La propuesta sobre la mesa considera que los receptores verán aumentada la cuantía en juego por la vía del otorgamiento de créditos con bajos intereses provenientes del Banco de Seguridad Social y otras instituciones afines.
El texto en cuestión estipula que los beneficiarios se clasificaran en tres categorías, según el grado de pobreza, proporcionando mayores proporciones de apoyo a las familias que viven en muy malas condiciones.
A juicio del ministerio de planificación e inversión en lugar de utilizar para ese fin partidas del presupuesto estatal, se debe contar esencialmente con el sistema crediticio, fondos de administraciones y empresas locales, de lo que la cartera de construcción discrepa debido al alto número de hogares pobres registrados.
El programa promovido puntualiza que las familias elegibles sean las que carecen de vivienda o si la tienen se encuentran en extremas condiciones precarias y en riesgo de colapsar y que les falten capacidad financiera propia para acometer reparaciones por su cuenta.
Una vez adoptado el plan autoridades de provincias y ciudades tendrán que reportar de su progreso cada tres meses al ministerio de construcción que a su vez rendirá cuenta al gobierno.
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