Hay veces que reniego y el indio humillado que llevo en mis entrañas
es lo único que me empuja a seguir muy a pesar de mi pobre estado de salud y de
estarme lloviendo sobre mojado después que el invierno ha terminado.
He tenido tantas pérdidas, las más
importantes son las espirituales y bueno, las materiales que poco me interesan,
pero al fin y al cabo pérdidas.
Todos quisiéramos que los cambios
fueran mágicos, pero nos perdemos en la búsqueda espejista de puestos para
estar encima de los demás como muestra torpe del no ser y lo más trágico es que en su narcisismo no
son capaces de ver al imbécil vestido de gala.
Los casos de corrupción e
impunidad nos deberían decir en la clase
de país en el cual habitamos, pero también tenemos que ver que tenemos hombre
como el Pequeño David que tiene los
cojones bien puestos para enfrentar la
hidra y que las resultantes de esos juicios no son de ninguna manera una pérdida, sino la advertencia de que la
hora de juzgar a los enemigos del pueblo está más cerca de los que muchos
piensan.
Cuantas veces nos agobiamos con
nuestro pequeño dolor, pero no advertimos el dolor ajeno, el dolor de esta humanidad
deshumanizada, necesitamos amarnos y lanzarnos a perseguir las conquistas para
la colectividad y no para sujetos enfermizos, gusanos genéticos aves impías del
averno.
Que nos duela el pueblo, sintamos
que nuestro dolor es general y con ese mismo dolor toquemos puertas, salgan de
las oficinas, vámonos al campo, ésto no es de un rato, es a diario antes,
durante y después de las elecciones.
A la juventud le pertenece la
patria, luchen por ella, a los viejos nos queda nada mas el orgullo de seguir
luchando hasta el último segundo de nuestra vida.
No veas al Partido
como un banco,
míralo como la agrupación que va a sacar a esta nación del atolladero,
no lo mires
como Santa Claus, no es él, míralo como un ente filosófico si se quiere
que busca los caminos objetivos para llegar a la satisfacción de las
necesidades de la colectividad y recuerda, se honesto-a, el partido está
para
siempre y los frutos podridos se caen
por gravedad sin necesidad de menearles las ramas., no calles la
corrupción, denúnciala,
no formes con tu silencio parte de ella.
Milita con tu pueblo, con nuestro
pueblo, con este pueblo salvajemente explotado, luchemos por hacer
de esta
patria una gran nación para todos y todas, donde todos tengamos alimento, educación
y abrigo y más que todo paz, que sólo se
lograra con la justicia social.
Recuérdate de ésto: Nuestro
sacrifico es nada comparado con el sacrificio histórico de nuestro pueblo
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