Por Esteban Morales
UNEAC - En MONCADA
A Barack Obama, le ha correspondido lidiar con el país más codiciado pero también el de más pobre y desequilibrada distribución de la riqueza. En el orden ético-moral, de un mesianismo casi enfermizo, por medio del cual se ha atribuido siempre el derecho a considerar que es lo mejor para los demás, ha terminado desplegando un nivel de egoísmo a lo interno y hacia fuera, que le gana crecientemente el odio de muchos que antes lo vieron como un paradigma de modo de vida.
Bush solo ataco Irak y después Afganistán. Obama, está inmerso en un proceso que va mucho más allá: un nuevo reparto económico y territorial, secundado por sus aliados europeos. Hace falta petróleo y dinero en grandes cantidades, para salir de la crisis y hay que quitárselo a quien los tenga. Aun no han terminado de tomar Libia y ya se la están repartiendo. Siria, tiene asignado el mismo destino. Todo a lo “descarado”, con la anuencia del Presidente de naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, las “inconsistencias” de Rusia y China y apoyados por la Liga Árabe. Se trata de una “escapada hacia delante”, de la que todos deben cuidarse. Aun entre aquellos que ahora los secundan. Porque sobran futuras víctimas dentro de la propia área geográfica .También con petróleo y mucho dinero.
Obama ha resultado ya ser el peor presidente de la historia americana. Le ha bastado menos de una administración, para mostrar sus ambiciones de poder y su disposición a engañar a la inmensa mayoría de los que lo eligieron. En ello se da la mano con un Congreso, que ha resultado ser el de menor aceptación y popularidad en toda la historia contemporánea de Estados Unidos .Obama apenas alcanza un 48-47% de popularidad, mientras el Congreso lo secunda con apenas un 14%.
Desde que tomo el mando, el actual Presidente, mostro claramente que podía ser peor que su antecesor, George Bush (hijo).No solo porque no cambio para nada la política agresiva y extremo peligrosa de este último, sino porque lo hizo, vistiéndose con un ropaje engañador, hipócrita, que el primero no pretendió ponerse nunca. Obama, ha resultado ser más peligroso, porque Busch no pretendió nunca engañar a nadie, pero Obama sí. Más inteligente, culto, con un dominio de la política norteamericana que Busch nunca tuvo, haciendo uso de la que finalmente resulto la ventaja de ser el primer presidente negro en la historia americana. Ha servido a los intereses de los sectores más reaccionarios y de extrema derecha de la política en los estados Unidos, como nadie se lo imagino, dentro ni fuera del país. Confirmándose, que de qué color sea no importa, siempre que resulte el elegido por los sectores de poder “para sacarles las castañas del fuego”. Obama ha resultado una jugada maestra para los que ahora están tratando de repartirse el mundo. Aunque no es difícil percatarse de que su ejecutoria no tiene más que dos alternativas, “o lo hace como le dicen, o está muerto”. Obama lo sabe, por eso ya olvido el “si podemos”, por eso reinterpreto “el cambio”. Su bien estudiada pose de no parecer un candidato negro, que pudiese asustar a los votantes blancos y su extremo cuidado por no representar el dolor de siglos acumulado por su raza, lo ayudaron mucho a jugar su papel. Sobre todo, cuando sabemos, que los republicanos estaban ansiosos por verlo resbalar en tal dirección. Hasta su contrincante Hilary Clinton, le puso una zancadilla, cuando la Ferraro, asesora de su campaña, llego a decir que “Obama disfrutaba de la ventaja de ser negro”. Como la artimaña no dio resultado, la Clinton se vio obligada a retirar a la asesora, quien era un verdadero símbolo dentro de su campaña.
El Presidente comenzó desplegando un rescate financiero multimillonario de la banca norteamericana. La que en ningún momento ha respondido a las pretensiones ilusorias que Obama sostenía de recuperar a la economía por esa vía, de tratar de estimular el crédito
. No ha tocado para nada los dineros, en cifras astronómicas, concedidos al Complejo Militar Industrial, ha exprimido los gastos sociales hasta más no poder, no se ha atrevido a incrementar los impuestos a los más ricos, aun en medio del peligro reciente con la deuda. No ha beneficiado a los sectores más pobres de la sociedad norteamericana, haciendo más bien el papel de Robín Hood a la inversa.
Como si fuera poco, si ha hecho cambios, pero más bien para desmejorar aun más la situación de los sectores que votaron por él en las elecciones del 2008. Sectores a los cuales ha traicionado abiertamente y los continuara traicionando, en la misma medida, en que a Obama parece no interesarle el voto de esos sectores, más allá de sumar el de una parte de ellos, con los de aquellos sectores de clase media alta y bien alta, cuyas medidas ahora benefician.
Obama sabe que no puede reelegirse en el 2012, beneficiando a los que lo eligieron como presidente en el 2008.El escenario es totalmente nuevo, ahora es el presidente, los que le permitieron elegirse, desde sus posiciones de poder, le exigen y los que lo eligieron en el 2008 no tienen poder para obligarle a llevar la política que les había prometido. Por eso el desempleo continua casi en el 10%, las hipotecas se continua ejecutando despiadadamente, los gastos militares continúan aumentando, las promesas migratorias no funcionan, el llamado plan de salud se convirtió en sal y agua; la distribución del ingreso continua beneficiando a los más ricos, La pobreza ha aumentado dentro de su mandato y no se observa que haga nada por mejorar la situación.
Obama parece estar jugándole su futura reelección a una estrategia electoral, en la que, siendo demócrata, esta enamorando, beneficiándolos sobremanera, a aquellos sectores republicanos, junto a otros sectores demócratas, siempre ricos, que son los que más se están beneficiando con sus políticas, de recortes de gastos sociales, mucho dinero para la guerra y ningún impuesto para los más ricos. Al parecer, contando cínicamente, con la realidad, de que son los sectores obreros, negros, minorías y pobres en general, lo que menos votan en las elecciones presidenciales.
Se trata de un peligroso equilibrio, pero apuntalado por una realidad política que ha hecho de Obama un presidente que no ha cumplido sus promesas de mejorar la situación de los de abajo, que son precisamente los que lo eligieron en el 2008.
Un presidente, que no ha hecho el más mínimo esfuerzo por beneficiar a los sectores de abajo, pensamos, en medio del peligro, incluso personal, que representa para él, negarse a beneficiar a los más poderosos. Además, porque como sabemos, son esos sectores mencionados (los más pobres), los que menos se nuclean políticamente, los que menos se organizan, los que menos disponen de mecanismos políticos para evitar su reelección, sobre todo, con la misma fuerza con que esperanzados se movilizaron para elegirlo. Esa es su estrategia, reelegirse con el voto de los que su política ha beneficiado, aunque tenga que hacerlo con el riesgo (menor) de no beneficiar a los que lo eligieron. Como se dice: en definitiva, esos son los que menos votan. Trazando un marco de abstención que ha llegado a representar, a veces, hasta un 50% del electorado potencial.
En definitiva, se observa, que los procesos electorales presidenciales, en los estados Unidos, han terminado siendo un mecanismo de negociación entre los candidatos y los sectores de poder.
¿Podrán los sectores no beneficiados por la ejecutoria de Obama, pasarle las cuentas de una política que los ha desconocido? Siendo lo anterior más difícil de lograr, dentro del sistema electoral norteamericano, que tales sectores populares haberse movilizado en el 2008 para elegirlo. Obama representó una extraordinaria esperanza, en medio de la crisis económica, por lo que movilizo a votantes, que bajo otras circunstancias no habría votado. Obama resulto algo inédito, que ahora puede virarse contra él en medio de las promesas incumplidas. Por lo que si no observamos, hasta ahora, que este llevando adelante una política fuerte para sacar al país de la crisis económica, algo que no parece estar dispuesto a hacer, sobre todo porque tiene que perjudicar a los sectores más poderosos, es lógico pensar que su estrategia no puede basarse en los que ha desencantado. A los que ya les queda poco tiempo para encantarlos.
Entonces, es posible imaginar, que si la economía se mantiene dentro de una situación de crisis, los sectores menos beneficiados o nada beneficiados podrían reaccionar; pero siendo Obama el único candidato demócrata, hasta ahora, no habiendo todavía un republicano que le haga la contrapartida, y habiendo beneficiado tanto a los ricos y al poder del capital como lo ha hecho, bastaría solo una leve impresión de mejoría económica, para que Obama vuelva a la presidencia. Tratándose entonces de una circunstancia dentro de la cual, la política oportunista seguida por Obama, anularía el efecto negativo que la economía pudiese tener para su reelección. Obama volvería entonces a ser el presidente, aun en medio de una situación en que la economía no le fuera beneficiosa. O sea, como ha tenido lugar muy pocas veces, el año electoral 2012, podría ser uno de esos años en que le economía, vista en su comportamiento general, podría quedar anulada como factor determinante por otras circunstancias políticas.
Todo parece indicar, que Obama se puso el traje y la máscara que le hacía falta para ser elegido en el 2008, y ahora hará lo mismo para reelegirse en el 2012.Solo que ahora engañando a los de abajo y salvando las preocupaciones de los de arriba.
La Habana, Agosto 29 del 2011.
Esteban Morales es Economista, politólogo y ensayista. Nacido en Cárdenas, Provincia de Matanzas el 26 de Agosto de 1942. Dr. en Ciencias (Universidad de la Habana) y Dr. en Ciencias Económicas. Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la UNEAC.
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