Desde que la Dra. Mélida
Anaya Montes, lanzara el primer proyecto de Reforma Educativa, demandando el
derecho ciudadano salvadoreño a la educación, han pasado más de cuatro décadas
y si cierto es que se han dado ciertos
cambios en nuestra escuela es mucho lo que falta por hacer.
El gobierno actual ha dado
grandes pasos en para asistir al
estudiantado con los paquetes escolares, pero el problema no reside sólo
en la pobreza de nuestra población y en la infraestructura escolar, sino en el magisterio, en los padres de familia y
la comunidad quienes tienen que compenetrase más de la necesidad de unirse al esfuerzo nacional
por superar los problemas que afrenta nuestra escuela.
Pueblo que no se educa no se
desarrolla y ello es lo que nos pasa acá en El Salvador donde existe una crisis
de ausencia de científicos, de profesionales en todos los campos para atender de forma más efectiva las
necesidades del país.
Recuerdo que en el gobierno
pasado un narco traficante suramericano era uno de los consejeros educativos en el país,
vaya que virtudes! y los nidos de corruptelas eran como nacimientos de víboras
por todos lados en el sistema educativo, corruptelas de las cuales muchas aún persisten en el Ministerio de Educación
cobijadas en los contratos areneros que dejaron amarrado al actual gobierno,
por otra parte, la falta de cooperación de un sector magisterial para desarrollar de mejor forma las tareas
asignadas y la falta de preparación científica del mismo magisterio redunda en
la baja calidad educativa de nuestro estudiantado.
Hay negligencia para desarrollar
la Escuela a Tiempo Pleno, parte central
del nuevo Plan Social Educativo, hay falta de participación de los Gobiernos Municipales,
de la comunidad, la iglesia y de los
padres de familia, quizá ello se deba a
la falta de parte del Ministerio de Educación de ser pregonero del mismo a
nivel nacional y hay falta de una participación más activa de parte de los
Centros de Educación Superior.
Por otro lado, los contenidos programáticos
tienen que adaptarse a las necesidades de la actualidad enfocándose en al
desarrollo tecno-científico a la par de la formación humanística que nos lleve
al desarrollo educativo, cultural y socio-económico de nuestra nación.
El centro de atención de la educación
debe ser el niño y la comunidad, ello es por antomasia inseparable, y la focalización del gobierno debe ser sobre
lo mismo. La inversión en la escuela es lo que nos puede salvar de la
dependencia permanente.
Las políticas educativas deben de
ser de Puerta Abierta para todos salvadoreños. Perdemos a jóvenes brillantes
por falta de becas y muchas veces, se
beca a la persona indebida. La teleología educativa debe conducirnos a educar para la libertad y
no estar con la fábrica de esclavos de los cuales muchos de ellos quedad
asesinados en los caminos de la Muerte del Sueño Americano.
El Ministerio de Educación está
en buenas manos, pero deberían de echarle una ojeada a las direcciones departamental
de educación de la nación y estudiar si quienes ocupan dichos cargos son las
personas genuinas que la patria necesita, algunos de ellos y ellas no oyeron el
llamado a la Campaña Nacional de Alfabetización y es más, se opusieron a la
misma.
No es sólo enseñar a leer y escribir,
hay que enseñar a pensar críticamente!
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