando especial de las FPL, en Nicaragua, el 6 de abril de 1983, manifiesta Colato.
Colato asegura que en un principio, el asesinato de Anaya Montes se le vinculó, sin pruebas sustanciales, con la CIA, luego se descubre que miembros de su misma organización fueron los responsables materiales e intelectuales.
“Los argumentos que nos dieron fueron muy pobres y se le vinculo como informante de la CIA por una ropa muy fina que a ella (Anaya Montes), le regalaban sus amistades… yo entiendo que pudieron darse recelos, pero llegar hasta eso, no era necesario”, dice.
Anaya Montes fue asesinada en su casa de habitación en Managua, Nicaragua, el 6 de abril de 1983 por comandos especiales de las FPL. Lugar donde vivía temporalmente por seguridad.
“Una verdadera herencia”
Mélida Anaya Montes nos dejó una gran herencia, un legado de lucha social y solidaridad con las personas oprimidas”, según lo traduce la sub directora del movimiento de mujeres que lleva el nombre de Anaya Montes como un tributo a la lucha en defensa de los derechos laborales y humanos que desempeñó en su momento esta mujer.
Gladis Colato asegura que la capacidad organizativa y de lucha no eran las únicas cualidades de Anaya Montes, ya que en sus tiempos libres se dedicaba a escribir.
“Después de la segunda huelga escribió el libro sobre la segunda gran batalla de ANDES, que recoge el desarrollo de la huelga y el apoyo de la población. También escribió mucho sobre metodología educativa y documentos socio políticos que no fueron muy conocidos dentro del país”.
La actual sub directora del movimiento de mujeres, cuyo nombre corresponde al de “una heroina de la revolución” Mélida Anaya Montes, asegura que esta organización ha dado grandes pasos hacia una meta de educar y facultar a las mujeres salvadoreñas para que exijan y hagan valer sus derechos.
6 de Abril 23 Aniversario del asesinato de la Comandante "Ana Maria"
Mélida Anaya Montes: educadora y revolucionaria por vocación
Hablar de Mélida Anaya Montes, significa destacar su papel como profesora, secretaria general de ANDES 21 de junio y segunda al mando en 1983, de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, FPL
Como docente, se desempeñó en diversos centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador y también ejerció en la Universidad de El Salvador, de donde obtuvo el doctorado en Ciencias de la Educación.
Mélida anaya montes, nació un 17 de mayo de 1929 en Santiago Texacuangos, Departamento de San Salvador. Desde su infancia quería ser maestra y con grandes esfuerzos económicos culminó sus estudios en una escuela situada a dos kilómetros de su casa.
Su preparación como maestra la continuó con la ayuda de un pariente de su padre que vivía en la capital, hasta graduarse con éxito en octubre de 1943. Como docente, se desempeñó en centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador, de donde obtuvo el Doctorado en Ciencias de la Educación en 1970.
A partir de los años 60, fue reconocida por su lucha reivindicativa gremial. En 1965 y bajo los postulados de Mélida fue creada la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños, ANDES 21 de junio, de la que fue Secretaria de Conflictos y Secretaria General en los años 60 y 70.
En 1968 es una de las máximas dirigentes de la primera gran huelga magisterial salvadoreña. Para ella, el papel de los docentes y del sistema educativo del país, debía estar encaminado a convertir a la persona en crítica y actuante dentro de la sociedad. De ahí su lucha por la reforma educativa bajo la permisa de que la educación debía ser utilizada como un factor liberador del individuo.
La lucha en el magisterio, encaminada a mejoras salariales, laborales y respeto de su dignidad como persona, iban acompañados de reivindicaciones más amplias como resolver antes, los problemas del país, como la falta de libertades, de organización y de un proyecto político que trascendiera los límites del modelo dictatorial y militar de la época.
La comandante “Ana María” Perseguida por el régimen militar, en 1971 se enlistó a las filas de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí FPL, donde fue conocida por el seudónimo comandante Ana María.
En el libro con la Mirada en Alto de Marta Harnecker, quienes la conocieron explican que cuando ella se incorporó a la organización, lo hizo “porque le pareció correcto” el planteamiento político militar, la estrategia y la táctica integradora de todas las formas de lucha que contribuyeran al avance de la revolución y al desarrollo de las fuerzas del pueblo.
Sin dejar su puesto como Secretaria General de ANDES 21 de junio, en el segundo semestre de 1974 y como cuadro de las FPL, pasó a formar parte de la primera Comisión Nacional de Masas. Atendió la subcomisión nacional magisterial y unos meses más tarde la subcomisión nacional del Bloque Popular Revolucionario.
Luego comprendió la necesidad de unir los destinos del magisterio y de las masas populares con los intereses y el futuro de los trabajadores. Desde el inicio, se incorporó a todo tipo de tareas clandestinas, iba armada a pintar muros, a dar seguridad y a realizar observaciones de objetivos. Estuvo en el Cerro Guazapa durante la ofensiva final, impulsada por el FMLN en 1981.
Visión política
Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes políticos del país que conoció a la comandante, la describe como una persona con visión política y teórica que en ningún momento dudó, si era necesario, tomar el camino de la lucha armada para cambiar y hacer la revolución.
Para Cerén, es la Comandante Ana María quien contribuye en la unidad de las organizaciones político militares, de ahí el acercamiento inicial entre las FPL y el Partido Comunista con el resto de las organizaciones que luego conforman el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN.
A partir de ahí, es considerada una de las gestoras con visión integral, de considerar la lucha diplomática y el diálogo. Rechazaba el enfoque militarista por si solo. Las ideas de ella eran muy diferentes a las de Cayetano Carpio, Marcial, fundador de las FPL en 1970 y primero al mando de este grupo clandestino en 1983, lo que generó pugna de poderes y llevó a un grupo de fanáticos, seguidores de Marcial, a asesinar a Mélida cuando se encontraba en Nicaragua, en marzo de 1983. Este, al ser delatado por los autores del crimen, se suicida en abril del mismo año. Los restos de la Doctora Mélida continúan aún en tierras nicaragüenses debido a la ausencia de familiares que reclamen la repatriación de los mismos.
A 21 años de su asesinato, Sánchez Cerén considera que la gran enseñanza que dejó la comandante fue la necesidad de fortalecer la unidad de la izquierda y de ésta con los intereses de la mayoría de la sociedad.
Nota: Este artículo fue publicado en La Gazeta Universitaria del 31 de abril de 2004
MELIDA ANAYA MONTES
Comandante "Ana María"
No es posible creer que no está más entre los vivos la heroína del pueblo salvadoreño, la legendaria Comandante Mélida Anaya Montes, que era conocida bajo el nombre de guerra de "Ana María". a asesinaron al amanecer del 6 de abril de 1983.
Mélida Anaya Montes nació el 17 de Mayo de 1929 en el pequeño poblado de Santiago Texacuangos, en la zona central de El Salvador. Fue profesora de educación media, subdirectora de la ciudad normal “Alberto Masferrer”. Se doctoró en ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador en donde impartió clases en la década de los sesenta.
A finales de esa década se convirtió en una de las principales dirigentes de la asociación gremial ANDES 21 de Junio y condujo las huelgas de profesores de 1968 y 1971, que pusieron en serios aprietos al gobierno del coronel Fidel Sánchez Hernández. Precisamente en 1970, el ex secretario general del Partido Comunista Salvadoreño, Salvador Cayetano Carpio fundó el primer grupo guerrillero de El Salvador: Las Fuerzas Populares de Liberación-Farabundo Martí (FPL).
A mediados de los años setenta, Mélida Anaya Montes, llevó el gremio magisterial al Bloque Popular Revolucionario, BPR, frente de masas de las FPL. El BPR protagonizó huelgas, tomas de templos y embajadas,manifestaciones callejeras y toda la turbulencia que presagiaban la guerra que iba a sacudir al país en los años siguientes.
La comandante
Fue hasta en los primeros años de los ochenta cuando se dio a conocer públicamente que Mélida Anaya Montes, no sólo era dirigente del gremio magisterial, sino también la segunda responsable de las FPL, con el nombre de guerra de Comandante Ana María.
Su capacidad de liderazgo no sólo la llevó a dirigir el gremio magisterial, sino también a ser la segunda en el mando de las fpl.
Para ese momento su organización junto al Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP; Resistencia Nacional, RN; Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC, y el Partido Comunista Salvadoreño, PCS, se habían unido para formar el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN.
En una entrevista:
-¿Pensaba Mélida, en el comienzo de su vida, que alguna vez tomaría en sus manos una metralleta? Claro que no, si le hubieran dicho esto entonces, ella simplemente se hubiera reído. Desde su infancia ella quería ser maestra, su madre trabajaba lavando ropa o limpiando en las casas de los ricos, su padre era jornalero en las plantaciones de café. Ellos vivían en Texacuangos en donde solamente habís una escuela de dos clases y que Mélida concluyo con éxito, luego con grande esfuerzo continuo sus estudios en otra escuela situada como a dos kilómetros de su casa y que para llegar a ella debía pasar por un bosque, pero valientemente ella terminó sus estudios ahí, y es cuando sueña con ser maestra para ayudar a los niños pobres.
Continuar los estudios para maestra ya era de ir a un instituto pedagógico que estaba en la capital, y eso ya era lejos y no podía llegar a pie. Ayudada por un pariente de su padre que vivía en la capital y que le ofreció que podía vivir en su casa, asi ella se traslada y prosigue sus estudios de maestra hasta graduarse con éxito en octubre de 1943. Sus primeras lecciones las dió en una escuela del departamento de la Paz. Con sed de estudiar más, se mete a la escuela pedagógica superior, donde se destaca y se entrega al trabajo social y la eligen miembra de la Asociación de profesores de las escuelas medias de la capital.
En este periodo, principiando los años 50, el coronel Oscar Osorio es el dictador que se encuentra en el poder y este, considerándose fuerte, decidió atacar a las fuerzas democráticas y a base de represión, aplasto a la oposición. Muchos líderes estudiantiles fueron a parar a las carceles y la situación de las masas trabajadoras empeoro grandemente. El descontento de muchas capas de la sociedad era enorme, La Asociación de profesores de escuelas medias pidieron al gobierno aumento de sueldo y el cese de las represiones. Esta fue una de las reuniones que Montes intervino donde se destaco oralmente por su hablar sencillo y claro y por la capacidad de argumentar y señalar hasta los problemas más complejos.
Al no ser escuchada la Asociación de profesores de escuelas medias, Mélida entendió que solamente organizando todas las escuelas y uniendolas en una sola demanda, así si serían oidas y lo comento con sus compañeros cercanos.
Terminados sus estudios en la escuela pedagógica superior, ella es nombrada vicedirectora de la misma. Cuando era estudiante pudo leer escritos marxistas leninistas que se podían conseguir en algunas bibliotecas, ya que aún no se prohibían abiertamente y llegaban al día desde Unión Soviética. Estos libros cambiaron en mejor dirección las ideas que ella tenía respecto al futuro del país.
El escrito que ella mas le gusto fue el "poema pedagógico" del ruso Antón Makárenko, que se trata sobre la buena y mala educación que reciben los niños.
En su caminar investigativo y deseosa de seguir aprendiendo, llega a la universidad y defiende su tesis y recibe doctorado en pedagogía en el 1970, época en que el país esta convulsionado por el resurgimiento de movimientos y organizaciones revolucionarias.
EL 1970 ella se incorporó a la FPL, claro que no se incorporó de un solo, sino que paso por un tiempo de prueba como todo compañero que se incorporaba.
Sur.
EL PUEBLO ARMADO VENCERA
“Ella tenía una calidad humana impresionante, parecía una mujer muy dura, pero cuando hablabas con ella te dabas cuenta de lo sensible que podía ser y de lo entregada que era a la revolución”, relató Gladis Colato, al recordar a Mélida Anaya Montes.
Anaya Montes fue una de las mujeres organizadas que participó activamente en la fundación de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
Esta maestra de profesión se desempeñó en educación media y superior, en distintos centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador, destacándose en la escuela normal España y en la universidad de El Salvador, según relatan algunas personas que la conocieron.
Su claridad y sensibilidad social, la identificaron con los problemas y necesidades del magisterio, lo que la llevó a ocupar el cargo de secretaria de conflictos y secretaria general de ANDES 21 de junio, organización en la cual se inició.
Debido a los problemas de inseguridad laboral que enfrentaban los maestros a mediados de los años 60, Anaya Montes, con un grupo de educadores se manifiestan por primera vez en las calles de San Salvador, el 21 de junio de 1965, en reclamo de las necesidades y defensa de los derechos de los educadores.
“En esta primera marcha salimos con libros en la mano para exigir una ley que nos protegiera y fue un 21 de junio, por eso luego el gremio se llamó así … después hicimos una huelga de dos meses porque la ley que fue aprobada tras la presión no se cumplía, pero el gobierno nos enfrenta con un grupo de choque; sin embargo, esto no amedrentó al gremio ni a Mélida, sino, por el contrario, nos unificó y dio más fuerza”, según recuerda la actual directora del movimiento de mujeres, «Mélida Anaya Montes», Gladis Colato, quien también participó en ese momento de la lucha organizativa.
Los siguientes años (65 y 70) fueron de organización y lucha magisterial. Durante esta época se registraron dos grandes huelgas,,, específicamente en los años 67 y el 71.
Colato asegura que a raíz de esta presión que ejercieron los maestros, por medio de las huelgas, se logró la implementación de la ley de la carrera docente, que permitió la tan ansiada estabilidad laboral y el respeto al gremio magisterial.
“Al principio no teníamos una ley que garantizara nuestra estabilidad, las maestras tenían que mantener contentos a los supervisor de educación, convirtiéndose en sus amantes y los maestros debían de pagar una mordida, eso si querían seguir en su trabajo… eso tenía que acabar y ella (Mélida) inicia al frente del magisterio y es ahí donde comienza el trabajo organizativo”.
Posteriormente, Anaya Montes une esfuerzos con obreros, campesinos, mujeres de los mercados, pobladores de tugurios y estudiantes para fundar el Bloque Popular Revolucionario, movimiento organizando en los años 70, desempeñándose como secretaria general.
Luego de esto matan a muchos compañeros para amedrentar la organización, sobre todo, matan a maestros, estudiantes y obreros, pero esto unifica aún más las organizaciones y hace que se inicien otras organizaciones político militares como FPL, ERP, RN y PRTC, entre otras.
Lucha revolucionaria
Tras el surgimiento de organizaciones revolucionarias, Anaya Montes se incorpora a las FPL, donde comienza a organizar a estudiantes y se forma el Movimiento de Estudiantes Revolucionarios Salvadoreño (MERS), UR19, entre otros.
Debido al auge organizativo que se da en el país en ese momento, el gobierno realiza la masacre del 30 de junio del 75, con el fin de parar la lucha del pueblo.
“El gobierno esta asustado de la lucha organizativa del pueblo, por primera vez se logra una organización de todas las fuerzas populares, en ese momento Mélida estaba al frente de la organización junto a otros compañeros”, asegura Colato.
El ingreso de Anaya Montes a las FPL no termina con su trabajo en el magisterio, esta mujer que nació en Santiago Texacuango, en 1929, continúa defendiendo los derechos de los educadores. Es así como el 28 de febrero de 1977, luego de una masacre en la plaza Libertad, la guardia nacional realiza un saqueo en el local de ANDES “Casa del Maestro” y capturan a Anaya Montes y a Salvador Sánchez Cerén, también maestro.
“Las condiciones del país en ese momento era para que los desaparecieran, los asesinaran, pero no fue así, ellos salieron libres, pero por supuesto que antes tuvieron que sufrir las humillaciones y abusos de la guardia, pero eso tampoco la paró y la lucha revolucionaria continuó”.
FMLN adeuda explicación sobre asesinato
Luego de dedicar gran parte de su vida por la defensa de los derechos de los oprimidos y formar parte de la dirigencia de las FPL, Anaya Montes es asesinada inexplicablemente por un comando especial de las FPL, en Nicaragua, el 6 de abril de 1983, manifiesta Colato.
“La explicación de su asesinato no fue, ni es satisfactoria, se debería de dar una explicación más aceptable para todas las personas que la conocíamos y que sabíamos que pasaba en ese momento en el FMLN, deberían de decir que hubo de fondo, esa es una deuda pendiente del Frente, especialmente para los que venimos de las FPL”, reclama.
Colato asegura que en un principio, el asesinato de Anaya Montes se le vinculó, sin pruebas sustanciales, con la CIA, luego se descubre que miembros de su misma organización fueron los responsables materiales e intelectuales.
“Los argumentos que nos dieron fueron muy pobres y se le vinculo como informante de la CIA por una ropa muy fina que a ella (Anaya Montes), le regalaban sus amistades… yo entiendo que pudieron darse recelos, pero llegar hasta eso, no era necesario”, dice.
Anaya Montes fue asesinada en su casa de habitación en Managua, Nicaragua, el 6 de abril de 1983 por comandos especiales de las FPL. Lugar donde vivía temporalmente por seguridad.
La explicación de su asesinato aún sigue generando dudas para muchos miembros de las desaparecidas FPL, sin embargo, pese a la inconformidad no existen otras investigaciones.
“Una verdadera herencia”
Mélida Anaya Montes nos dejó una gran herencia, un legado de lucha social y solidaridad con las personas oprimidas”, según lo traduce la sub directora del movimiento de mujeres que lleva el nombre de Anaya Montes como un tributo a la lucha en defensa de los derechos laborales y humanos que desempeñó en su momento esta mujer.
Gladis Colato asegura que la capacidad organizativa y de lucha no eran las únicas cualidades de Anaya Montes, ya que en sus tiempos libres se dedicaba a escribir.
“Después de la segunda huelga escribió el libro sobre la segunda gran batalla de ANDES, que recoge el desarrollo de la huelga y el apoyo de la población. También escribió mucho sobre metodología educativa y documentos socio políticos que no fueron muy conocidos dentro del país”.
La actual sub directora del movimiento de mujeres, cuyo nombre corresponde al de “una heroina de la revolución” Mélida Anaya Montes, asegura que esta organización ha dado grandes pasos hacia una meta de educar y facultar a las mujeres salvadoreñas para que exijan y hagan valer sus derechos.
6 de Abril 23 Aniversario del asesinato de la Comandante "Ana Maria"
Mélida Anaya Montes: educadora y revolucionaria por vocación
Hablar de Mélida Anaya Montes, significa destacar su papel como profesora, secretaria general de ANDES 21 de junio y segunda al mando en 1983, de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, FPL
Como docente, se desempeñó en diversos centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador y también ejerció en la Universidad de El Salvador, de donde obtuvo el doctorado en Ciencias de la Educación.
Mélida anaya montes, nació un 17 de mayo de 1929 en Santiago Texacuangos, Departamento de San Salvador. Desde su infancia quería ser maestra y con grandes esfuerzos económicos culminó sus estudios en una escuela situada a dos kilómetros de su casa.
Su preparación como maestra la continuó con la ayuda de un pariente de su padre que vivía en la capital, hasta graduarse con éxito en octubre de 1943. Como docente, se desempeñó en centros educativos de Zacatecoluca y San Salvador, de donde obtuvo el Doctorado en Ciencias de la Educación en 1970.
A partir de los años 60, fue reconocida por su lucha reivindicativa gremial. En 1965 y bajo los postulados de Mélida fue creada la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños, ANDES 21 de junio, de la que fue Secretaria de Conflictos y Secretaria General en los años 60 y 70.
En 1968 es una de las máximas dirigentes de la primera gran huelga magisterial salvadoreña. Para ella, el papel de los docentes y del sistema educativo del país, debía estar encaminado a convertir a la persona en crítica y actuante dentro de la sociedad. De ahí su lucha por la reforma educativa bajo la permisa de que la educación debía ser utilizada como un factor liberador del individuo.
La lucha en el magisterio, encaminada a mejoras salariales, laborales y respeto de su dignidad como persona, iban acompañados de reivindicaciones más amplias como resolver antes, los problemas del país, como la falta de libertades, de organización y de un proyecto político que trascendiera los límites del modelo dictatorial y militar de la época.
La comandante “Ana María” Perseguida por el régimen militar, en 1971 se enlistó a las filas de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí FPL, donde fue conocida por el seudónimo comandante Ana María.
En el libro con la Mirada en Alto de Marta Harnecker, quienes la conocieron explican que cuando ella se incorporó a la organización, lo hizo “porque le pareció correcto” el planteamiento político militar, la estrategia y la táctica integradora de todas las formas de lucha que contribuyeran al avance de la revolución y al desarrollo de las fuerzas del pueblo.
Sin dejar su puesto como Secretaria General de ANDES 21 de junio, en el segundo semestre de 1974 y como cuadro de las FPL, pasó a formar parte de la primera Comisión Nacional de Masas. Atendió la subcomisión nacional magisterial y unos meses más tarde la subcomisión nacional del Bloque Popular Revolucionario.
Luego comprendió la necesidad de unir los destinos del magisterio y de las masas populares con los intereses y el futuro de los trabajadores. Desde el inicio, se incorporó a todo tipo de tareas clandestinas, iba armada a pintar muros, a dar seguridad y a realizar observaciones de objetivos. Estuvo en el Cerro Guazapa durante la ofensiva final, impulsada por el FMLN en 1981.
Visión política
Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes políticos del país que conoció a la comandante, la describe como una persona con visión política y teórica que en ningún momento dudó, si era necesario, tomar el camino de la lucha armada para cambiar y hacer la revolución.
Para Cerén, es la Comandante Ana María quien contribuye en la unidad de las organizaciones político militares, de ahí el acercamiento inicial entre las FPL y el Partido Comunista con el resto de las organizaciones que luego conforman el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN.
A partir de ahí, es considerada una de las gestoras con visión integral, de considerar la lucha diplomática y el diálogo.
Existen varias versione de su muerte, donde el imperio està involucrado para generar contradicciòn hasta ahora al interior de la izquierda, se dice que Melida rechazaba el enfoque militarista por si solo. Las ideas de ella eran muy diferentes a las de Cayetano Carpio, Marcial, fundador de las FPL en 1970 y primero al mando de este grupo clandestino en 1983, lo que generó pugna de poderes y llevó a un grupo de fanáticos, seguidores de Marcial, a asesinar a Mélida cuando se encontraba en Nicaragua, en marzo de 1983. Este, al ser delatado por los autores del crimen, se suicida en abril del mismo año. Otros dicen que fue el mimo Marcial quien disparò (lo cual es imposible puesto que Marcial se encontraba en Libia).
Los restos de la Doctora Mélida continuaban en tierras nicaragüenses debido a la ausencia de familiares que reclamen la repatriación de los mismos.; sin embargo fueron exumados sus restos, y ahora yacen en el cementeri general de
Santiago Texacuangos, A 39 años de su asesinato, Sánchez Cerén considera que la gran enseñanza que dejó la comandante fue la necesidad de fortalecer la unidad de la izquierda y de ésta con los intereses de la mayoría de la sociedad.
Nota: Este artículo fue tomado parte de la publicaciòn en La Gazeta Universitaria del 31 de abril de 2004.
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