De los que hemos andado metidos en este asunto de la denuncia y otras cosas por el estilo desde hace buen rato, como andar haciendo guerras por todos lados, que dimos nuestra juventud a la utopía por unas vida mejor, que marchamos año tras año exponiendo nuestros jóvenes pechos a la metralla enemiga y seguimos siendo anónimos, que no protestamos contra nada que el pueblo haga, sino contra el enemigo, la oligarquía y la clase política cuando esta se desvía y pasa a formar parte de nuestros enemigos, que entramos jóvenes a la universidad y nos graduamos ancianos después de habernos graduado en las luchas con nuestro pueblo y que nunca hemos dicho que hemos sido héroes o mártires sino simplemente otro estrato del pueblo que hizo lo que pudo y sigue haciendo lo que es su sueño, su sueño revolucionario, entonces sigamos haciendo la revolución.
Para mi hacer revolución es poner mi parte en la educación de mis hermanos y hermanas, conseguir talleres de diferentes especialidades, enseñar principios de gestión y comercialización económica y de economía familiar, tratar de aprovechar la coyuntura actual para llevar todo cambio posible a las comunidades y tratar de enseñar con el ejemplo, los valores con los que me educaron mis padres y mis maestros y en ello se basa mi ética de respeto a mis congéneres humanos de ambos generos.
Soy poco religioso, pero se respetar las creencias de las comunidades enfatizando que las culturas aborígenes de América fueron superiores a l consumismo espejista impuesto por las clases dominantes y por el imperialismo y que es mejor consumir lo que seamos capaces de producir y no consumir lo que no sabemos cuáles son sus contenidos.
Da tristeza ver a compas que venden una gallina india y después se van a comprar pollo campero o que dejan de comer por la adicción a los celulares, lo mismo que dejen de ir a la escuela por irse a meter en cosas no productivas que luego los llevan a la cárcel, la muerte o si no a una vida azarosa en la cual involucran a toda la familia.
Los viejos verdaderos revolucionarios o los verdaderos viejos revolucionarios, , hay que esclarecer que verdaderos son muy pocos comparados con las manadas de oportunistas, a esos verdaderos hay que ayudarles a seguirlo siendo y si algo bueno hay en este gobierno es lo que esos verdaderos y verdaderas están haciendo.
La revolución siempre ha sido un negocio para los traidores y lo que está a la vista no necesita anteojos, seudo revolucionarios vueltos empresarios de la noche a la mañana, robolucionarios hartándose con el dolor y la sangre del pueblo, viejos seudo comandantes infiltrados trabajando desde siempre para la CIA y una burrocracia repleta de ladrones desde el más pequeño hasta el más encumbrado.
Un verdadero aspirante a revolucionario o revolucionaria, debe predicar con su ejemplo y ese ejemplo no puede ser otro que el trabajo con la colectividad por cambios objetivos. Para un revolucionario no hay nada aislado, todo se llama pueblo, internacionalismo, dedicación al trabajo y no discursos altisonantes que ya tienen reventados los oídos de nuestros hambrientos pueblos.
El mundo está lleno de gente buena y mala, siendo los malos producto del espejismo del sistema, mientras la gente buena es aquella que practica la solidaridad con sus semejantes y lucha porque de forma inteligente y sin comprometer derechos ciudadanos, se lleve el cambio material a la colectividad.
Los gobiernos deberían de abstenerse de comprometer por prebendas la soberanía de las naciones a las cuales representan ya que las naciones no les pertenecen a los políticos, sino a los pueblos y los gobiernos y sus políticos son aves migratorias que por lo general alzan su último vuelo sin retorno al muladar de Miami.
Hay cantidades que confunden la revolución con la religión y se meten en el extremismo seudo revolucionario, hay otros y otras que piensan que los revolucionario y revolucionarias deben ser santos y santas que aun se abstengan de sus necesidades biológicas, otras que piensan que el revolucionario debe ser un ser hermético, escurridizo, perfecto y que cumpla con las reglas morales y éticas impuestas por la civilización occidental, que el revolucionario no debe de sonreír, no debe ser humorístico, dejen- me decirles que esta vida sin humor es un infierno peor donde tenés que reír grotescamente por estar en el mismo infierno.
No creo que sea necesario ser marxólogo o seguir a Gramsci al pie de la letra. La sociedades primitivas no los conocieron y tenían mejores organizaciones sociales que las nuestras, lo cual no quiere decir que dichos maestros no sean importantes ya que la sociedad evoluciona, pero poco revoluciona como se desea, si no sólo veamos a la URSSS cuyos politburós vivieron en orgía permanente a costillas del sudor del pueblo y equívocamente trataron de imponer el socialismo antes del desarrollo de los medios y las fuerzas productivas o analicemos los virajes de China y Cuba hacia economías de mercado donde el estado priorice sobre el objeto terminado sin eliminar radicalmente la propiedad privada ya que el socialismo y la última fase, el comunismo científico, no son resultantes de discursos callejeros, sino de desarrollo de fuerzas productivas y medios de producción que lleven a la par la filosofía de economía política para una distribución justa del producto terminado, estado social que no se puede logar sin la educación de las masas productivas.
Lo más importante, considero, es la organización de las comunidades tanto en la educación como en la producción y la distribución de bienes producidos, ir tratando de borrar el individualismo rapaz que es el que nos ha llevado a la situación caótica en la cual se encuentra la sociedad.
Las comunidades abandonadas necesitan ayuda que no están recibiendo y hay fondos y la pregunta es: por qué no hay inversión, por qué de esos 200 millones que van a dar para Seguridad no se da una parte a INDES para seguir impulsando los deportes a nivel nacional, es más barato y más productivo el material deportivo que gastar en policías mareros y en armas fraticidas y ahí son Melgar, Mauricio Y Jaime Rodríguez quienes tienen que estudiar las conveniencias, todos, por supuesto; como parte de la Comisión Nacional de Seguridad.
Es también un error estar tratando de sacar tajadas políticas de la problemática nacional, ésta es una sociedad anómica donde no hay soluciones fáciles, es como una zaranda llena de agujeros donde tapas uno y se abren dos nuevos, por lo tanto nada se hace con atacar al partido o al gobierno, sino sugerir medidas que faciliten el trabajo a ambas instituciones.
La inauguración de Ciudad Mujer es algo histórico porque nunca se había dado inicio a un proyecto de tal envergadura, así es sugerible que no se detengan los proyectos de inversión en la producción tanto de la pequeña como de la mediana empresa de toda índole, acompañando todo ello, por el proyecto educativo, de salud, seguridad, protección civil y todo proyecto que traiga el cambio material para los marginados de esta sociedad.
Por momentos me deja de preocupar la Política Internacional, pensando que es nuestro país al que debemos de dedicar nuestro mayor esfuerzo y dejar que los demás traten con nuestro ejemplo, de resolver sus problemas, pero enfatizo de nuevo que debemos de impulsar los deportes para la paz, impulsar la alfabetización y la buena atención medica de nuestro pueblo, hacer obra solida vial durante el verano, seguir con la política de genero y mas que todo luchar por enfocar la seguridad para la protección de nuestros niños y la mujer.
Hacer revolución no consiste en hablar, sino en trabajar para cambiar.
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