Con la cara amarga, el estómago ulcerado, la piel llena de
arrugas y verrugas, la humanidad camina
a la tumba colectiva llevándose consigo el tiempo inexorable, la esclavitud del
reloj y la viscosidad de los horarios.
El incipiente desarrollo mental tanto de los unos como de los
otros, los lleva al entierro colectivo
de la mentalidad humana como máquinas oxidadas por falta de uso y las células que
se activaron fueron en dirección
equivocada trayendo como resultado el
sufrimiento continuo y extremo de toda la humanidad.
Los paraísos primitivos fueron resembrados con las flores del
mal y la cizaña que parió la propiedad
privada y el salvaje esclavismo producto de ella, trajo consigo la condena de la especie a su
auto destrucción.
La filosofía y los filósofos han perdido siglos tras siglos
examinando la nada, la existencia de dios y la creencia burda de que los dioses
están enojados, en lugar de aferrarse al estudio dialéctico de la materia que
da vida o que puede quitarla si mal la tratamos. De ahí que los “Grandes
Pensadores”, de la Ciencia Política, de
la Jurisprudencia, de la Economía Política, de la Pedagogía, de la Tecnología,
pagados por la clase dominante crearon
un oscurantismo espejista acumulador del cual es producto la sociedad actual.
El ser humano se hizo esclavo de la acumulación y ella llevó
a esclavizar a los que no han sabido usar las armas de la libertad tornando la
existencia en un “Yo” contra ustedes y ustedes contra “Mi” estableciendo una
sociedad clasista: la de los poseedores y la de los desposeídos, infundiendo a los débiles ideas que nada
tienen que ver con la realidad de la existencia, ni con su deplorable condición
humana.
La religión desde los pálidos púlpitos se apoderó del destino
de la especie y la ha conducido a caer como sierva ciega a las garras de la rapacería política la
cual con ofrecimientos utópicos la han llevado a sangramiento y la está
llevando a pasos agigantados al exterminio total. Los fines justifican los
medios, aunque estén equivocados.
Como borregos al rastro, caminan a diario a dar sus débiles fuerzas para que
los ricos se sigan enriqueciendo y éstos a la vez, en su orgía permanente empantanan a la
sociedad en océanos de sangre, hambre, miseria y desesperanza.
Todo lo ético, lo justo o injusto, lo legal o ilegal, lo
artístico o anti artístico, lo verdadero o falso, lo ontológico y axiológico, pasa a ser terminología relativista en manos
de las camarillas dominantes del poder económico y ejecutados por medio de sus testaferros
políticos, así mismo; todo tipo de elecciones donde las masas embrutecidas
votan, pero no eligen; son producto del
condicionamiento de los mediáticos medios de comunicación en manos de los enemigos de las masas
trabajadoras.
Hablar de revolución se ha tornado una utopía más, revolución
para quién? Para seudo líderes que abandonan a sus pueblos ante las canastadas
de dólares del imperialismo, de tal forma que la humanidad como bestia
domesticada obedece, escucha y no debate y cuando trata de debatir es callada
con balas, la torturas, cárcel y la muerte.
El viejo aforismo del Che de que de nada sirve la revolución
si no produce mejores condiciones materiales para las clases trabajadoras sigue
en boga como un sol golpeando a la faz de la clase política diz que
revolucionaria, genéticos oportunistas
engordando como cerdos con la sangre del pueblo.
Mientras tanto, la humanidad es incapaz de descubrir la
felicidad y de mantenerla y, esclava de horarios y de relojes; ha perdido
la capacidad de poder extender los pocos minutos de felicidad que pueda tener.
La filosofía en su telar arácnido poco ha hecho por demostrar que la felicidad
es un estado del alma, apetecible y alcanzable por todos si cada quien se
construye un puerto de llegada donde no
se pague peaje alguno, sino el esfuerzo personal de alcanzarlo. La felicidad no
es la falta ni la abundancia material, sino un estadio superior de la
conciencia humana.
Si los horarios son largos, acórtalos mentalmente. Al final
del día seas quien seas o hagas lo que
hagas en esta tierra de nadie, separa el dolor y el sufrimiento. Recuéstate un
momento y vive la felicidad de ser lo que eres, al despertar tus angustias si
están presentes, sabes que al final de la jornada tienes derecho a ser feliz.
Si tod@s viéramos así la vida y tomáramos la felicidad como
el puerto de llegada, al menos caminaríamos felices por la senda de la vida la
cual sería bello estuviera plantada por flores del saber que fumen nuestra conciencia
para llegar a "Ser"
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