Las pesquisas persiguen determinar si los ejemplares encontrados en ambos sitios provienen de países vecinos u otras regiones de la isla, comentó Eliseo Luis Peraza, especialista de la Empresa Provincial de Flora y Fauna.
Existen evidencias de que algunas de esas aves tienen como lugar de origen la península de Yucatán, próxima al extremo oeste del archipiélago, adelantó el experto.
Al referirse a las comunidades de flamenco avistadas en los Cayos del San Felipe, isletas situadas al sur de este territorio, aseguró que sobrepasan los 200 individuos.
El paraje marino es utilizado por los llamativos pájaros como lugar de descanso y alimentación, las averiguaciones actuales persiguen descubrir si la zona constituye, además, un espacio donde hacen sus nidos, añadió Peraza.
En las islillas anidan al amparo de proyectos conservacionistas, tres especies de tortugas marinas: carey, caguama y verde.
Esos quelonios ponen sus huevos en las dunas durante la etapa comprendida entre los meses de mayo a septiembre.
Iguanas, manatíes y delfines integran también la fauna del lugar, protegido por regulaciones ambientalistas.
Macurije, al norte de Pinar del Río, es otro de los escenarios preferidos por los flamencos rosados, algunos de los cuales pudieran provenir de México u otras naciones cercanas, pertenecientes al área caribeña, insistió.
Esta provincia abriga a abundantes especies de aves, sólo en la península de Guanahacabibes habitan de forma permanente o temporal más de 200 variedades, tanto nativas como exóticas.
La extensa llanura cársica constituye un prominente corredor para la avifauna, refugio de numerosas viajeras que intentan evadir las bajas temperaturas de sus zonas de cría, situadas por lo general en América del Norte.
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