Posted: 31 Mar 2014 06:30 AM PDT
Me considero un fiel creyente de la
integración. Por eso he asumido el compromiso para que en nuestro
Gobierno trabajemos por el desarrollo, la paz y la seguridad de la
región centroamericana.
Tal como se anunciara en diferentes medios
de comunicación, di inicio a una gira por Centroamérica, basada en
nuestra política internacional y considerando que como región reunimos
numerosas afinidades, amenazas y oportunidades comunes que hemos de
saber afrontar multiplicando nuestras fuerzas.
Mi primera visita la realicé a la hermana
República de Guatemala. Allí me reuní con el presidente Otto Pérez
Molina, con quien coincidimos en nuestra visión integracionista y con
cuya nación hemos desarrollado una cooperación bilateral en temas
comerciales, de seguridad, sociales y otros que seguiremos
profundizando.
Centroamérica está en un proceso de consolidación de la democracia y ello nos está permitiendo fortalecer la integración.
En este primer viaje también visité
Belice, donde tuve el agrado de compartir con los niños de la escuela
Monseñor Romero en Valle de Paz, que es un asentamiento beliceño donde
radican más de 100 mil compatriotas salvadoreños.
Junto con el primer ministro de Belice,
Dean Barrow, conversé sobre diversos temas, entre ellos, el interés de
ambos por ser sólidos aliados ante organismos internacionales y el
proceso de integración centroamericano, y llegamos también al acuerdo y
entendimiento de trabajar para apoyar a la comunidad salvadoreña; pues
nuestro gobierno garantizará el bienestar de las y los salvadoreñas
tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Soy del pensamiento que si bien nuestros
países hermanos pueden actuar por separado ante distintas situaciones
comunes, cuando lo hacemos unidos los resultados son mejores. Muestra de
esos buenos resultados a los que me refiero los podemos encontrar en el
denominado Plan Trifinio, declarada como Reserva de Biósfera por la
UNESCO, y en la que se ven beneficiados con muchos programas las
poblaciones de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Esa buena experiencia muy bien podemos
retomarla, por ejemplo, en el Golfo de Fonseca, para promover el
desarrollo de El Salvador, Honduras y Nicaragua. Así también haríamos
del golfo una región de paz. Me parece que esta medida sería uno de los
aspectos que demostraría a los pueblos que la integración no sólo son
grandes proyectos, sino que es cambiar la realidad de nuestra población
centroamericana.
Una integración real busca la superación
de la pobreza y las desigualdades en nuestros pueblos, y para lograrlo
se requiere una unión económica, social, política, ambiental y cultural.
Nosotros y todos los centroamericanos
hemos comprendido el significado de integración, inspirados en el ideal
de Francisco Morazán, padre de la unión centroamericana. Sin embargo, es
importante resaltar que el modelo al que aspiramos debe tener como
principio la justicia social.
No podemos ver este proceso desligado del
mundo, vamos a seguir ampliando nuestras relaciones, porque tenemos que
estar integrados totalmente a la realidad mundial. ¿Qué opinas respecto a
este tema y a que nuestras relaciones sean abiertas al mundo?
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