Hemos conocido de la intervención quirúrgica realizada en la ciudad de La Habana, al Presidente Hugo Chávez Frías, conductor de la Revolución Bolivariana y referente de los procesos de transformación social para todos los pueblos latinoamericanos.
La Coordinación Nacional de nuestra organización realizaba una primera e histórica reunión, donde orientábamos el rumbo político de la Resistencia hondureña, cuando fuimos informados de la operación y de los avances del estado de salud del Comandante Chávez.
Queremos enviar nuestros deseos por su rápida y total recuperación, así como reiterar nuestra solidaridad con el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela y su Revolución, que es ejemplo de dignidad y de justicia social.
Presidente Chávez: los hombres y mujeres comprometidos con un mundo mejor y particularmente el pueblo hondureño en Resistencia, expresamos nuestra admiración. Su acción y su pensar marcan el camino de las revoluciones latinoamericanas.
Frente Nacional de Resistencia Popular
Por Gilberto Ríos Munguía (*)
Desde la época de las dictaduras militares, la consolidación de la clase dominante extranjera y los sectores más conservadores provenientes de familias terratenientes latifundistas -ligadas a la sobre explotación de los trabajadores del campo y las formas feudales de producción-, llevaron a que hondureños y hondureñas hayan vivido en su propio país como extranjeros. La oligarquía foránea e imperialista marginó de las oportunidades, el bienestar social y el desarrollo a la población originaria.
El bipartidismo, como expresión de los intereses de la misma clase dominante u oligarquía, tuvo un continuo proceso de desgaste en el último período de la “época democrática” de Honduras (1982-2009), al grado de terminar con un rompimiento violento y torpe: el golpe de Estado militar.
Si bien el desgaste tenía su máximo síntoma en el profundo subdesarrollo y pobreza generados por el sistema capitalista y su modelo neoliberal, también éste se hacía más evidente con las constantes reformas y avances que llevaban los países del sur con la ola de gobiernos de izquierda que alcanzaban el poder; derrotando con esto el modelo económico y a los partidos políticos que lo abanderaban.
El movimiento popular hondureño, agrupado desde el 2003 en la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP), condenaba constantemente el avance del modelo y a sus principales actores. Ya desde ese año la lucha popular en las calles lograba paralizaciones parciales de la economía y un creciente clamor popular por la necesidad de cambios radicales. Juan Barahona lideraba las movilizaciones junto a otros compañeros y compañeras que también son ahora dirigentes del Frente Nacional.
Para el 2008 el Presidente Manuel Zelaya comprendió que esa ola de cambios en el resto del continente, no respondía a una voluntad venida desde Rusia para dar al trasto con el imperialismo norteamericano, sino con una auténtica voluntad popular surgida desde los pueblos, desde abajo, para un necesario replanteamiento de la economía y del orden social. Fue así que la suma a la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de la Américas (ALBA) dio una muestra de madurez política y real entendimiento del curso de debía seguir el país.
Luego, sectores populares con Juan Barahona a la cabeza y el Presidente Manuel Zelaya se encontraban por primera vez para comenzar a pensar en el bien de Honduras y sus ciudadanos. El golpe de Estado militar de la oligarquía y el imperialismo, funcionó solamente como un catalizador de ese proceso que más tarde se convertiría en la expresión política de sectores democráticos, progresistas y revolucionarios, es decir, el Frente Nacional de Resistencia Popular.
23 meses de lucha en las calles, de movilización popular en todo el país, de formación política e ideológica de las bases y de la estructuración orgánica del FNRP, además de una permanente campaña internacional, ha dado como resultado la primera gran victoria al lograr el retorno del Presidente de Honduras y Coordinador General del Frente Manuel Zelaya.
En la primera reunión de la Coordinación Nacional del FNRP con su Coordinador se ha acordado reunir a las representaciones de las bases en la Asamblea Nacional (más de 1700 delegados) para discutir la creación del Frente Amplio político que participaría en las próximas elecciones del 2013.
Este Frente Amplio es la propuesta anti oligárquica del FNRP que debe contener en su programa las demandas históricas del pueblo hondureño pero que es en su esencia la negación del proyecto conservador de la clase dominante golpista.
El que no sea oligarca y haya estado en contra del Golpe de Estado Militar, es ya parte de esta propuesta del Frente Amplio.
(*)
Secretario de Formación Política e Ideológica de la OLPN
Miembro de la Coordinación Nacional del FNRP
Red Morazánica de Información
Tegucigalpa 11 de junio de 2011. El Frente Nacional de Resistencia Popular realizará una Asamblea General de delegados y delegadas extraordinaria este 26 de junio con el objetivo de valorar su actual posicionamiento político y modificarlo de acuerdo a la nueva coyuntura política producida por el retorno del Coordinador General, Manuel Zelaya Rosales y la firma de los acuerdos de Cartagena de Indias.La asamblea fue convocada por la Coordinación Nacional del FNRP, en su histórica primera reunión de Coordinación Nacional con la presencia de Manuel Zelaya Rosales.
Dentro de los puntos que se llevan como propuesta de agenda está la revisión del segundo acuerdo de la asamblea general anterior “Mártires Campesinos del Aguán”, que condicionaba una eventual participación electoral del FNRP mientras no se lograra el retorno del Coordinador General y los demás exiliados, se realizara el proceso de autocovocatoria a la constituyente y se modificaran las leyes y autoridades electorales.
En ese mismo sentido, la Coordinación Nacional propone como otro punto de agenda la discusión de la figura jurídica que usaría el FNRP para participar en procesos políticos electorales, plesbicitos u otras competencias políticas.
En tercer lugar, la Asamblea del 26 de junio valoraría usar las reformas al artículo 5 de la constitución hechas por actual congreso de Facto, con el objetivo de impulsar un proceso de Asamblea Nacional Constituyente.
Finalmente, la máxima instancia de decisión del FNRP evaluará del proceso de auto convocatoria, que según los acuerdos de la última asamblea debía quedar instalada el 28 de junio de este año.
Los representantes departamentales del FNRP realizarán asambleas en sus respectivas localidades para tomar decisiones colectivas desde la base y elaborar posicionamientos escritos.
Otro acuerdo importante de la reunión de Coordinación Nacional fue que para cada punto, la Comisión Política deberá hacer una propuesta de sistematización de las mociones y ordenamiento de la discusión.
La reunión de la conducción del Frente Nacional de Resistencia Popular, junto a la Comisión Política del mismo, marca definitivamente una nueva etapa de la historia en la lucha política del país. Los resultados demuestran que se mantiene una posición francamente democrática, al dejar las decisiones más trascendentes a la Asamblea General de la organización, con lo que esta cobra una relevancia contratante con las líneas de decisión anti democráticas de los partidos tradicionales. Las posiciones de las tendencias muestran ahora más puntos en común, y el debate sobre la estrategia de lucha se centrara en sendas posturas de gran coherencia, con argumentos sólidos, muy bien planteados.
Este evento pone fin a muchos temores sobre el futuro del Frente Nacional de Resistencia Popular, al tiempo que ha puesto de relieve la verdadera composición de la discusión política del país, la que la oligarquía ha tratado de manipular, tratando de oxigenar un bipartidismo que en la práctica ya no es capaz de demostrar su razón de ser. Una de los asuntos que muy pocas veces abordamos es la condición de la derecha local post golpe, y cuál es la condición de las derechas del continente en su contexto; este es un tema que debemos discutir profundamente, sin abandonar los procesos de reflexión sobre nuestras propias condiciones.
La derecha local, aunque uno de sus pilares fundamentales de competencia política queda debilitado en el proceso del golpe de Estado, es en líneas generales favorecida y fortalecida, quedando en poder de un control absoluto de toda la maquinaria de represión y coerción que le permiten usar la fuerza salvaje contra su oposición. Además, el golpe ha logrado darle consistencia como clase dominante, lo que le ha permitido ver que en la medida que su oponente se fortalece, su cohesión como clase resulta imperativa. Contrario a lo que pudimos pensar sobre el debilitamiento económico del Estado, en el sentido de que el mismo favorecía únicamente nuestra causa, la derecha financiera local se ha convertido en un gran usurero cuya única víctima es el Estado mismo. El endeudamiento interno debilita el Estado pero fortalece a la clase dominante.
La clase oligarquía hondureña es más fuerte económicamente desde que se dio el Golpe de Estado, y no ha necesitado ni bajar intereses para las actividades productivas, ni ha necesitado ampliar su cartera de clientes, ni ha tenido problemas para resolver su sobre liquidez. Por otro lado, las deudas en mora del sector empresarial medio y pequeño, agotada por el debilitamiento del mercado interno han servido para ir cambiando paulatinamente la configuración de la tenencia de medios de producción, forzando una crisis a la burguesía local, y dando más poder al sector especulativo que se apropia directamente de trabajo, y patrocina una agudización de la agresión contra el trabajo productivo asalariado de país.
La idea neocolonial de imponer Ciudades Modelo, es una vía que permite la posibilidad de privatizar porciones del país (el tamaño mínimo de cada ciudad modelos seria 1000 kilómetros cuadrados según Romer), lo que abre un válvula idónea para que los conglomerados en el país, asociados con grandes capitales transnacionales, desarrollen esta nueva visión neoliberal del progreso neoliberal, liberando los capitales acumulados, y dejando al Estado como el deudor que financia el proyecto anti nacional, es decir nosotros, como pueblo, financiaremos estas ciudades estado. Esta no es una derecha debilitada, por el contrario, se trata de un poder que avanza aceleradamente en la hipoteca, en el concesionamiento de todo lo posible, mientras deja al Estado con una deuda absolutamente impagable, y, como dijo Fidel en algún momento en la década de los ochenta, moralmente incobrable.
El desarrollo acelerado de la riqueza especulativa ha creado muchos espacios de crisis en el país, que mantiene intacta su situación de dependencia, atraso y miseria, el mercado interno se ha debilitado, y los niveles de inflación son más elevados que lo que admiten las autoridades monetarias del país. Dentro de este esquema de “guerra” económica se somete ideológicamente a la clase trabajadora, empleada o no, con el fin de contrarrestar su tendencia a organizarse, y formular un proyecto alternativo de poder. En general, el imperativo de subsistir en condiciones tan adversas, traen consigo la obligación de un pragmatismo de supervivencia impuesto desde “arriba”.
Como podemos apreciar, las condiciones planteadas, están dominadas por relaciones económicas abismalmente desventajosas para las mayorías, cuya única mercancía sigue siendo su fuerza de trabajo. El debilitamiento continuado del Estado ha alcanzado un punto en el que todas las posibilidades reales de la población de mejorar su calidad de vida sean prácticamente inexistentes. La función primordial de la mayoría de los hondureños es hoy la supervivencia; sin lugar a dudas esta no es una derecha débil ni mucho menos.
De aquí se nos plantean dos alternativas para nuestro accionar futuro: a) reaccionamos de forma pasiva y dejamos que se prosiga por la vía del desmembramiento del Estado nación; o b) No organizamos y conformamos una alternativa real, una concepción económica distinta que se contraponga a la tendencia del sistema. Claro que esa alternativa debe forzosamente estar destinada a disputar y arrebatar el poder político de las manos de esta oligarquía, y estructurar un proyecto de mediano plazo que a través de la acumulación cuantitativa de transformaciones, alcance en algún momento un salto cualitativo definitivo en las estructuras de Honduras.
El Frente Nacional de Resistencia Popular es una organización política, integrada por múltiples sectores sociales, y políticos, que más allá de compartir su rechazo al golpe de Estado, y definirse anti oligárquica, están constituidos por hombres y mujeres que son víctimas directas y permanentes de este explosivo coktail neoliberal que se campea por nuestra nación. No hay ninguna diferencia entre los problemas que aquejan a alguien que se dice liberal, o alguien que es UD, o feminista, o transexual. La situación de nuestra diversidad, aunque define cuerpos sociales bien diferenciados, no está exenta de la realidad económica y política del país; la única forma de superar estos es tomando el poder político de la nación.
El frente como tal es la entidad amplia de la que ahora mismo hablamos; estratégicamente ha logrado posicionarse entre el pueblo en resistencia, y la integración de todos los sectores que hoy siguen en resistencia con algún distanciamiento del núcleo, como los Liberales en Resistencia, la Unificación Democrática, el FAPER, el MRP, el Movimiento 5 de Julio, el PTS, PSOCA, el Movimiento Nueva Democracia, los obreros, el magisterio, los defensores de Derechos Humanos, y muchos más, constituyen una fuerza de masas formidable, que necesita trabajo (sin demeritar todo lo que se ha hecho hasta la fecha) en la parte organizativa en la formación, y una consolidación de todos sus liderazgos a nivel del país. De las contradicciones debe pasarse a la colaboración y el trabajo conjunto. Hoy más que nunca estamos obligados a perseguir un objetivo, un ideal, un cuerpo de ideas coherente, que defina nuestra lucha y marque el camino a seguir. Definitivamente, el brazo político del frente es el frente mismo.
Muchas cosas habrán de cambiar a lo largo de los meses que tenemos por delante, la situación será cada vez más apremiante, por eso estamos en la obligación de entender la realidad con mucha precisión. La derecha, la oligarquía no está debilitada ni mucho menos; es el estado hondureño el que se ha venido a menos. La derecha es un enemigo impresionante, no solo por los recursos con los que cuenta, sino por la decisión de la derecha continental a pelear cada centímetro de tierra a los pueblos de nuestra América, así como la política hegemónica que sirve los intereses colonialistas del gobierno transnacional mundial. Sin embargo, no es invencible.
El frente, por otro lado, es joven, y necesita mucho trabajo y compromiso de todos; los militantes de sus diversos componentes están ahora obligados a dejar de lado sus diferencias y trabajar por el bien común, pero es la única fuerza que capaz de cambiar la historia en el país. Por eso ha llegado la hora de trabajar, sin descanso, hasta haber conquistado esta nueva etapa en el camino a la refundación, que no es otra cosa que la construcción de la nación socialista, iluminada por el pensamiento revolucionario de todos los tiempos.
4.
“La cifra de 81 millones de niños que sufren alguna privación, que entregó un estudio conjunto de Unicef y la Cepal, habla muy mal del futuro de esta región”, señaló Stahl, quien dijo que la situación es diferenciada y registra mejorías en algunos países.
Subrayó que en América Latina, donde la concentración de la riqueza y las disparidades entre ricos y pobres y la inequidad es de extrema gravedad, “enfrentar la pobreza infantil es una tarea ética, social, política y económica ineludible”.
Stahl indicó que, si bien se registra un progreso en general en la región, “lo cierto es que hay 81 millones de ciudadanos del futuro que no van a poder ejercer su ciudadanía plena por la falta de oportunidades en la infancia”.
El representante de la Unicef en Chile enfatizó que “la mejor manera de romper con el ciclo de la pobreza es con la infancia. Es mucho más efectivo desde una perspectiva económica”.
“Hay un estudio del norteamericano Lawrence H. Summers, que fue presidente de la Universidad de Harvard, que cada dólar invertido en la educación de una niña en una sociedad repercutía en siete dólares para la economía”, apuntó.
Recalcó que “invertir en la educación de los niños es la mejor inversión que puede hacer un gobierno en términos económicos”.
El experto advirtió que hay zonas de la región donde ha habido menos progreso y existe una situación crítica, como América Central y en particular en Haití, que además fue asolado por una crisis política y social, el terremoto y el cólera.
En el caso de Chile, precisó, en 1990 el 50.7 por ciento de las personas menores de 18 años eran pobres, mientras que en 2006 la tasa oficial bajó a 20.6 por ciento.
Stahl indicó que la Unicef recomienda a los países “que sigan invirtiendo en la infancia, comenzando por la primera infancia, y que sigan refinando las políticas sociales que tienen apuntadas a los más pobres y a los que sufren más privaciones”.
“Cuando comienzan los primeros años de vida sin acceso a un cuidado de salud, sin tener acceso a un servicio de estimulación temprana, en un hogar donde los padres no tienen mayor nivel de escolaridad, ya comenzó mal y es muy difícil y costoso recuperarse”, anotó.
5.Editorial El Siglo
“Hay que romper los candados”, dijo en alguna ocasión el que fuera senador y secretario general del Partido Comunista, el escritor Volodia Teitelboim. Aludía a “los candados” de una institucionalidad política diseñada por la dictadura y cuya presencia “garantizaba” la continuidad del modelo político, económico y social que imponía, e impone hasta hoy, una barrera insalvable a todo intento de avanzar en la democratización del país y permitir una mayor justicia social.
Un sistema electoral, el binominal, con una división en agrupaciones y circunscripciones diseñada para asegurar a la derecha una sobre representación parlamentaria, unida a la introducción de los “quórum calificados”, entre otras argucias, han impedido hasta ahora la expresión soberana de las mayorías.
Y se enfrenta el país a una situación al menos irregular.
Rechaza una mayoría los contenidos y formas de gobernar de la administración de Piñera, pero insiste el presidente de la república en hacer oídos sordos a la opinión ciudadana.
Una mayoría abrumadora se manifiesta en apoyo a las reivindicaciones del pueblo mapuche y repudia tanto la llamada “ley antiterrorista” como los procedimientos medievales a que da lugar en tribunales de justicia. Pero nada se puede hacer…
Se manifiesta la amplia mayoría del país en contra del “lucro en la educación”, y ni siquiera quienes son sus directos beneficiarios se atreven a “transparentar” que tras la definición ideológica o “de principios” se oculta simple y llanamente la codicia. Pero nada se puede hacer…
Se movilizan decenas de miles de personas en todo el país en defensa del medioambiente, y rechazando –otra vez- el lucro como criterio para las políticas energéticas, y lo que se impone una vez más son las influencias desplegadas sin ningún pudor. Pero nada se puede hacer…
Se despliega una campaña publicitaria y comunicacional sin precedentes –el “relato” de un senador UDI- para mostrar un logrado esfuerzo de reconstrucción, pero las incontables víctimas de la catástrofe de febrero de 2010 siguen “habitando” en la intemperie o a lo más en “soluciones” de las que todos nos avergonzamos. Pero nada se puede hacer…
Se envían proyectos de ley sobre la eliminación del 7% a jubilados y pensionados, así como sobre el postnatal, presentándolos como avances sustantivos y muestra evidente de la sensibilidad social de la administración, pero aunque todo se denota falso y demagógico, una vez más… nada se puede hacer.
Y así, en materias como la creación de puestos de trabajo, el fin de las listas de espera en hospitales y consultorios, las políticas carcelarias y de seguridad, suma y sigue pero… nada se puede hacer.
La auto llamada “clase política”, o cierra los ojos o se declara simplemente incapaz y a la gente, el pueblo, las mayorías nacionales, no le queda otra vía que la de expresarse en calles y colegios, lugares de trabajo y universidades. Y ante la respuesta única, la represión, una vez más nada se puede hacer…
A dotar al país de una Constitución Política de génesis y contenidos impecablemente democráticos, llamó el Partido Comunista en la celebración de sus 99 años de existencia. Y eso sí se puede hacer, si hay voluntad política de los sectores democráticos.
A establecer un sistema de plebiscitos y consultas populares, de carácter “vinculante”, llamó el presidente de esa colectividad, Guillermo Teillier, en su discurso en el Caupolicán. Y eso también se puede alcanzar con la voluntad política de los sectores democráticos.
Y para romper los candados que a todos nos atan –salvo, claro está, a la mayoría que los impuso por la fuerza y la intervención extranjera y que se aferra a ellos como tabla de salvación ante una ola de movilizaciones sociales que está recién comenzando- hacen falta tanto esa voluntad política a que llamó el Partido Comunista como la unidad y la movilización de los más vastos y variados contingentes de trabajadores y estudiantes, defensores del medioambiente, luchadores por los derechos humanos y el respeto a la diversidad sexual y de cualquiera otra naturaleza.
El gran acto con que el Partido y las Juventudes Comunistas iniciaron la conmemoración de su centenario, tanto por su masividad y fervor como por la presencia de dirigentes y personalidades políticas y sociales representativas del más amplio espectro democrático, son señales de que todo aquello que reclama el pueblo y por lo cual se moviliza, propone y lucha, ese “romper los candados”, sí es posible.
Este es un grupo de correos de amigos de la Organizacion Politica Los Necios. Creemos en el debate, en el ejercicio de opinar y difundir pensamiento revolucionario, sentimiento humano. Tambien para hacer acopio de ideas, observaciones, criticas y pensamientos que contribuyan con la construccion de una nueva sociedad hondureña y centro americana, que a la vez nuestra luz crezca y se comparta con el mundo.
¡Venceremos!
¡Necedad!
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