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A pesar de que en su producción se gastan
inmensos recursos naturales, muchos de los cuales son de difícil
renovación. Para conservar la naturaleza, el hombre debe guiarse por el
principio “piensa-come-conserva”. Exhorta la ONU.
Antes
de poner la comida en el plato, debe pensar si puede comerla toda. Es
en lo que insisten los expertos de la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura (FAO). Según su investigación, la humanidad
pasa el 30 % de los alimentos a la basura; algunas cosas quedan después
de comer y otras se estropean en la nevera. Hoy se producen demasiados
alimentos, la gente compre más de lo que necesita, señala la
nutricionista Irina Dirichova.
–En buena verdad el
género humano no puede encontrar un balance en la comida y me parece que
con el tiempo la situación será peor. El que la micro-mercadotecnia se
desarrolle y obligue a la gente a comprar no solo más de lo que pueda
comer, sino más de lo que se proponía comprar, esto es beneficioso para
alguien.
Conforme a los datos de la ONU, para la
producción de un litro de leche empaquetada se necesitan mil litros de
agua natural y para la de una hamburguesa dieciséis mil litros de agua.
Si se las produjera en cantidad necesaria para los consumidores, la
humanidad conservaría gran cantidad de bio-recursos. Sin embargo, la
limitación de la producción de alimentos conducirá a su déficit y, como
consecuencia, a su encarecimiento, supone Alexéi Nóvikov, presidente de
la Asociación Nacional de Organizaciones de comida rápida.
–En
este caso no se puede mirar desde el punto de vista de que se
inutilicen muchos alimentos. Si se limita la producción de los
alimentos, surgirá sin falta el problema del déficit. Por ejemplo, si se
planifica producir cierta cantidad de productos de harina, alguien
comprará mucho, ya que algunos suelen comprar más de la cuenta, como
reserva, al paso que otros chocarán con el déficit de tales productos. A
mi modo de ver, es incorrecto generar problemas artificiales en la
producción de alimentos.
Empero, en los países
desarrollados, en lo que no hay problema del déficit, surge otro: la
obesidad. Acorde con los datos de la FAO, al presente dos millardos de
personas sufren inanición crónica y casi un millardo y medio tienen peso
excesivo. Resulta que en algunos lugares la gente muere de hambre, en
otros la comida no consumida pasa a la basura, además se gasta mucho
dinero en mantenimiento del estilo de vida sano. Así, la esposa del
presidente de EEUU Michelle Obama promovió el programa nacional de lucha
contra la adiposis infantil, cuyo coste es de diez millardos de
dólares. Debido al peso excesivo los niños han comenzado a sufrir
afecciones que ante eran propias tan solo de mayores de edad. Es posible
evitarlo si se inculca desde la tierna edad la cultura de la
alimentación y una postura cuidadosa respecto a la comida.
Es
de destacar que los expertos de la ONU declararon Mongolia como país
ejemplo de la actitud cuidadosa hacia la comida. Los países más
derrochadores en este sentido son EEUU, Canadá, Gran Bretaña y algunos
miembros de la UE. Por lo demás, incluso en la parte sur del continente
africano, en el que se registra el mayor porcentaje de famélicos, la
pérdida de alimentos llega a diez kilos al año per cápita.
vs/kg/er
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