| SAN SALVADOR; 11 de diciembre de 2005 (SIEP) “En el nombre de la Virgen de Guadalupe les pedimos, les rogamos, les ordenamos a los Poma, Dueñas, Paíz, Siman. FEPADE: no sigan destruyendo el Bosque El Espino”rezaban las mantas colocadas ayer alrededor de la Plaza Brasil durante Festival Ecológico.
El Grupo Ecológico Emiliani realizó esta actividad con la participación de organizaciones ambientalistas y grupos musicales para conmemorar el primer aniversario de la siembra de un árbol de Ceiba en esta Plaza Brasil, al costado norte de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
En la actividad se denunció la destrucción del adyacente Bosque El Espino realizada por familias poderosas, con el respaldo de los gobiernos areneros, y el propósito de construir centros comerciales como Multiplaza y la Gran Vía así como lujosos complejos residenciales como La Castellana.
Uno de los organizadores de la actividad, el Profesor Juan Alvarado indicó que “estamos muy contentos que el árbol de Ceiba va creciendo y es un símbolo de nuestro compromiso con la defensa de la vida, de la naturaleza aquí en Antiguo Cuscatlan.”
Por su parte, una representante de la Asociación Herencia Natural, explicó que “aquí en el Bosque El Espino se encuentran los dormitorios de los pericones, que es una especie e peligro de extinción, que debemos de proteger y para eso debemos de evitar que sigan destruyendo este bosque.”
El sacerdote somasco Salvador Acevedo agradeció la asistencia al acto y dijo que “dios va caminando con nosotros y tengamos la certeza que El tiene la última palabra y no las fuerzas de la muerte y la destrucción de la naturaleza.”
Asimismo el Rev. Roberto Pineda, de la Iglesia Luterana Popular, enfatizó que “este sitio es simbólico del enfrentamiento de dos proyectos. El proyecto de vida representado por esta Ceiba que va creciendo, por esta Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, por el Bosque El Espino y el proyecto de muerte de Multiplaza, del cemento y la ganancia, de los transgénicos, del capitalismo consumista y depredador.”
“Hagamos el compromiso –exhortó- de cara al Dios de la vida, para acompañar esta Ceiba cada año, como expresión de nuestro testimonio de vida, de la misma forma que Juan el Bautista dio testimonio de la luz, de Jesús que ilumina nuestros corazones y nos impulsa a la lucha por la justicia.”
El profesor David Velasco, director del Instituto Emiliani, compartió que “hace 46 años llegue a este lugar, y la Ceiba Centenaria estaba muriendo, tenía remanentes de cemento en su tronco y ramas, quedaba entre el Emiliani y la Iglesia, en un redondelito. Y hace un año iniciamos este nuevo proyecto de Ceiba y vamos a continuarlo.”
El sacerdote somasco Mario Ramos, señaló que “así como en México el cura Hidalgo y Castilla llevaba la efigie de la Virgen de Guadalupe para luchar por la independencia así nosotros con la efigie de nuestra virgen realizaremos esta lucha por evitar la destrucción de este Bosque El Espino.”
Entre los grupos musicales que participaron en la actividad estaba Horizontes del Puerto de la Libertad, Resistencia de San Pedro Perulapan, Vaguada de Suchitoto y Sal y Vida de Soyapango.
Vaguada, de siete meses de existencia, cuenta entre sus vocalistas a Mariposa, la locutora de la legendaria Radio Venceremos. Interpretaron canciones del recuerdo y de protesta, entre estas El Planeta de los Cerdos, de principios de los años setenta del siglo pasado, original de la Banda del Sol. Att.Mario R. NOTA APARTE: Lastimosamente en las fotos tomadas no fueron captados mis padres, los esposos Manzanares-Monjarás quienes nos acompaniaron pues mi padre fue un fiel defensor de la naturaleza y era miembro del grupo ecológico del CESTA en su Suchitoto. (mariposa).  ------------------------------ ------------------------------------ LA REGLA DE ORO AMBIENTAL QUE NADIE CUMPLE |
| Estamos ya en la etapa de recuperación de esta tragedia que abate al país luego de las lluvias ocurridas el pasado sábado 7 de noviembre y que han causado tanto luto y dolor, y tantas pérdidas materiales, siempre, a los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad.
Pronto, con la ayuda de todos, comenzará la nueva reconstrucción. Siempre que esto sucede, y que la calma llega, por cierto que calmadamente, a las mentes de todos viene la reflexión, que orienta a la prevención, a la búsqueda de mejores condiciones de vida para todos, a no repetir los errores cometidos, etc., etc., etc.
Desafortunadamente, pronto llega también el olvido, y volvemos a caer en los errores del pasado, obligados por un sistema económico-social en el que predomina el interés de unas minorías privilegiadas sobre las amplísimas mayorías olvidadas y marginadas. Es así. Discurso Viejo y Cruel, sí, pero real.
Es la verdad. Ahora volverá a la luz el famoso concepto de desarrollo sustentable, que fue introducido por la Comisión sobre el Ambiente y el Desarrollo, la famosa Comisión Brundtland, ya en 1987, concepto que incluso había sido acuñado en 1980.
¿Qué es lo que se busca con un desarrollo sustentable? En su definición, un desarrollo que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para llenar, estas, sus propias necesidades, y su famosa regla de oro, que es en sí una regla económica, señala: Deja el mundo mejor de lo que lo encontraste; no tomes más de lo que necesitas; no enfríes tu relación con el ambiente; y corrige cuando te equivoques.
Esta regla de oro parte de algunos presupuestos: Usa los recursos renovables permitiendo su continua regeneración; usa los recursos no renovables en la medida en que ellos van siendo sustituidos; y polula en la medida en que el ambiente pueda asimilar dicha polución.
¿Sabiduría en los anteriores contenidos? ¡Por supuesto! ¡Y como la que más! Esa regla contiene en sí misma un compromiso de orden moral, un reclamo por lo legítimo, una visión del futuro clara y correcta, y un respeto hacia los hombres del futuro digno de admirar. ¿Cuál es el problema? Pues yo diría que el mismo de siempre: La regla se da pero nadie la cumple.
El mundo sacude, ataca y mal utiliza el ambiente, irrespeta a la naturaleza, todos los días, todos los años. Y aquí, en una mucho mayor proporción, los que dicen ser países desarrollados. Nosotros, pequeños en todo, acostumbrados al “hecha la ley, hecha la trampa”, hasta en la PAES, hacemos, en nuestra justa proporción, lo mismo.
La Regla de Oro del Desarrollo Sustentable la colocamos en el discurso, (¡Ay! ¡El discurso!), pero en la práctica no se la encuentra por ningún lado. No es la primera vez que ocurre una desgracia similar a la actual en Verapaz; no es la primera vez que ocurre una desgracia igual o parecida en la Colonia Málaga; no es la primera vez que ocurre una desgracia similar o parecida en la costa paracentral. Basta recordar el Mitch, el Stan, el terremoto de 2001, etc., etc., etc. Pero nosotros, guanacos, que a cada momento saludamos a la patria orgullosos de hijos suyos podernos llamar, la depredamos, la contaminamos, la polulamos a cada instante, olvidándonos de nuestro compromiso de lealtad para con ella.
Así somos. Ahora vamos a la recuperación y a la reconstrucción. El costo: Casi doscientos muertos, doloroso hecho, golpeante, injusto; y, según se estima, casi mil millones de dólares para recuperar las pérdidas materiales y rehacer lo destruido.
Es necesario convencernos conscientemente de la necesidad de respetar la naturaleza. Esta, sabia, vieja, reacciona siempre, lentamente, prudentemente, y lo hace, enviándonos signos que nos llenan de dolor y de angustia, pero que bien leídos, son signos leves, muy leves, en relación a lo que podría ocurrir. No estudiamos e investigamos el estado de nuestros recursos.
¿Quién nos indica, científicamente, el estado de eutrificación de nuestros cuerpos de agua, por ejemplo, cuestión que se advierte a voces pero de la cual nadie da datos concretos? Esta ignorancia nos lleva a errores como, por ejemplo, que utilicemos cuerpos de agua de alta productividad para nuestro consumo humano, en vez de provocar en ellos el desarrollo de vida acuática como recurso económico. En los círculos académicos nuestros se maneja la idea, (de nuevo, nada comprobado científicamente), de que nuestros lagos han entrado en estados francamente distrópicos, esto es, envejecidos prematuramente, estratificados, con altas capas de sedimentos, y con una capa termoclina ya en franco y creciente desarrollo.
El Río Lempa, por ejemplo, en la cola del embalse del Cerrón Grande, en el Puente Colima, se encuentra claramente distrópico, e incluso horizontalmente pueden observarse dos composiciones radicalmente diferentes, debido a la entrada aguas arriba del cauce del Acelhuate. Tenemos ríos viejos, llenos de material sedimentario, y que se limpian durante las lluvias recurriendo a la inundación de los terrenos vecinos.
Pero, ¿Quién hace algo al respecto? ¿Nuestras Universidades? ¿Nuestros Institutos de Investigación? ¿Nuestros organismos responsables del mantenimiento, sostenimiento y protección del ambiente? ¿Dónde queda, en nuestro caso, el Informe de la Comisión Brundtland y su famosa Regla de Oro?
Ahora, ante la desgracia, de nuevo resuenan los versos casi olvidados de nuestra Claudia Lars, porque siempre es así:
"¿Quienes murieron?...
¡Los que no tenían nombre y casi no tienen rostro…..! ¡A los que mudos cayeron y ni siquiera conozco!
Cambian las circunstancias y las formas, pero no los efectos.
¡Fíjese usted! ¡Siempre sufren los mismos.
Luis Bernardino.
YANIRA ZETINO
HÉCTOR I. CASTRO
comunicaciones
PATRIA EXACTA
MOVIMIENTO DE PROFESIONALES
TÉCNICOS Y TÉCNICAS POR LA SOLIDARIDAD Y LA JUSTICIA SOCIAL.
 se calienta y se calienta la pachamama late a late pero hasta cuando?...VORACES CAPITALISTAS BASTA DEL EXTERMINIO GLOBAL!!!. MARIPOSA de El Salvador.  |
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