Foto: Stefanos Tsivopoulos, Historia Cero, Kalfayan Galleries, Prometeogallery di Ida Pisani
A
finales de noviembre terminó la Quincuagésimo Quinta Bienal de Venecia,
una enorme exposición que dura casi medio año. Durante este tiempo, los
pabellones de la bienal fueron visitados por más de 472 000 personas.
En Venecia, Grecia estuvo representada por el proyecto de Stefanos Tsivopoulos bajo el nombre de Historia Cero.
Esta es una película compuesta por tres partes con un hilo conductor
común entre ellas, el papel del dinero en la formación de las relaciones
humanas. Stefanos Tsivopoulos estudia las distintas relaciones de las
personas con el mismo objeto.
Cada
parte tiene su héroe: una mujer anciana que es propietaria de una
colección de lujo, pero que se aburre rodeada de sus tesoros, encuentra
una salida original y sorprendente a su triste soledad, haciendo flores
de billetes de cien, doscientos y quinientos euros. Sus creaciones
terminan en una papelera donde las encuentra un recogedor de chatarra
negro que va por toda Atenas caminado con un carrito de la compra lleno
de cualquier tipo de objetos tirados. Felizmente encantado con su
hallazgo, abandona al carro el cual llama la atención de un pintor que
se pasa los días observando las escenas de la vida cotidiana de la calle
y que refleja lo que ve en un lienzo.
Es
interesante señalar que el proyecto ruso de la Bienal de Venecia estuvo
dedicado también al tema de la circulación del dinero. Vadim Zajárov
expuso el proyecto Dánae en el
cual materializó el mito de la antigua Grecia sobre cómo Zeus,
transformándose en lluvia de oro, penetró en el interior de la tierra
donde languidecía una hermosa joven. La lluvia de oro estilizada, para
la cual especialmente se estamparon monedas, se convirtió en una
alegoría del poder corruptor del dinero.
A
pesar de la no confluencia absoluta de los “caminos monetarios” de
Zajárov y Tsivopoulos, ambas obras están unidas por el deseo de los
autores de entender la naturaleza del mundo del dinero el cual vive
según sus propias leyes.
Stefanos
Tsivopoulos puede ser considerado un ciudadano del mundo, nació en
Praga, vive y trabaja en Ámsterdam, Atenas y Nueva York. Trabaja
activamente y experimenta con osadía, ha sido capaz de crear un género
propio original el cual él mismo llama “ficción científico-documental”.
Hoy
día no siempre es fácil entender en qué se diferencia el arte-vídeo del
documental o de la cinematografía de cortometrajes de autor. En los
trabajos de Stefanos Tsivopoulos podemos disfrutar de imágenes
cinematográficas intensas que se unen con materiales visuales de
documentales. Al espectador le obliga a hacer la elección, o penetrar
con la mente abierta en la investigación conceptual “medios de
comunicación-realidad promedio” o sencillamente disfrutar de una
maravillosa historia filmada de forma excelente.
ovm/kg/sm
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
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