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Critica a defensores del aborto; se dice preocupado por desempleados
Viernes 19 de agosto de 2011Ana Anabitarte Corresponsal | El Universal
MADRID.— El papa Benedicto XVI llegó ayer a España para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ); tras la ceremonia de bienvenida pronunció un discurso en el que criticó la falta de ética en la economía y expresó su preocupación por los jóvenes sin empleo. Al mismo tiempo, la ciudad volvió a vivir enfrentamientos entre la policía, los peregrinos y quienes se oponen a una visita papal financiada con fondos públicos.
El Papa denunció que la sociedad no está centrada en el ser humano sino en los beneficios económicos y arremetió contra los criterios puramente mercantilistas por los que se rige la economía actual. “La economía no funciona sólo con una autorregulación mercantil, sino que necesita de una razón ética para funcionar para el hombre (...) El hombre debe ser el centro de la economía pero para buscar el bien de todos, no su propio enriquecimiento”, dijo el Pontífice.
Se refirió a “la superficialidad, al consumismo y al hedonismo imperantes”, en tanto lamentó “tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad”, así como la “insolidaridad” y la “corrupción”. Destacó que Dios y la fe son la respuesta a los desafíos que viven los jóvenes.
España, un país asolado por la crisis económica y con la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea (con más de 4 millones de personas sin trabajo), ha visto diminuir su población católica. Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la población que profesa esta fe ha pasado de 87% en 1992 a 71.7% en la actualidad, de los que sólo 13% va a misa.
Con todo, ayer Madrid se convirtió en el centro del catolicismo. Cientos de miles de personas, mayoritariamente españolas, esperaron por horas para ver pasar al Papa. Había también muchos extranjeros, como María, procedente del D.F.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, así como el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fueron los encargados de recibir a Benedicto XVI en el aeropuerto de Barajas, junto a 2 mil peregrinos que le vitorearon y aplaudieron mientras ondeaban banderas blancas y amarillas, los colores del Vaticano, y los músicos interpretaban los dos himnos.
En su camino a la Nunciatura Apostólica, el Papa encontró a miles de personas que lo aguardaban cantando, bailando, algunos rezando, sujetando rosarios y crucifijos, así como ondeando las banderas de sus respectivos países. “Benedicto, amigo, Madrid está contigo”, era la frase más coreada.
Tras recibir de manos del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, las llaves de la ciudad, en la Puerta de Alcalá, el Pontífice se dirigió a la Plaza de Cibeles para celebrar el primer encuentro de los jóvenes.
Luego de saludar a los entusiastas asistentes y de agradecerles su presencia en siete idiomas (francés, inglés, alemán, italiano, portugués, polaco y español), el Sumo Pontífice centró buena parte de su discurso contra quienes rechazan la idea de Dios, lo mismo que contra los partidarios del aborto y de la eutanasia.
Más protestas
Ayer, un día después de que la marcha laica acabara con ocho detenidos y 11 heridos, Madrid volvió a vivir una jornada de golpes, insultos y momentos de tensión en la céntrica Puerta del Sol. Cientos de personas miembros del movimiento 15-M, ateos, laicos y religiosos, intentaron concentrarse en el kilómetro de cero de la capital de España en protesta por la actuación policial del miércoles y por las detenciones llevadas a cabo por la policía.
La concentración de anoche pretendía “demostrar una vez más” que pueden “actuar desde el respeto”, por lo que pidieron a los asistentes no insultar y centrarse en protestar “por la financiación con fondos públicos de la Jornada Mundial de la Juventud”.
Para evitar enfrentamientos como los ocurridos el miércoles, los organizadores formaron una “cadena de respeto”, que separara la concentración de los católicos del JMJ que se encontraban en la plaza.
Sin embargo, el fuerte dispositivo policial puesto en marcha no impidió que de nuevo volvieran los insultos y las descalificaciones de los unos hacia los otros y viceversa. “Esta es la juventud del Papa”, gritaban los peregrinos. “Esta no es la juventud del Papa”, respondían los laicos rodeados todos ellos por una treintena de furgones de policía y un extenso cordón de agentes que mantenía cercado el centro.
Finalmente y una vez que los peregrinos se marcharon, la policía decidió cargar violentamente contra los manifestantes; dos personas fueron detenidas y varias resultaron heridas como consecuencia de los golpes propiciados por los antidisturbios, como una chica italiana ajena a la protesta.
Ayer, el vicesecretario de Comunicación del opositor Partido Popular Esteban González Pons criticó que hubieran dejado que la marcha del miércoles pasara por la Puerta del Sol y dijo que el ministro del Interior, Antonio Camacho, debería asumir “alguna responsabilidad política”. Las ocho personas que fueron detenidas el miércoles se acogieron ayer al derecho a no prestar declaración, por lo que hoy pasarán a disposición judicial.
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