Es tanto el dolor que nos embarga, que la sonrisa se uelve enascarada...
Hay días oscuros que golpean nuestra vida, no
porque no podamos ver, sino por la razón de haberse oscurecido.
Como heraldos y
oráculos de dolor van marcando la vida de los pueblos, dejando llagas en el
alma nacional que no se curan ni se curaran por siglos o milenios. Dicen:
olvida y perdona, personalmente no tengo esas capacidades divinas de cerrar los
ojos de la conciencia al dolor que va desnudo por las calles y rincones de la
patria, mucho peor a sabiendas que quienes lo causaron en el pasado, los siguen
causando en el presente y seguirán en el futuro mientras lo permitamos como
pueblo.
Es no tener alma ver a los tiritantes niños en la ateridas calles
mendigando un mendrugo mientras los extorsionistas perfumados viven en orgía
permanente a costillas de los trabajadores. Es duro sentirse del partido del
pueblo y saber que el mismo no tiene la capacidad, ni la tendrá por mucho
tiempo, de resolver la caótica problemática nacional, es duro ver la esquizofrenia
del machismo nacional abusando y acosando niñas e irrespetando y asesinando
mujeres a lo largo y ancho de la patria. Es inaudito y hasta increíble lo que
te cuentan los mismos agentes de la policía nacional y bueno; lo que a diario
se percibe del Sistema Judicial salvadoreño. Se hacen pininos como la Ley de
Transparencia, sin embargo;
dicha Secretaria y la misma Secretaria de Asuntos
Estratégicos saben bien que se enfrentan a clanes poderosos capaces le doblarle
la nuca al gobierno y a cualquiera de sus tres poderes y que si se los
permitiéramos ya hubieran ahorcado a toda la Dirección del Partido, porque esta
maldita oligarquía nacional sigue siendo la mas criminal de América Latina,
capaz de comprar políticos, capaces de comprar elecciones, capaces de todo lo
peor que le pueda suceder a cualquier país de la tierra. Cuantos billones
recibieron de los Salvadoreños en el Exterior a los que ellos mismos forzaron
al exilio cuando quemaban nuestras casas con la táctica de Scorched Earth, y la
mierda impunidad les permite andar sueltos como perros rabiosos aquí y en los
gusaneros imperialistas, mientras nuestro pueblo en el exilio suda como Hebreos
Modernos y acá no se les da siquiera una aspirina y se les trata de engañar con
el voto en el exterior y prebendas mendrugueras sutiles que en nada cooperan
con la formación de nuestra diaspora. Los huesos de nuestro pueblo masacrado,
como nocturnos cocuyos están en permanente denuncia mientras el oportunismo
descarado se abraza con los sicarios de nuestro heroico pueblo. Hay días
oscuros, no porque el sol no alumbre, sino por la sombra permanente que
estremece nuestras entrañas.
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