Ya salió El Socialista
Centroamericano No 136.-
En anteriores ocasiones, hemos manifestado que por
la reducción de la clase obrera industrial, que
surgió del Mercado Común
Centroamericano (MCCA), y el nacimiento de una
nueva, joven e inexperta clase obrera en las maquilas, los
empleados públicos de Centroamérica se han
convertido en la vanguardia de las luchas de resistencia
contra la permanente ofensiva neoliberal, que transforma
nuestros países en una inmensa zona agrícola
que abastece a los Estados Unidos, mientras nuestros obreros
y campesinos no consumen las calorías necesarias
para la vida humana.
La reducción del Estado, que tanto exige el
Fondo Monetario Internacional (FMI), para
otorgar leoninos prestamos de subsistencia, se concretiza en
los sistemáticos recortes en salud y
educación. No es una casualidad, pues, que el
magisterio y empleados de la salud, son los sectores que mas
se han movilizado en los últimos
años.
Desde Guatemala hasta Panamá, esta ha sido
la constante: movilizaciones y huelgas de los trabajadores
del magisterio, de la salud y seguridad social, en defensa
del puesto de trabajo, contra los bajos salarios y, por
supuesto, en defensa de una educación y salud
publicas de calidad, en beneficio de los más
pobres.
En este mes de Mayo, le ha tocado asumir la
vanguardia de las luchas a los trabajadores
panameños, un país que históricamente
no formó parte de la Federación
Centroamericana, pero que actualmente ya es parte
indisoluble de la nación centroamericana. La lucha
de los trabajadores panameños reviste una particular
importancia, porque es el país que tiene más
alto nivel de vida en la región, lo que demuestra
que la crisis capitalista tiene efectos generales en todos
lados y tiene los mismos efectos devastadores contra el
empleo, los salarios, y los servicios
públicos.
En todas partes, la crisis capitalista tiene un
efecto común de reducir los salarios reales, el
único sustento de los trabajadores. Acaba de
finalizar una huelga de 11 días de los trabajadores
de la salud en Panamá, que si bien es cierto no tuvo
resultados inmediatos en relación al deseado aumento
de salarios, dicha movilización significó un
fortalecimiento de la organización sindical y una
elevación de la conciencia de los trabajadores,
quienes suspendieron el paro pero que conservan intacta
toda la musculatura sindical, y están dispuestos a
reiniciar la pelea en cualquier momento.
También se movilizaron los maestros de
Panamá, obligando al gobierno de Martinelli a
resucitar las mesas de negociación. Estos dos ultimas
movilizaciones se suman a otras ocurridas en los meses
anteriores, entre las que destacan las luchas de los
trabajadores de la ampliación del Canal de
Panamá, los pueblos indígenas por la defensa
de sus territorios, el medio ambiente y contra la
depredación de las multinacionales. Panamá
vive una particular situación de ascenso de las
luchas obreras, populares e indígenas.
Mientras esto ocurre, observamos una casi nula
solidaridad de los gremios magisteriales y de la salud de
los otros países del área Centroamericana, en
solidaridad con las recientes e importantes huelgas en
Panamá. Es cierto que en algunos países, como
Honduras, el magisterio y el sector salud vienen de librar
duras luchas contra la ofensiva del gobierno de Porfirio
Lobo, y es muy probable que prevalezca el cansancio,
producto de las grandes movilizaciones en los últimos
tres años.
Pero aun así, siempre debemos manifestar
nuestra solidaridad con nuestros hermanos de clase, y
superar las artificiales fronteras que nos dividen. En toda
Centroamérica, existen los mismos problemas que
originan el estallido de luchas idénticas. No
permitamos que los gobiernos burgueses y el imperialismo
norteamericano, nos dividan.
Si luchamos por separado nos pueden derrotar,
pero si nos mantenemos en unidad de acción en cada
uno de los países y en el conjunto de
Centroamérica, la vitoria será
nuestra.
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