Foto: EPA
El prestigiado semanario alemán Der Spiegel
fue el primero en publicar esa información, al recibirla del
excolaborador fugitivo de la CIA y la NSA, la Agencia de Seguridad
Nacional, ahora convertido en héroe denunciador.
El domingo llegó la nueva porción de datos comprometedores: el periódico británico Guardian
obtuvo información de que los norteamericanos espiaban a las embajadas y
otras representaciones de treinta y ocho países, entre las naciones
europeas figuran en la lista Francia, Italia y Grecia.
Los
servicios secretos de los Estados Unidos no sólo instalaron micrófonos
en las oficinas de la Unión Europea, sino también controlaban sus redes
informáticas internas, tenían acceso a los correos electrónicos y los
documentos. En los comunicados la Unión Europea es calificada de una
manera inequívoca como objeto de agresión.
Mientras
tanto los l í deres de las naciones europeas, y en primer lugar la
canciller alemana Angela Merkel, por el momento no han informado nada
concreto en relación con dicha situación. El experto en materia de la
seguridad cibernética de la Universidad Libre de Berlín Sandro Gaycken
señaló en la charla con La Voz de Rusia que para los alemanes
hace mucho no es novedosa la vigilancia por parte de los servicios
secretos estadounidenses. Por eso la noticia no ha tenido gran
resonancia social.
—Lamentablemente la sociedad
alemana no está ahora demasiado indignada por lo que está sucediendo .
En caso de existir una repercusión social más significativa, la reacción
de los políticos también habría sido más precisa y categórica. En
realidad, en Alemania todos se daban cuenta de que la CIA practicaba ese
tipo de acciones y vigilaba a todo lo que se pudiera . Por eso (el
asunto) no fue una sorpresa . Desde luego, la canciller Angela Merkel ya
hab í a expresado el disgusto de Alemania al presidente Obama, pero en
general, dichos sucesos no son evaluados en Alemania como algo tan
terrible como para que ocasionen tirantez en las relaciones con EEUU.
Los
europeos resultaron extremadamente vulnerables ante el dominio global
norteamericano en el sector de la información. Eso podría haber
originado una serie de pasos constructivos, más exactamente la revisión
de la estrategia general de la Unión Europea sobre la seguridad
cibernética.
¿Pero, tienen acaso los europeos la
voluntad política para emprender acciones concretas en ese sentido? ¿O
la indignación de los políticos europeos es sólo el intento de cautivar
al público en el propósito de ganarse puntos políticos? El representante
de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU explicó a la agencia
de noticias Reuters que se trataba de una práctica absolutamente común
de los servicios secretos, habitual en todos los países del mundo. El
problema por lo visto consiste en que esta vez el asunto se hizo del
dominio público.
vg/mo
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