Evangelii Gaudium: El “cóctel molotov evangélico” del Papa Francisco
Publicado el 12/30/13 • en el tema LOS ANALISTAS • Visitas 417 , 187 en este día • Imprime este Artículo
EDUARDO
GOMEZ – Cuando conocí el texto de la exhortación apostólica “Evangelii
Gaudium” sobre el anuncio del evangelio en el mundo actual, sonreí
satisfecho, preguntándome como serían los escenarios que generaría este
incendiario “cóctel molotov evangélico” y no me sorprendió que el padre
Federico Lombardi en la Sala de Prensa de la Santa Sede, respondiera
como lo hizo cuando un periodista presente en dicho recinto le preguntó
si referente a la exhortación, existía alguna relación entre el último
texto doctrinal pontificio y el marxismo.
Conociéndolo
como lo conozco, di por seguro que Lombardi contestara “yo solo
respondo a las preguntas que merecen la pena tomar en serio”, lo cual me
acercó muchísimo al momento en que presencié en el salón de
conferencias de Radio Vaticano (situado a la derecha de la entrada
principal en una acogedora sala de reuniones) cuando le preguntaron como
se sentía por ser el “bombero del papa”, en alusión a los esfuerzos por
apagar algún que otro “escenario incendiario” vinculado con Benedicto
XVI.
El
padre Lombardi es una persona educada, muy inteligente y genial en sus
respuestas. Sencillamente se sonrió y respondió “con temor a quemarme,
pero sin evitar el fuego”, todos nos reímos y le dimos una cerrada
ovación de aplausos como muestra de respeto. Espero que él recuerde ese
momento con el mismo agrado que lo recordamos tanto yo como otros
colegas periodistas allí presentes en mayo del 2010. A todas luces, esa
fue una pregunta que meritaba ser tomada en serio.
Al
ampliar sobre el tema, resulta que la exhortación apostólica antes
mencionada fue calificada por primera vez de contenido marxista por el
ultra conservador y locutor estadounidense Rush Limbaugh, considerada
una de “las estrellas mediáticas del Tea Party” y amigo personal del
senador, ahora de filiación católica después de ser mormón y bautista,
Marco Rubio, conocido por sus directos ataques al papa Benedicto XVI por
su viaje a Cuba y por utilizar los escenarios que su posición política
le ofrece, para cuestionar los propósitos y las acciones de la Santa
Sede . Su intervención de marzo del 2012 en el Foro de la Fundación Heritage así lo demuestra.
Como recoge el refranero y la sabiduría popular, Dios los cría y el diablo los junta. Confieso que rápidamente me llené de interrogantes.
En
el artículo donde leí esta información, se recoge que “lo que dice el
papa es puro marxismo” según planteó Limbaugh al evaluar el contenido
del texto del documento, planteando también que “hubiera sido
inconcebible que un papa creyera o dijera esto hace algunos años”, así
como que “lo planteado es vergonzoso y desconcertante”, añadió. Incluso
llegó a valorar la posibilidad que “alguien halla escrito esto
(refiriéndose al documento) por él (refiriéndose al papa) o lo ha
influenciado”.
La
ingenuidad de esta “estrella mediática” y figuras políticas de
ultraderecha como el senador Marco Rubio, es impactante, y solo es
creíble si se analiza desde la óptica de la maledicencia, la
intencionalidad que busca el descrédito, la incomprensión y la negativa
al diálogo constructivo. Lo preocupante es la repercusión que le están
dando algunos medios que sirven como reproductores de tan negativa
actitud. Es conocido que el slogan del cuerpo de propaganda de Hitler
era que una mentira repetida mil veces llega a ser y tener la fuerza de
una verdad. Todos conocemos que ha sucedido en la historia con esos
propósitos y mi temor es que en este caso, pueda repetirse.
Evidentemente,
pocos conocen que en el 1998, cuando era arzobispo de Buenos Aires, el
Cardenal Bergoglio planteó (dejándolo por escrito en una interesante
publicación en nuestro poder) que no se podía ser amante y defensor del
neoliberalismo capitalista y al mismo tiempo cristiano. Ya en esa fecha
analizó y criticó el bloqueo (sí, así mismo, bloqueo y no embargo) a
Cuba, la crisis latinoamericana y mundial, la explotación capitalista,
la distribución desigual y la pobreza, llegando a recoger en la obra
anteriormente mencionada que: “La
Iglesia condena el egoísmo, el socialismo también. La Iglesia condena
la avaricia que no es solidaria, el socialismo también. La doctrina de
Carlos Marx está muy próxima al sermón de la Montaña”. En esa
época no fue engañado ni influenciado por nadie, ni otra persona le escribió sus palabras.
No,
realmente el papa Francisco no es marxista, pero conoce al marxismo y
también a marxistas sobre los cuales con valentía planteó “que son
buenas personas, así que no me siento ofendido” (refiriéndose al haber
mantenido vínculos con estos) y también conoció el ideario comunista, al
cual (siempre según el mismo papa) se acercó mediante una profesora, a
la que valora y recuerda como “una persona valiente y honesta” cuya
experiencia le fue útil, permitiéndole entender algunas cosas, “en
especial un aspecto de lo social, que después encontré en la doctrina
social de la Iglesia”, planteó recientemente el papa.
Evidentemente,
el primer texto programático dado a conocer por el papa Francisco trata
temas que resultan para algunos “incendiarios y candentes” como la
crítica al capitalismo que identifica como sistema político y económico
injusto e inmoral, la pobreza, la injusticia en el mundo, la exclusión
de los pobres en los programas sociales y en política, la denuncia a una
realidad dolorosa “donde el poderoso se come al más débil”(cita textual
cómo se recoge en la exhortación apostólica, punto 53), la denuncia y
ataque directo al mercado enajenante y manipulador, la crítica aguda a
la política que sirve a los intereses de quienes se proponen “excluir y
explotar a toda costa”.
En
una rápida comparación con las anteriores encíclicas “Populorum
Progreso” (1967), “Humanae Vitae” (1968), “Sollecitudo rei sociales”
(1987) y “Caritas in Veritate” (2010), la exhortación apostólica
“Evangelii Gadium” (2013) identifica un escenario dramático y de urgente
solución, tocando aspectos valorados también con anterioridad, pero
proponiendo por primera vez una disección del capitalismo neoliberal y
la necesidad de un cambio de sistema.
En
que hace años un papa no hubiera tocado ese tema y menos presentado el
mismo con esa fuerza y contenido, tiene razón Rush Limbaugh y hasta
coincido con él en ese punto.
El
papa Francisco en el 2013 en la entrevista que concedió a Eugenio
Scalfari, planteó sin que nadie lo influenciara que “la corte era la
lepra del papado”. El capitalismo, siguiendo el contenido, mensaje y la
letra de Evangelii Gadium, quedaría entonces identificado como “la lepra
de la humanidad”.
Pero
no podemos olvidar que soplan aires de fronda en los salones
pontificios, que el papa Francisco desconcierta en su actuación y en sus
ideas, que genera nuevas interrogantes y que se propone hacer realidad
su compromiso con los últimos y desposeídos del mundo, para lo cual no
excluye, sino incorpora. Para ello considera importante “conocerse,
escucharse, ampliar el círculo de los pensamientos. El mundo está
recorrido por caminos que acercan y alejan, pero lo importante es que
lleven hacia el Bien”. Estoy convencido que el contenido del documento
programático no es proselitismo, es amor. Eso que el papa Francisco
definiera como “Amor por el prójimo, levadura que sirve al bien común”.
El
contenido de la exhortación apostólica “Evangelii Gadium” será en
nuestro criterio muy útil a todos los que desean un futuro de paz para
el mundo, sin importar credo ni filiación ideológica. Coincido con los
que cada vez aumentan en número y la identifican como un documento que
representa un avance sustancial de la doctrina católica, una crítica al
capitalismo como sistema económico y social injusto, inmoral y que se
identifica como necesaria e intrínsecamente, enemigo del cristianismo.
La
exhortación apostólica y su contenido, solo inquietará y quitará el
sueño de quienes pretendan servir a dos señores, aquellos que aspiran
sirviendo al diablo, tener garantizado mediante el dinero un lugar VIP
en el paraíso.
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