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JUAN JOSÉ DALTON / EL PAIS, San Salvador – La antigua izquierda insurgente salvadoreña y su candidato presidencial, Salvador Sánchez Cerén, están cada vez mejor posesionados en las encuestas que miden las preferencias políticas con vistas a las elecciones presidenciales a celebrarse el 2 de febrero próximo. Pero de los sondeos divulgados, el que tiene más credibilidad y certeza, es el del Instituto Universitario de Opinión (IUDOP), que pertenece a la jesuita Universidad Centroamérica (UCA).
De acuerdo al IUDOP, ante la pregunta de a quién escogería para
presidente, el 38,4% respondió que a Sánchez Cerén; el 33,4% escogió a
Norman Quijano, que es el candidato de Alianza Republicana Nacionalista
(ARENA) y el 16,6% al ex presidente Saca, del movimiento de UNIDAD.
El FMLN y ARENA son los históricos rivales. Partidos fundados
durante los años de la guerra civil, que tuvo lugar entre 1980 y 1992.
Desde el final de la guerra estos partidos son los eternos confrontados,
sin dar posibilidades a terceras fuerzas.
Referente a la medición del “voto simulado con papeleta”, el FMLN
obtiene el 43,7 %; ARENA el 36,2% y UNIDAD el 13,9% de las preferencias.
Para que uno candidato gane las elecciones debe acumular la mitad más
uno de las votaciones, de lo contario debe realizarse una segunda vuelta
en el mes de marzo, lo cual es una posibilidad real, según los
analistas locales.Estas mediciones le dan base al ahora disidente de la derechista ARENA, Walter Araujo, para explicar a EL PAÍS que su otrora poderoso partido, “atraviesa graves dificultades”, que incluso, estaría en juego su propia sobrevivencia en el espectro político nacional.
“Esta elección presidencial puede ser el final de una institución o
el inicio del final de una institución, como ARENA, y eso lo digo
porque una derrota electoral sería catastrófica al interior de este
instituto político, dinamitaría totalmente todo lo que es una base
estructural”, recalcó el político derechista, quien considera que ARENA
se convirtió en “cotos de caza” de sectores económicos poderoso, que lo
sesgaron y lo convirtieron en un partido al servicio grupos de poder y
no de la sociedad.
El disidente habla con propiedad: hasta hace unos pocos meses tenía
33 años de ser militante de ARENA. Integró la delegación que negoció la
paz con la guerrilla en 1992, fue presidente de ARENA en la posguerra,
diputado y llegó a ser presidente del parlamento; en la actualidad es
magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), puesto asumido en 2009,
cuando su partido fue derrotado en las elecciones presidenciales por su
principal rival, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN).
La crisis interna de ARENA, según Araujo, tienen que ver con su
falta de democracia a la hora de elegir a sus dirigentes y a sus
representantes en los órganos del Estado. “Quisimos generar el debate
interno y lo que recibimos fueron acusaciones de que éramos vendidos,
que estábamos jugando con el FMLN, cosa más absurda. Eso de que aquel
que no piensa como yo, es que está contra mí”.
“Advertimos ante el escenario de una derrota electoral, no va
sólo a dividir, sino va a totalmente dinamitar, va casi a aniquilar ese
elemento que los amalgama ahorita; tendrá consecuencias gravísimas para
ARENA”, explicó Araujo, por lo que considera que sus próximos pasos
estarán encaminados a crear un instituto nuevo, en correspondencia de
una “derecha nueva, democrática y al servicio de la sociedad”.
“Creo que el FMLN es una institución fuerte, se está consolidando y
creo que este será el proceso electoral que consolida ese ciclo inicial
de la incorporación de lo que fue la ex guerrilla salvadoreña al
proceso democrático plenamente. Yo creo que quien gane o pierda la
elección, este es el proceso de una consolidación de madurez electoral,
democrática del FMLN. Por lo tanto, es necesario ante el derrumbe de
otros actores, de buscar los contrapesos, una derecha nueva, renovada en
la que yo creo ideológicamente” explicó finalmente Araujo.
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