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lunes, 30 de noviembre de 2009

NUESTRA ORIENTACIÓN AL SOCIALISMO




MONCADA Grupo de lectores en el mundo


NUESTRA ORIENTACIÓN AL SOCIALISMO

INTRODUCCIÓN

La Guerra Popular Revolucionaria, su finalización negociada y la firma de los acuerdos de paz (16 de enero de 1992), terminaron con 60 años de dictaduras militares y pusieron en marcha una transición de cambios económicos-sociales capaces, en conjunto de hacer posible el ascenso al poder del Estado de las fuerzas revolucionarias y progresistas en general, para consumar la realización del programa de la Revolución Democrática.

La guerra revolucionaria concluyó sin derrocar del poder a la oligarquía y su partido de derecha ultra conservador, en un mundo en el que se derrumba el modelo de Socialismo de Estado imperante en la Unión Soviética y en Europa Oriental; en Centroamérica se producía la derrota electoral del Frente Sandinista y su salida del gobierno de Nicaragua, al mismo tiempo que se consolidaba en el mundo capitalista la hegemonía neoliberal sobre la globalización.

Estos dramáticos y veloces cambios mundiales y su intenso aprovechamiento ideológico y pragmático por los eternos enemigos del socialismo, tuvieron fuertes impactos en nuestro país:

Ø Causaron momentos de desesperanza y abrieron paso a confusiones, vacilaciones, fracturas y dispersión en la izquierda revolucionaria en general, permeando ideológicamente a una parte de la misma, incluso al interior del FMLN, donde algunos dirigentes dejaron de creer en las posibilidades de la revolución democrática y el socialismo.

Ø Indujeron a la dispersión del movimiento social organizado, llevándolo a romper su compromiso político revolucionario en nombre de una supuesta “independencia”. Las confusiones ideológico-políticas y la conducción a receses errática del FMLN en este tema durante buena parte de los años noventa del siglo recién pasado contribuyeron a este fenómeno.

Ø Facilitaron y aceleraron la transición neoliberizadora del Estado y la economía, fortalecieron ideológicamente el poder de la derecha, en particular del grupo oligárquico del gran capital, en vías entonces, de adueñarse del sistema financiero y de abandonar el modelo agro-exportador y de industrialización sustitutiva de importaciones basada en el Mercado Común Centroamericano.

En estos términos quedó configurado el escenario de post-guerra en el que se enfrentaron desde entonces dos transiciones:

1- La Democrática Revolucionaria;

2- La Neoliberizadora.

Durante los primeros años después de firmada la paz la reforma neoliberal avanzó con la ventaja del poder, con apoyo electoral y con la penetrante influencia ideológica y política de los éxitos neoliberales que entonces ocurrían en el mundo. La fractura del FMLN, el marasmo ideológico de la izquierda nacional y mundial y la incipiente experiencia de los revolucionarios salvadoreños en la lucha política legal favorecieron dicho avance.

Así la ejecución de los Acuerdos de Paz, portadores de la transición democrática revolucionaria, no pudo realizarse de un modo integral hasta el presente. Mas aún, algunos de sus principales logros fueron sometidos a franco deterioro.

No obstante las raíces populares de la izquierda agrupada en el FMLN, la defensa de sus ideales por la parte mayoritaria de su liderazgo y militancia, sus progresos en la capacidad de orientarse y elaborar estrategia en la nueva y adversa situación, le permitió situarse desde el comienzo en una clara disputa de la hegemonía política electoral a favor de las mayorías y ganar acumulación progresivamente. Esta es la fuerza que sustenta la posibilidad de que se realice la transformación democrática revolucionaria, por la cual ofrendaron sus vidas decenas de miles de patriotas.

  1. READECUACIÓN GLOBAL Y HORIZONTE SOCIALISTA.

Los acontecimientos ocurridos desde los últimos años de la década de los 80 del siglo pasado, han abierto un período muy complejo de profundos retrocesos en el desarrollo de las sociedades del mundo entero. A consecuencia de ello la humanidad se encuentra sufriendo hoy un desastre social y ecológico.

Los últimos 50 años han sido el escenario de grandes y veloces progresos científicos técnicos que serian capaces de viabilizar la superación de la pobreza y los demás problemas fundamentales que aquejan a los pueblos de la Tierra, si no hubieran sido puestos al servicio de un pequeño grupo de corporaciones transnacionales, países capitalistas desarrollados y de oligarquías millonarias nacionales que los utilizan para enriquecerse ilimitadamente e imponer su dominio, a menudo con la fuerza militar, a costa del empobrecimiento, el atraso, la depredación de los recursos naturales y del sostenimiento de la mayor parte de los pueblos..

El derrumbe del modelo soviético de Socialismo de Estado (1989-1991), que no pudo construir un sistema que satisficiera los anhelos de la sociedad, precipitó el actual proceso doloroso que vive la humanidad, presentando entonces como “victoria definitiva del capitalismo”

En los primeros momentos parecía que la finalización de la “guerra fría” permitiría construir y consolidar una limitada era de paz. En ese esfuerzo se empeñaron los países socialista, lo mismo que otros Estados comprometidos con la paz y las fuerzas progresistas de todo el mundo. Pero los gobiernos de Estados Unidos, ayudados por otras potencias capitalistas desarrolladas, lograron imponer sus intervenciones, agresiones y guerras.

La humanidad se encuentra hoy en las peores condiciones de los últimos siglos. Bajo el capitalismo neoliberal nuestro planeta pierde velozmente sus equilibrios ecológicos, se destruyen sus condiciones aptas para la vida, las guerras se suceden devastadoras, la pobreza crece a saltos, mientras proliferan las hambrunas, las enfermedades la ignorancia y la delincuencia. Las crisis económicas, destructoras masivas de empleo y estabilidad, se vuelven mas frecuentes, se intensifican las migraciones forzadas desde el Sur pobre al Norte rico, se multiplica la violencia y discriminación contra las mujeres y niñas y se pierden los valores éticos y morales elementales, al tiempo que se abre paso al furioso individualismo que golpea las grandes causas colectivas. Simultáneamente el ejercicio de la democracia en el Tercer Mundo se ve restringido a la practica de elecciones cada vez mas desprestigiadas y las ideas y métodos fascistas resurgen. Todo esto crece y se desborda. El próximo decenio será probablemente el marco en el cual veremos avanzar el desenlace de este drama.

La hegemonía monopolar de los Estados Unidos, que siguió al derrumbe de la Unión Soviética, destruyo y continua destruyendo logros fundamentales del derecho internacional, anuló la autoridad de la ONU y disperso y disperso al Movimiento de los No Alineados; aunque comienza a ser resistida en los últimos tiempos por conjuntos de Estados y potencias de diversas regiones del mundo.

La conclusión que imponen estas realidades se resume en que el capitalismo como sistema global es incapaz de resolver los problemas de la humanidad y, en particular, los del Tercer Mundo, sino mas bien los agrava y multiplica. Tampoco esta interesado en reordenar el mundo en beneficio de la paz y el progreso de los pueblos, de los hombres y mujeres que los componen En consecuencia, adherirse a él como vía de solución de los problemas de América Latina y del Tercer Mundo, no tiene sentido ni justificación.

Mientras tanto, resulta evidente –la vida es abundante en hechos demostrativos- que la humanidad no renuncia a sus aspiraciones e ideales de progreso y bienestar. El progreso social no conoce “estaciones terminales”; todos los sistemas sociales anteriores, y los imperios que se edificaron sobre ellos, pretendieron ser eternos y quedaron atrás, sepultados por la historia, y son hoy piezas de museo. Los(as) revolucionarios(as) del Tercer Mundo tenemos el reto de elaborar un nuevo pensamiento programático que anticipe los rasgos y contenidos perincipales de una sociedad superior. Nosotros continuamos prefiriendo el nombre de socialismo para esa sociedad superior y posterior al capitalismo.

  1. LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA COMO ETAPA

DEL AVANCE HACIA EL SOCIALISMO EN EL SALVADOR.

La esencia del programa de la revolución democrática consiste, principalmente, en la realización de cuatro tareas fundamentales y determinantes que permanecen pendientes en la evolución histórica de nuestro país:

Ø Derrotar el modelo neoliberal y al bloque de fuerzas político sociales que lo sustenta y lo impulsa.

Ø Solución profunda e integral al problema agrario, que saque de la actual marginación y atraso a las comunidades rurales y a la producción agropecuaria de su progresivo debilitamiento, asegurando altos niveles de justicia y progreso social a sus trabajadores asalariados y campesinos; que imprima estabilidad y dinamismo al sector cooperativo y al pequeño y mediano empresario, así como a las empresas mayores, al mismo tiempo que viabilice el proceso de industrialización de sus productos y los comprometa en la función social de sus empresas.

Ø Una solución profunda e integral agrario es también premisa necesaria para fundamentar un dinámico proceso de desarrollo industrial y social de nuestro país; que absorba el desempleo masivo y la economía informal; que supere el atraso educacional, cultural y científico técnico.

Ø El desarrollo y la profundización de la democracia, llevándola al perfeccionamiento de la representatividad, a la activa y amplia participación ciudadana en la toma de decisiones que a nivel local y nacional determinan las condiciones en que vive la sociedad, el rumbo hacia donde ella marcha y el goce irrestricto de los derechos humanos y las libertades individuales y sociales.

Ø Segurar la independencia y el ejercicio de la soberanía nacional en la adopción de las decisiones de políticas y acciones nacionales en el plano económico, social y político, así como en la toma de las decisiones y acciones de política exterior e integración regional. Tienen especial y determinante importancia las decisiones independientes frente al FMI, la fijación de requisitos y reglas para la inversión extranjera, los ritmos y condiciones de la inserción de El Salvador en el proceso de globalización, priorizando los intereses nacionales.

Nuestra misión, junto con otras fuerzas progresistas, consiste en orientar la marcha de la revolución democrática hacia el socialismo. Los cambios que ella realizara no conducen automáticamente al socialismo; para ello se necesita la voluntad política del pueblo expresada democráticamente y una conducción esclarecida y firme. Si el pueblo quiere habrá socialismo; será este quien lo conquiste y lo defienda con su lucha. El FMLN esta comprometido con la difusión de las ideas del socialismo y la organización de esta lucha.

Así pues, la transición al socialismo pasa, necesariamente, por la democratización sucesiva y profunda, por el desarrollo cuantitativo y cualitativo de las fuerzas productivas y por el gradual predominio de la propiedad social sobre los medios de producción. La transición en conjunto será gradual y avanzara al ritmo y consenso de las diversas fuerzas sociales y políticas que se comprometan con la construcción socialista y teniendo en cuenta las características y tradiciones socio-políticas y económicas de nuestro país, así como también las condiciones internacionales en que se desenvuelva este proceso.

En resumen, la transición al socialismo será viabilizada, según nuestra concepción por las realidades y políticas siguientes:

    1. El poder del Estado deberá estar principalmente en manos y conducido por las fuerzas políticas y sociales comprometidas con el socialismo; por decisión democrática del pueblo.

    1. Un nuevo orden económico basado en la pluralidad de las formas de la propiedad de los medios de producción, distribución, financiamiento y servicios, conforme a las normas constitucionales (Título V y Art. 246 de la constitución) y en el acceso de las mayorías a los avances científicos. El mercado, conforme a esas normas, funcionara regulado por es Estado para asegurar el interés social y el progreso.

    1. Un sistema político democrático, pluripartidista y cada vez más accesible a la participación activa de la sociedad.

    1. Una reorientación de las funciones del Estado de manera que su objetivo y meta sean las personas y su progreso con equidad. Lo cual incluye un conjunto de políticas y acciones estatales dirigidas a equiparar a las mujeres y a los hombres en el acceso a los recursos y a la toma de decisiones en los ámbitos público y privado.

    1. Una política exterior independiente que enaltezca la dignidad de la Patria basada en relaciones de respeto, cooperación y amistad con todos los países del mundo, y en decisiones soberanas, pensadas con autonomía e identidad nacional, para conducir el desarrollo. Esta política impulsara la solidaridad con los pueblos, con sus sufrimientos y aspiraciones. Será una política que defienda la paz mundial, las conquistas de los pueblos en el ámbito del Derecho Internacional, el fortalecimiento y democratización de la ONU, respetando su Carta fundadora, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus desarrollos posteriores, y de las demás entidades internacionales en las que participa El Salvador. Será, así mismo, una política que promueva la integración centroamericana y latinoamericana.

    1. Una inserción justa con una apertura gradual en el proceso objetivo de la globalización, que fomente el desarrollo integral de El Salvador.

    1. Un desarrollo económico social que se armonice con el medio ambiente y lo restaure.

  1. LOS RASGOS DE NUESTRO PROYECTO DE SOCIALISMO.

Entendemos que los rasgos de la sociedad socialista del futuro están sujetos a correcciones, modificaciones y desarrollos, de acuerdo a la evolución de las condiciones nacionales e internacionales en que ella trascurra. No pretendemos, pues, presentar una concepción acabada e inmóvil del proyecto de socialismo en general ni del modelo de socialismo para nuestro país y mucho menos un diseño de socialismo válido para otros países.

Cada país construye el socialismo a partir de sus propias realidades políticas, culturales y económicas, portando sus propias tradiciones y estilos. En otras palabras, cada sociedad define su propio modelo de socialismo.

He aquí los rasgos generales del proyecto de socialismo al que aspiramos y por el que luchamos:

1) El socialismo es un sistema que debe estar en manos de la sociedad misma, gestionado por ella y no solamente por el Estado, lo cual supone altos niveles de organización. Pero el Estado será fuerte, con el prestigio, la fuerza moral, política y económica suficiente, para asegurar el rumbo socialista y la norma básica de la justicia social.

2) La democracia socialista es ilimitada, es democracia de base, participativa y representativa, forma parte esencial e inseparable de ese sistema. Las expresiones principales de la democracia socialista, aunque no las únicas, son la autogestión y el control popular. La democracia en el capitalismo tiene límites, ferozmente defendidos, en los intereses de clase del sector dominante.

3) La sociedad socialista libera a la sociedad de la explotación del hombre por el hombre, del hombre por el Estado y del hombre por el mercado. Por supuesto en estos postulados a hombres y mujeres por igual.

4) El socialismo es profundamente humanista, solidario, internacionalista y revolucionario. Está es su esencia el respeto a la persona humana y a sus derechos, el fortalecimiento de la familia, asegurando el desenvolvimiento y desarrollo integral del individuo dentro de una sociedad y colectivos solidarios. En el socialismo se compagina y armoniza la libertad del individuo y la acción del colectivo basada en la libertad de sus componentes y en la solidaridad de todos y todas. El respeto absoluto a la libertad religiosa, a las creencias y fe del pueblo, serán inviolables en el socialismo.

5) La misión del socialismo no se reduce a un mejor reparto de la riqueza, debe ciertamente satisfacer las necesidades materiales y espirituales del pueblo, su calidad de vida, pero también y especialmente, debe de elevar la calidad de las personas mismas. Por ello, el socialismo hará posible la educación y la salud gratuita para todo el pueblo, el cultivo y la promoción de los más elevados valores humanos, el enriquecimiento constante de la cultura de toda la población y establecerá un sistema integral de seguridad social.

6) El socialismo está comprometido con el desarrollo de las ciencias y la tecnología. La aplicación sistemática del progreso técnico-científico a la vida productiva, económica, social, política y cultural será capaz de impulsar el desarrollo en la mayor armonía con la naturaleza.

7) La economía de la sociedad socialista se basa en la propiedad social de los medios de producción, poseída y gestionada directamente por los trabajadores(as) y/o por el Estado que convive con un área de propiedad privada y mixta. El área privada estará en función de la satisfacción eficiente de las necesidades sociales y del desarrollo nacional y sus empresarios gozaran de la garantía del respeto a sus derechos y libertades. Las formas sociales de propiedad y distribución, tendrán una gran pluralidad y flexibilidad, abiertas a la creatividad, de manera que estimulen un desarrollo sustentable y sostenido de las fuerzas productivas.

8) En el socialismo continúa existiendo el mercado. La economía socialista es mercantil(1); rige en ella la ley del valor y el funcionamiento del mercado se encuentra limitado por el humanista y solidario interés social, así como por la necesidad de asegurar un desarrollo económico y social equilibrados y una inserción conveniente y justa en la economía mundial.

9) En el socialismo deberá practicarse el principio: de que “a más riqueza del pueblo, más trabajo ideológico”, para cimentar y fortalecer los valores de la solidaridad y la equidad.

10) En el socialismo habrá una planificación económica y social, basada en la vocación del logro de la más alta calidad de sus productos y servicios, combinada con la autogestión descentralizada, norma fundamental del socialismo, consiste en que cada persona tiene derecho a ocupar un lugar según su capacidad y a recibir una retribución según su trabajo..

11) En el socialismo habrá equidad de géneros, genuina igualdad ante la ley y genuino Estado de derecho

Octubre 2002


(1) Una “economía mercantil” es la que produce bienes y servicios destinados al mercado, es decir que se venden y compran. En la economía mercantil el dinero es medida de valor, medio de pago, medio de circulación e instrumento de la política económica. En el socialismo el dinero y el mercado continúan siendo los mecanismos de distribución y la norma de esta sociedad es “a cada cual según su trabajo y de quien cual según su capacidad”. El socialismo es una transición hacia una sociedad aun superior, en la cual, según Carlos Marx dejara de existir el mercado y el dinero gracias a un altísimo nivel de desarrollo de la productividad del trabajo, de la cultura y la conciencia social, que permitirían a cada persona recibir y consumir según sus necesidades sin causar por ello carencias para nadie. Así pues, la norma fundamental de esa sociedad muy superior y todavía muy lejana en el futuro de la humanidad será “de cada quien según su capacidad y a cada quien según sus necesidades”.

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