En el claroscuro de su vida sin medir ocasos y auroras, desvelos y continuas desilusiones por las incomprensiones el creador interpreta y trata de expresar artísticamente el objeto natural y las circunstancias que le rodean en el tiempo y el espacio.
La creación por vocación estudio o inclinación de construir la esencia del objeto natural para reconstruirlo artísticamente imprimiendo a base de iniciación e infinita dedicación lo que llega a ser la esencia de proyectos infinitamente nunca terminados de la imaginación artística convirtiendo dicho producto en un obra fácil de admirar por su belleza pero extremadamente difícil de interpretar por su esencia de tal forma que los rasgos semánticos más profundos de la obra se alejan de la intención del autor y están sometidos a la más versátil interpretación de los destinatarios.
Los textos productos de fenotextos intrínsecos a la mente creadora reciben en los intertextos y paratextos que pueden tener significados diferentes a la intención autoral que serán validos o inválidos de acuerdo a las capacidades ontológicas y gnoseológicas de los receptores de la obra.
La mente artística es diferente a la generalidad ubicando al creador en los límites de la normalidad y la anormalidad en el difícil campo gnoseológico de la estética.
Las diferentes corrientes canonícas para la interpretación artística proporcionan lineamientos o premisas sobre cómo interpretar un obra de arte lo cual no significa que los críticos y especialistas en la historia del arte nos puedan ofrecer una verdad absoluta sintética o analítica ya que como en la física lo que hoy aceptamos como una verdad universal mañana nos podemos dar cuenta que estaba completamente alejada de la misma.
Cuando el creador trabaja en su obra, entregando a ella corazón y alma muy poco piensa en cómo o cuál será la interpretación por parte del auditorio el creador sencillamente trabaja para producir una obra que encierre en forma sublime la acepción estética del objeto natural, del cual por más que los ismos traten de hacerlo, el creador y el objeto natural viven en una relación simbiótica cuyo producto es la obra de arte.
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