http://spanish.ruvr.ru/news/2014_02_28/Cientifico-catalan-descubre-el-origen-de-las-metastasis-4709/
Si se consigue inactivar este mecanismo, espera
Massagué, se podrá evitar una parte sustancial de las metástasis y
reducir de manera significativa la mortalidad del cáncer. Su laboratorio
en el Centro Memorial Sloan Kettering de Nueva York (EEUU) ya ha
empezado a trabajar en la creación de anticuerpos que impidan las
metástasis y tiene previsto ensayarlos en ratones. Aunque los resultados
son prometedores, Massagué advierte que “no será fácil” y que “el éxito
no está asegurado”.
Las metástasis son la causa de la
mayoría de muertes por cáncer, recuerda el investigador, ya que gran
parte de tumores primarios no afectan a órganos vitales, pero las
metástasis sí lo hacen. Por esta razón, a principios de la década pasada
Massagué tomó la decisión estratégica de no seguir estudiando los
tumores primarios como hacían otros investigadores del cáncer y de
centrarse en el estudio de las metástasis.
Durante los
últimos diez años, ha avanzado paso a paso poniendo las primeras piezas
del rompecabezas. Cada pieza era un avance, pero eran piezas inconexas
que no ofrecían una visión de conjunto. “Ahora, por primera vez, tenemos
lo que parece ser un mecanismo general de colonización de las
metástasis”, declaró el lunes en una entrevista telefónica.
Parece.
El matiz es obligado en el punto en que se encuentra ahora la
investigación. Los últimos resultados, presentados ayer en la revista
Cell, explican cómo los cánceres de mama y los de pulmón crean
metástasis en el cerebro. En los próximos meses, Massagué espera
demostrar que las metástasis a otros órganos, así como aquellas que
están causadas por otros tipos de tumor, se basan en el mismo mecanismo.
“Si esto es así, como sospechamos, daría pie a desarrollar fármacos
específicos contra las metástasis”.
La pieza clave del
mecanismo que ha identificado el equipo de Massagué es la plasmina, una
enzima conocida sobre todo por su efecto anticoagulante de la sangre. En
el cerebro, la plasmina tiene además un efecto protector frente a
agresiones externas como –entre otras- las células cancerosas que llegan
de otros órganos a través de la sangre.
La plasmina,
según han descubierto los investigadores del Memorial Sloan Kettering,
tiene una doble acción protectora frente a las células cancerosas. Por
un lado, impide que se adhieran a la pared externa de los vasos
sanguíneos y, a partir de ahí, puedan proliferar y formar un nuevo
tumor. Por otro, provoca la autodestrucción de las células tumorales.
Este
mecanismo es altamente eficaz y elimina un elevado porcentaje de las
células tumorales que acceden al cerebro. Esto explica que las
metástasis se formen en general más tarde en el cerebro que en otros
órganos. Sin embargo, una pequeña minoría de aquellas células acaban
desarrollando un escudo para protegerse del ataque de la plasmina.
Las
pocas células que quedan protegidas de la plasmina recuperan así la
capacidad de adherirse a los vasos sanguíneos. Para ello, utilizan una
molécula llamada L1CAM que tiene propiedades adhesivas. Además, evitan
autodestruirse. Tienen por lo tanto vía libre para anidar en el cerebro y
proliferar.
Es en este punto donde se abre una
oportunidad de actuar contra las metástasis. Con un fármaco capaz de
bloquear la molécula L1CAM, las células cancerosas ya no podrían
adherirse a los vasos sanguíneos y formar nuevos tumores. Este tipo de
fármaco aún no existe pero es posible crearlo, destaca Massagué. De
hecho, su equipo de investigación ya está diseñando un anticuerpo contra
L1CAM con el objetivo de ensayarlo en ratones.
Falta
comprobar, por supuesto, que el mecanismo que origina las metástasis en
el cerebro sea el mismo que origina las metástasis en otros órganos.
Pero “nuestra hipótesis es que, en muchos casos, las células iniciadoras
de metástasis deben ser capaces de interactuar de este modo con los
vasos sanguíneos, por lo que es probable que el mecanismo sea el mismo”.
El equipo de Massagué ya tiene investigaciones en marcha para
comprobarlo. “Lo averiguaremos en los próximos meses”.
Un
dato a favor de esta hipótesis es que, cuando las células que causarán
metástasis llegan al cerebro, ya saben cómo interactuar con los vasos
sanguíneos. “¿Dónde lo han aprendido?”, se pregunta el investigador.
“Pensamos que en otros órganos, o tal vez en el tumor primario”.
Si
se confirma que la hipótesis es correcta, y si se desarrollan fármacos
eficaces contra la molécula L1CAM, “en teoría podrían llegar a ser
útiles para cualquier persona a la que se haya diagnosticado un tumor;
pero en la práctica tendremos que ir paso a paso”, advierte Massagué,
quien advierte de la “extrema complejidad de la metástasis” y prefiere
evitar el triunfalismo.
Primero habrá que ensayar los
fármacos en animales. Habrá que demostrar que son eficaces y que sus
efectos secundarios son tolerables. Y, si llegan a ser aprobados para el
tratamiento de pacientes, en un principio se administrarían
probablemente a personas que ya han tenido metástasis y han sido
tratadas, pero que tienen un riesgo alto de recidiva.
“Pensamos
que el mecanismo que hemos descubierto puede ser muy importante”,
declara Massagué. “Pero su importancia real sólo la conoceremos en el
futuro, cuando nosotros y otros laboratorios lo confirmemos con
resultados adicionales”. Lavanguardia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario