Norman Quijano Candidato de ARENA

 

Chencho Alas

 

Publicación en MONCADA

 

         Me encantan los candidatos, sobre todo los que aspiran a ocupar la silla presidencial, porque tienen la tendencia a desnudarse espiritualmente con tal de lograr su objetivo. Norman Quijano, actual alcalde de San Salvador y recién ungido candidato de ARENA por el gran gurú Alfredo Cristiani, ya saltó a la palestra. En su primera aparición anuncia que va a abolir el programa del Ministerio de Educación de donar uniformes, zapatos y útiles escolares a los niños de las escuelas públicas y va a mejorar la educación ¿Por qué va a quitar este programa? Simplemente porque es un programa instituido por el Ministro de Educación, Salvador Sánchez Cerén, miembro activo del FMLN, candidato del FMLN. Al mismo tiempo promete que va a mejorar la educación en el país.

 

Quijano abre la boca y se desnuda ante el país. Lo primero de todo, tiene una actitud negativa nada positiva para ser presidente. Según afirma, va a quitar el apoyo que el estado da a los padres de familia, sobre todo a los más pobres, para que puedan inscribir a sus hijos en las escuelas. Quitando este subsidio, promete mejorar la educación, o sea, entiendo que va a instituir mejores programas educativos y mejorar la capacidad pedagógica de los maestros. Muy bien, lo felicito. Pero, ¿de qué sirve tener maestros más capaces de impartir la enseñanza, si va a bajar drásticamente el número de niños que asisten a las escuelas? Los pobres no tienen lo necesario para pagar la canasta básica, lo fundamental de su hogar. Llega el tiempo de inscribir a los hijos en la escuela y su mayor preocupación es que no tienen dinero para el uniforme y los zapatos. Soy testigo de primera mano de la angustia que pasan los padres de familia. Fui a la casa de un carpintero de Majahual, La Libertad, para que me hiciera dos puertas de madera. No estaba en ese momento en casa y me quedé para esperarlo. Mientras eso hacía, me puse a conversar con sus hijos, todos de edad escolar. Les pregunté por qué no estaban en la escuela a esa hora. La respuesta fue unánime: mi papá no tiene dinero para comprarnos los uniformes y los zapatos. Usted nos va a ayudar, porque le va a dar trabajo.

 

En segundo lugar, Quijano no entiende el lenguaje concreto del pueblo y se refugia en un abstracto, la educación. La cultura del pueblo es concreta. Muy bien entiende la gente que la educación es importante si el estado le dice: “mira, te voy a dar los uniformes, zapatos y útiles, si envías a tus hijos a la escuela”. Nos refugiamos en afirmaciones abstractas, cuando no tenemos nada concreto que ofrecer porque no nos conviene, porque nos compromete o porque mentalmente somos poco desarrollados. No nos conviene: esto le sucede al padrecito que se lanza un sermón muy adornado, pero sus palabras no constituyen un mensaje para la feligresía que tiene enfrente. El padre habla muy bien, pero el pueblo continúa en su misma situación de opresión al día siguiente, al año siguiente, toda su vida. Le sucede también al político que tiene el arte de ofrecer y ofrecer, pero nada que le comprometa, nada que el pueblo le pueda reclamar durante los años de gobierno.

 

Yo entiendo perfectamente a Norman Quijano cuando afirma que va a abolir la entrega de uniformes, zapatos y útiles escolares en las escuelas. Representa perfectamente la política de la argolla dorada de ARENA a quien sirve. Ellos saben muy bien que una población analfabeta fácilmente se puede explotar, pagarle salarios de hambre, votar del trabajo sin prestarle ninguna indemnización. No es por falta de recursos que se ha mantenido a un porcentaje de la población analfabeta sino por una voluntad política bien clara. No se necesita saber leer y escribir para cortar café o caña. Tampoco se necesita saber leer o escribir para poder votar, basta que se le dé a la gente camisetas, unos pesos y algo de comer y ya es suficiente.

 

¡VOTA ARENA Y TE QUEDAS EN LA ARENA!

 

Austin, Tx, 28 de agosto de 2012