La vida me ha enseñado que la revolución no tiene vacaciones y que los vagos no pueden ser revolucionarios. Así sencillamente, y he aprendido también que los enemigos de la libertad y la justicia social tampoco tienen vacaciones y entregan hasta el último minuto en su empeño de enriquecerse a costillas del sudor de las masas explotadas de la tierra.
La religión aunque la vistan de fiesta y con ropas domingueras jamás dejará de ser el opio de los pueblos mientras la iglesia no vaya al pueblo y no deje su endamamiento con los enemigos tradicionales de la justicia y la libertad. La situación de la iglesia salvadoreña no es diferente de la iglesia del mundo, con la excepción de pequeños sectores como el sector luterano y anglicano y una pequeña si no ínfima parte de la iglesia católica, lo demás no pasa de ser una bullanguería de la masa entorpecida dirigida por maleantes.
El golpe de Honduras es un llamado de atención para no andar de fiester@s y dedicarnos con mayor ahínco a las luchas revolucionarias. Nada que venga del Norte viene con ramos de flores, sino con ataques armados contra todos nuestros pueblos y muchos a lo largo y ancho de Latinoamérica cambiaron tristemente su participación revolucionaria por puestos y salarios elevados que son todo lo contrario a su extracción proletaria o de las masas mas explotadas como es el campesinado y la clase obrera y todo su proceder actual es la antípoda de lo que antes pronunciaron.
En El Salvador, la situación no es nada fácil, aun cuando queramos que el 2010 sea el año de la recuperación, desde el punto de vista económico, nada es indicativo de que la cosa va a salir bien por el hecho mismo de que los ciclos en la económica internacional no obedecen a querer o no querer, sino a planificaciones económicas y rendimiento fiscal de inversión a priori a la situación recesiva. Sin embargo; la unidad de las fuerzas del pueblo con el gobierno y el partido es lo único que puede mejorar la situación actual o empeorarla, si estas fuerzas no se convierten en un bloque sólido y progresista.
Le educación, muy a pesar de las buenas intenciones de los funcionarios actuales, adolece de patologías mortales y todo por supuesto tiene causas económicas. Acá, no sólo se tendrá que lanzar una campaña de alfabetización ideológica masiva, sino que tendremos que educarnos todos como ciudadanos, como padres, maestros y como funcionarios para comprender que el proceso educativo no es tarea aislada de particulares, sino de todos los que en él participamos y que para que nuestra educación sea efectiva debemos aprender a interpretar nuestra historia, nuestra actualidad y nuestras proyecciones hacia el futuro, planificando curricularmente y actuando profesionalmente para hacer cumplir los planes y programas en nuestra escuela.
El Socialismo, el cual es estatutario en nuestro partido, habrá que definírselo al pueblo, sin temores y limitaciones, sino fase por fase; calendarizada y basada en hechos objetivos y no expectativas hipotéticas, al menos como queremos que sea nuestra economía; cuál es la relación entre instrumentos de producción, fuerzas productivas y distribución del producto del trabajo en forma equitativa y proporcional a las capacidades y esfuerzo colectivo? cuál debe ser nuestra política internacional partidaria? cuál es la relación e independencia entre partido, estado, gobierno, militancia y ciudadanía? Qué se está haciendo para trabajar las bases? Qué se está haciendo para la formación de cuadros profesionales e ideológicos? Cuáles, son las bases ético-morales en la que se sustentan la dirigencia y la militancia no sólo en teoría, sino en la práctica? Hemos alcanzado la madurez ideológica para autocriticarnos y criticar juiciosamente? En realidad ponemos en práctica el Centralismo Democrático y no el verticalismo revisionista? Todos estos aspectos tendremos que definirlos, si es que deseamos caminar por la senda correcta para la construcción de una sociedad diferente, lo cual no es nada fácil, ni es, por otro lado voluntarismo subjetivista, sin embargo; si logramos arrancar con paso firme y con la suficiente claridad ideológica necesaria, habremos brindado al pueblo lo que el pueblo demanda de su partido.
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