© Collage: La Voz de Rusia
Los
parlamentarios europeos quieren indagar al espía fugitivo sobre los
nuevos detalles de la vigilancia de los ciudadanos europeos y sus
líderes, practicada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus
siglas en inglés). Snowden ya confundió las cartas en las relaciones
entre Washington y Bruselas, les abrió los ojos a los norteamericanos
sobre una sociedad de control total, al que se encamina consecuentemente
su país. ¿Qué más esconde “bajo la manga” el exagente y cómo pudieron
los servicios especiales tan elogiados “dejarlo pasar”? Esa pregunta se
ha vuelto crítica para el sistema estadounidense.
La
propaganda norteamericana y su artillería pesada, el cine, han
trabajado por decenas de años sobre la imagen del agente secreto, que
cada vez cumplía con valor y abnegación su sagrada misión de salvar al
mundo, o al menos, a EEUU. Como enemigo “del bien” podía figurar
quienquiera: el sanguinario gobierno soviético, las autoridades
norcoreanas que ansiaban maniáticamente destruir Norteamérica y
esclavizar a la humanidad, los despiadados radicales islámicos, los
neonazis europeos deseosos de obtener la revancha. Lo más importante es
que el superhéroe norteamericano, criado entre los muros de la CIA u
organismos afines, siempre salía victorioso.
Solo los hermanos Coen, con su película Quemar después de leer salieron
de esa infallible máquina propagandística. En el filme se muestra con
métodos artísticos, cómo Norteamérica se va convirtiendo en una sociedad
de completa desconfianza y espiomanía, que se encuentra al borde de una
patología psíquica masiva. Los autores de la cinta tuvieron que
soportar toda una avalancha crítica. Desde luego, es una farsa, pero no
tan infundada. Por otra parte, los propios servicios secretos crearon un
sistema de selección tan polifásico y complejo, por el que pareciera
que nadie puede colarse. Los aspirantes son investigados literalmente
“hasta la séptima generación”, les hacen una enorme cantidad de pruebas.
Y de repente, un fracaso de tamaño espacial, una falla enorme. ¿Cómo
pudo haber sido posible? Es una pregunta retórica, pero que pone en tela
de juicio todo el sistema: había que ingeniarse para “dejar pasar” a un
colaborador que “había sacado” cientos de miles de documentos secretos.
EEUU
no está asegurado de cometer errores graves, opina Alexánder Gúsev,
director del Instituto ruso de Planeación y Pronósticos Estratégicos:
—Es
difícil calcular todos los riesgos:son muchos los especialistas que
laboran en la CIA, el FBI y la NSA. Es imposible vigilar a todos.
También hay que tomar en cuenta que Snowden, creo yo, se dedicó
concretamente a recolectar información, siendo colaborador del servicio
técnico. Él tenía entre sus manos los documentos con el sello
“absolutamente secreto” y “secreto”. Es difícil corregirlo todo tan
rápido, considerando las cantidades de información, el número de
colaboradores. La NSA es un engranaje en el mecanismo de la seguridad
nacional de EEUU. Digamos, que ese engranaje tenía cincuenta y dos
dientes, uno se rompió, y todo el mecanismo se volvió inestable.
¿Significa
eso que puede surgir en EEUU otro “Snowden”, impresionado por la proeza
de su antecesor, quien le había abierto al mundo los ojos acerca de los
verdaderos métodos empleados por los servicios secretos? No se puede
excluir esa posibilidad, que seguramente se ha convertido en la
pesadilla para la élite política estadounidense. Por ahora, sin embargo,
es suficiente con el Snowden real, no hipotético. No en vano los altos
dirigentes de las instituciones de fuerza, al referirse a sus
revelaciones, cada vez con mayor frecuencia emplean frases, como “daño
irreparable”, “consecuencias desastrosas”. Efectivamente, se supo que el
excolaborador de la NSA tenía información no solo sobre el trabajo de
los servicios secretos, sino también de operaciones militares de
Washington. Realmente, una mezcla detonante que golpea el de por sí
mermado prestigio y confianza a EEUU.
En
fechas pasadas los parlamentarios europeos votaron a favor de realizar
una videoconferencia directa con Edward Snowden, durante la cual quieren
hacerle preguntas adicionales acerca de la vigilancia de los europeos y
sus líderes practicada por la NSA. Anteriormente Snowden publicó
materiales sobre escuchas de decenas de mandatarios europeos, lo que
provocó enfriamiento en las relaciones entre Bruselas y Washington. Una
nueva porción de datos comprometedores solo acabará por echar más leña
al fuego.
vg/as/ll
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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