A grandes problemas, grandes soluciones.
Probado esta que la cárcel no es la solución al problema de la violencia, sin embargo ello no quiere decir que el problema no tenga solución, el problema son los recursos y la visión tradicional equivoca que la cárcel va a solucionar el problema.
La policía no es ni siquiera numéricamente paralela al número de criminales, a ello hay que aumentarle la infiltración, falta de recursos y la potencialidad económica y logística del crimen organizado, al mismo tiempo el problema del sistema judicial de nuestro país.
La cárcel es nada más un infierno que a nadie educa y que nadie quiere, es un hacinamiento de crimen y enfermedades psicofísicas donde todos están enfermos o enferman no sólo los presos, sino los que se mueven alrededor de ese ambiente patológico convirtiendo al hogar, la policía y los juzgados y a la nación en general en una extensión de la maldita cárcel.
Algunos no lo verán así, pero sufre la nación por la violencia, sufren los familiares de los presos, sufre el sistema judicial ante la incapacidad de resolver el problema, sufre el sistema educativo y el mal se hace general.
Si sabemos bien que todos somos afectados entonces es deber de todos sugerir formas de encontrarle solución al problema y como todos estamos pagando de una u otra forma por el estado de violencia todos tenemos que pagar para buscarle soluciones.
Viéndolo así, tenemos que ver quiénes son los más afectados económicamente y con toda claridad es la empresa privada ya que la violencia impide la inversión extranjera, la producción y la exportación, de tal manera que es dicha empresa la que fiscalmente debiera ayudar a resolver el problema junto al gobierno y la ciudadanía.
Preguntémonos cuántos presos tenemos, digamos 10.000 como ejemplo, a 10 dólares per cápita, son 100.000 diarios, son tres millones en un mes y 36 al año y cuánto cuesta el mantenimiento de personal que se mueve alrededor? Haciendo números, las matemáticas no fallan y es una gran inversión del presupuesto nacional.
Escuchando un día de éstos al Doctor Armando Bukele, el se preguntaba por qué la empresa privada no invierte en el país y sin embargo lo están haciendo en Nicaragua, Costa Rica, Colombia, los Estados Unidos y otros países y cuál es el temor que le tienen al Presidente Funes y al FMLN cuando tanto el Presidente y el FMLN han dicho abiertamente que bien vienen a la empresa privada, desde este punto de vista no es Funes ni el Partido el problema, sino el problema lo heredamos hasta de factores foráneos
Una sugerencia es que la población carcelaria pase a grandes granjas agrícolas, industriales y como todo salvadoreño que trabajen y produzcan para ellos mismos y sus familias, para ello habrá que in invertir y grabar a la empresa privada con impuestos acordes siquiera a las tasas fiscales centroamericanas.
Hay en al país 400.000 manzanas que cultivar y ahí seria de organizar 50 granjas agrícolas industriales que ocuparía a toda la población carcelaria del país y su personal administrativo y evitaría el rio de sangre cotidiano en nuestra patria. La policía sabe donde están, quienes son, entonces si se tuvieran dichas granjas ahí se encontraría parte de la solución al problema, es decir lo grueso del problema.
Para buscarle solución a un problema de esta naturaleza que trasciende nuestras fronteras, es fácil conseguir financiamiento internacional y coinversión al mismo tiempo, lo cual resultaría en mejoramiento de las condiciones socio político, económico y cultural de nuestro país.
El problema no es solamente de la policía, el ejército, el ministerio de justicia, de los empresarios, es de toda la nación, de toda la ciudadanía y todos debemos cooperar con el gobierno para buscar una solución adecuada. Repito y enfatizo, la cárcel no es la solución, ella es simplem
ente un espacio para seguir aumentando el problema. La solución comienza en el hogar, la escuela, la iglesia, el gobierno, la empresa, la policía, el ejército y toda la ciudadanía en general.
Con solo que produjeran su alimentación, preguntémonos cuanto ahorraría el estado
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