Al menos nosotro sabemos porqué estamos condenados...
Tenés que partirte el alma para tratar de comprender las aberraciones humanas, la falta de solidaridad y solvencia moral de personajes grotescos a los que aunque la máscara se le haya caído siguen creyendo que la gente les cree y lo peor es que creen ser lo que nunca han sido.
Como felino a la caza el homo sapiens busca la oportunidad de golpear, pero a diferencia del felino, éste jamás satisface su gula, de ahí el espejismo consumista y el fetichismo del poder causantes de la ceguera de la humanidad deshumanizada.
Los nazis de ayer se vuelven palomas de la paz, los carniceros guerreristas del presente ganan el Premio Nobel de La Paz quizá como señalamiento a la corrupción de los encumbrados criminales que dirigen y poseen la mal usada herencia de Alfred Nobel inventor de la dinamita y consecuentemente Le Marchand de la Mort.
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No se necesita ser economista para darnos cuenta que las crisis económicas son causadas por el sistema y principalmente los banqueros de Wall St. y el Dow Jones por medio de las cuales fijan los precios de los mercados del mundo, recogen los productos al precio que ellos fijan, capitalizan riquezas y socializan las pérdidas empujando a la humanidad a nuevas confrontaciones en las cuales son los mismos fabricantes de armas los ganadores de siempre para lo cual crean un aparato de mentiras dirigido por CNN y Reporteros Sin Fronteras para tratar de venderle al mundo las falacias más torpes que el sistema inventa exportando violencia y con ello la pobreza y la inseguridad que viven nuestros pueblos.
En El Salvador por ejemplo, se quiere solucionar el problema de las maras por medios anticuados como son los milagros y jamás se atreven a mencionar las causantes de las mismas y tratan de sostener una economía a base de préstamos sin producción y nadie, ni el gobierno, los partidos políticos y el pueblo se sientan para proponer, discutir y tratar de ejecutar un proyecto de nación y los cambios pírricos que se tratan de hacer no satisfacen ni las ínfimas necesidades básicas de la población condenando a este pueblo a seguir viviendo la Vorágine de
Sangre a la cual parece que la clase económica y política ya se acostumbraron.
La inercia política económica y el hambre pronunciada son las causantes del caos social y no saldremos de él mientras no se reactive la producción tanto industrial como agrícola, se creen oportunidades para la juventud y se reparta el producto terminado proporcional al esfuerzo del pueblo, lo demas es verborrea.
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