EL ARTE DE AMAR EL ARTE

Si nos gusta el arte
por qué no dárselo al pueblo.

Definido el arte como la expresión suma de la belleza en sus diferentes
manifestaciones y haciendo un poco de estudio sobre Historia del Arte es válido decir que todos los que nos dedicamos a la producción artística somos seres que amamos lo que hacemos ya que por regla general, históricamente los artistas poco o ningún apoyo recibimos del estado o de la institución privada.

Ser creador es visto por gente de dudosa inteligencia como algo sin importancia y es sólo cuando un golpe de suerte agorero y raro por medio del cual el artista es conocido y no reconocido por su trabajo o cuando se hace arte coyuntural político al servicio de diferentes instituciones políticas cuando el artista es pasajeramente tomado en cuenta a favor de quien lo utiliza.

Vi a nuestros grandes en completa producción y sigo viendo a algunos de ellos que en el umbral de sus vidas continúan su colaboración al arte nacional. Así; recuerdo a Camilo troteando con sus pinturas y sus esculturas en el fragor del movimiento social de los últimos años del setenta, a Matilde Elena, a Armijo y muy reciente tuve la alegría de escuchar una ponencia der Roberto Cea en la Universidad Nacional y leer de vez en cuando una Luciérnaga en la Oscuridad de Tirso Canales, además de cruzar conversación con Manlio cuando por ahí nos encontramos.

La poesía florece en nuestro país, hay decenas de jóvenes entregados a la producción literaria, y así están nuestro magníficos pintores vendiendo bellas creaciones al mejor postor y tanto la pintura, el teatro, la poesía, la escultura, la música, la cinematografía y la narración corre a cuesta del los/as artistas sin ayuda significativa por parte del estado, trabajando a diario por vocación y amor al arte y no por motivación exógena.

Durante las elecciones se vio algún movimiento de los artistas, pero los motivos y aspiraciones no fueron bien conducidos al dejarse enmarañar por la política y siendo defensor de la creación artística que focalice en el pueblo, no estoy de acuerdo en la supeditación de la producción artística a intereses partidarios porque eso deviene en corrupción del arte mismo, lo cual no significa que grandes artista y obras famosas no se hayan inspirado en las luchas de los pueblos y que los artistas no hayan acompañado a sus pueblos en la lucha de liberación, siendo Roque Dalton nuestro referente nacional, ya que el verdadero revolucionario es también un gran artista (leer: Vieja María del
Che).

No es fácil dar recomendaciones subjetivas que no sean el producto acabado del consenso artístico nacional, quizá sugerencias al actual gobierno para que de alguna manare impulse y motive la creación artística a nivel nacional, hablar con las dependencias estatales para lo mismo ya que es rara la alcaldía o ministerio que aparta un tanto del presupuesto para la creación y divulgación del arte nacional.

Es mucho lo que hay que hacer por nuestra cultura. Todos/as somos artesanos y si se dan manifestaciones elitistas, ello en nada contribuye a la cultura nacional, por otro lado, no hay una verdadera escuela critica en la que se pueda confiar de tal forma que no hay ni edición, reproducción, divulgación, ni presentación de la obra artística nacional.

La dependencia del gobierno correspondiente debería de examinar las Casas de la Cultura, las cuales en muchos lugares se han convertido en antros y chupaderos de fin de semana y cambiar a ese bestiario ígnoro que dejó ARENA para supuestamente dirigir y promocionar la Cultura Municipal de la Nación por personal que la menos comprenda la necesidad de promover la cultura.

Es saludable que el gobierno promocione nuestras artes, ayude a los artistas y demande de los encargados, la edición y divulgación de la obra nacional.

Los artistas o aspirantes a artistas, muy a pesar de todo seguimos adelante, de todas formas sabemos que el verdadero receptor de nuestro esfuerzo siempre será el pueblo.