Para los lectores revolucionarios del mundo
Cuando me pongo a examinar la situación calamitosa en la cual se encuentra la escuela salvadoreña, de inmediato concluyo que la tarea de Sánchez Cerén como Ministro de Educación no es nada fácil si es que se quiere cambiar para mejorar nuestra educación.
Comenzando por los índices de analfabetismo básico hasta los índices de analfabetismo de la educación formal se deberán hacer cambios profundos en el inmenso espectro educativo si es que esperamos ir superando la trágica situación de nuestra escuela.
La ayuda que el Ministro Sánchez Cerén está dando a la infancia y a la juventud son harto importantes, sin embargo; ello no soluciona el problema nacional de educación. Es lógico pensar que la ayuda ha aliviado a muchos hogares salvadoreños ya que un niño alimentado y saludable aprende y rinde más rápido, pero es más que todo en los planes y programas de estudio y la preparación del magisterio nacional donde radica lo más importante.
Sánchez Cerén tiene en los dos viceministros a gente capaz de comenzar a proponer y hacer los cambios necesarios para comenzar la tarea. No es nada fácil ni se pueden esperar resultados inmediatos. La educación no es siembra ni cosecha temporal, sino que de lo que hagamos ahora es muy posible que van a verse los resultados entre algunos años, lo importante es que se hagan los cambios y que se hagan basados en la realidad nuestra y estrictamente bajo estudios serios de diagnóstico y pronóstico de nuestro sistema educativo.
Muchas personas hablan de que hay que deducir responsabilidades y castigar culpables lo cual no nos llevaría a nada ya que en nuestro país la mayor parte necesitó andar llevando un carnet de Arena o ser recomendado por areneros ante la necesidad de conseguir un mísero trabajo y ultimadamente no son los trabajadores en general los responsables del estado caótico de la nación, sino los dirigentes de la misma y el sistema.
El recomendable que el Ministerio de Educación revise el currículo y cambie lo que se debe cambiar, al mismo tiempo; preocuparse por la preparación científico-pedagógica del magisterio nacional. La Universidad de El Salvador (si hace los cambios necesarios), puede y debe jugar un papel determinante en ello escribiendo pensum curriculares que tomen en cuenta el momento actual de la educación internacional de acuerdo a los avances tecno-científicos y humanísticos de la actualidad. No se debe, por otro lado; ver la carrera del magisterio como una salida fácil a problemas de economía familiar, sino ver en la preparación del magisterio nacional el futuro de la patria.
La educación como la salud es la inversión más productiva de cualquier nación, los países que han salido del subdesarrollo se lo deben a ello y si queremos salir delcaos actual el camino es ese ya que sólo educándonos para educar podemos progresar.
El acto deducativo es la resultante de la interaccion del alumno, el maestro y el medio. El papel del gobierno es fortalecerlo por le bien de la patria.
Dejemos atrás el fanatismo partidario y pongámonos a trabajar.
PAUL FORTIS
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