Foto: La Voz de Rusia
La liturgia divina en la Catedral de Cristo
Salvador reunió a cien obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa,
representantes de las quince iglesias locales y a varios miles de
feligreses. Los fieles se habían acercado al templo mucho antes del
inicio de la misa para poder asistir al tedeum solemne.
La
actual liturgia es un acontecimiento histórico no sólo en la vida de la
ortodoxia rusa, sino de la mundial. Eso no sólo se debe a que fuera
llevado al templo el objeto sagrado de los cristianos, la cruz en la que
había sido crucificado el apóstol Andréi Pervozvanni. Los servicios se
realizaron en varias lenguas, entre ellas el eslavo eclesiástico, el
griego, el árabe, el inglés.
Es simbólico que las
festividades hayan comenzado el día conmemorativo en honor de la isa
póstula princesa Olga. Se sabe que ella se convirtió secretamente a la
ortodoxia tres décadas antes del bautismo oficial de Rusia, en
Constantinopla. La elección de la fe hecha por la princesa,
posteriormente confirmada por el príncipe Vladímir, fue determinante
para el futuro de la Rusia histórica, está convencido el Patriarca
Cirilo:
–Los mil veinticinco años del Bautismo de Rusia es una fecha muy importante para los pueblos de Rusia, y también para los de Bielorrusia y Ucrania,
así como para los países de la Rusia histórica. Justamente al Bautismo
(de Rusia) le debemosla formación de nuestra civilización única. La
lealtad a nuestros fundamentos espirituales nos garantiza seguir siendo
verdaderamente nosotros mismos, lo que significa que seremos realmente
felices. Ya que no pueden ser felices los pueblos que se han traicionado
a ellos mismos, no libres y dependientes espiritualmente.
Especial
énfasis en los actuales festejos se hace sobre el último cuarto de
siglo de la historia de la ortodoxia rusa, y eso tampoco es casualidad.
El resurgimiento de la fe comenzó con la gran celebración de los mil
años del Bautismo de Rusia, señala el jefe del Departamento Sinodal de
Información Vladímir Legoida:
–En 1988 tuvo lugar un giro inesperado para muchos, cuando de repente fue posible hablar de la Iglesia sin injuriarla. Entonces fueron reconsiderados los valores espirituales que por décadas estuvieron prohibidos y se consideraron negativos. En los veintivinco años
transcurridos nos acostumbramos a los postulados generales de que el
Bautismo de Rusia ha determinado la elección histórica de los pueblos
que hoy habitan los países del espacio postsoviético. Sin embargo, hasta
la fecha apreciamos esta festividad como la posibilidad de reflexionar
sobre importantes preguntas: quiénes somos, de dónde venimos y a dónde
nos dirigimos.
De parte de todos los ortodoxos
del mundo felicitó a la Ortodoxia Rusa con motivo de su cumpleaños el
líder de una de las iglesias más antiguas del mundo, el Patriarca de
Alejandría Teodoro II. También el presidente de Rusia Vladímir Putin
envió su felicitación solemne. Mañana por primera vez en la historia el
jefe del estado se reunirá en el Gran Palacio del Kremlin con los
primados y representantes de las quince iglesias ortodoxas autocéfalas.
El
26 de julio las delegaciones patriarcales se dirigirán en un tren
especial a Kíev, donde celebrarán el mismo Día del Bautismo. El 28 de
julio, el día de la memoria del Santo Príncipe Vladímir, Bautizador de
Rusia, el Patriarca Cirilo junto a los sacerdotes ortodoxos de los
diferentes países del mundo oficiará la Liturgia Divina en el Monasterio
de Kievo-Pecherskay a Lavra. La oración conjunta de los primeros
jerarcas será otra demostración de la unidad y la fuerza de la ortodoxia
mundial. Los festejos concluirán en la ciudad de Minsk, capital de
Bielorrusia, a donde los representantes de la ortodoxia mundial
arribarán después de visitar Ucrania.
Es simbólico que
vaya a acompañar “el tren de los patriarcas” la gran cruz sagrada de los
cristianos en la que fuera crucificado el discípulo de Jesucristo, el
apóstol Andréi Pervozvanni. En Rusia ya la saludaron alrededor de
cuatrocientas mil personas.
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