En homenaje al poeta revolucionario de la generación de la guerra: Paco Cutumay!.
Paco no tuvo una vida, demasiados eventos y anhelos quedaron esperando siempre un después, una mañana que ya nunca ha de llegar. El poeta como todos los de su generación siempre persiguió su propia vida ton tesón. Con desesperación, con alegría, con incertidumbre sobre todo hacia el final, cuando la lucha y sus frutos se habían convertido en una piscucha que se elevó tan lejos...tan lejos...que ya no era posible verla.
Francisco Antonio Manzanares, el Paquito Cutumay del pueblo, nació el primer día de diciembre de 1965, cuando América Latina estrenaba su revolución socialista en Cuba.
En aquellos entonces faltaban apenas cinco o seis años para que en El Salvador surgieran las primeras organizaciones revolucionarias, las que reunieron a quienes apostaron todo a la lucha armada contra la tiranía militar.
La infancia de Francisco, es decir de Paco, caminó en medio de toda aquella esfervescencia, en la pequeña ciudad de San Miguel, y antes de cumplir sus diez años ya estaba involucrado en actividades subversivas, es decir, actividades en contra de los tradicionales abusos de policías, militares y grandes terratenientes. En literatura se acostumbra a reconocer como una generación a un grupo de artistas que comparten intensamente sus experiencias vitales, y que, en el sentido de su obra se descubren temas, anhelos y una estética compartida. Roque y sus coetáneos son reconocidos en El Salvador como la generación comprometida. La siguiente generación es la generación de la guerra, la que recogió la bandera y las armas de sus antecesores, y sin duda algunos recursos literarios, y no vaciló en lanzarse al incendio de nuestro país en llamas.
Paco Cutumay es otro poeta de la generación en guerra. Es una generación dispersa y en gran medida desconocida. Algunos poetas de la generación de la guerra se agruparon en Xibalbá y en otros esfuerzos de taller, pero los mas, pasaron por los campos de combate cargando libros, notas y poemas en su mochila, desconocidos como autores, inéditos, pero companieros de campesinos, artesanos, obreros y pobladores que andaban, que remedio, a la gresca con la guardia nacional y todo tipo de militares y para militares.
Paco Cutumay no aprendió a vivir, aprendió a luchar, pero como tenia demasiado corazón para ser tan solo guerrero, descubrió que podía cantar. Aprendió a amar a su guitarra: la que desnuda la palabra.
Realmente no sé si los poetas de la generación de la guerra tuvieron el tiempo para dejar de ser niños. Cuando se pasa, después de hacer las tareas de la escuela , a la conspiración contra un régimen militar y represivo a los 8 años, la vida tan solo es una gran aventura y quizá no se tienen puntos de gran comparación para mirarse así mismo, ejerciendo la vida con alegría, esperanza y total desprecio al peligro. Paco era así, llevando el almuerzo a los compañeros revolucionarios que mantenían tomada la catedral de San Miguel, porque por aquellos entonces la policía aún no sospechaba tanto de los niños. Más tarde, ellos, los policías, no tendrían empacho en masacras niños junto a sus padres, como Paco Manzanares llegó a saber, y lo pueden confirmar El Zumpul, El Mozote y tantos otros lugares.
Quizás los poetas de la generación de la guerra nunca dejaron de ser niños, pero es seguro que se hicieron hombres entre balas, heridas, cárceles y amores. En esto Paco Cutumay también hizo lo suyo, amando y combatiendo. Sufriendo las inclemencias de la vida guerrilleras, pero con luz en las venas, con la obsesión de ganar siempre alzada, y las necesidades revolver el mundo para hacerlo de nuevo.
A finales de 1979, el régimen militar era insostenible, pero no estaba claro que tipo de gobierno había de susederlo. En octubre de 1979, el último de los dictadores militares fue desalojado de la presidencia por un golpe de estado. La presidencia fue asumida por una junta de militares y civiles de la oposición, quienes pretendieron realizar un programa de reformas, pero quedan afuera las organizaciones revolucionarias...Y sin ellas ya no era posible encontrar la paz.
Para 1980 ya estaba claro que no se permitiría un ascenso pacifico de las organizaciones revolucionarias al control del aparato del estado. Quienes querían cambios profundos en paz como monseñor Oscar Arnulfo Romero, fueron asesinados. Desde ahí se sembró la guerra en El Salvador, como un enconado esfuerzo por evitar que llegara la revolución. Con ese propósito militares y terratenientes, entre otros conservadores a ultranza, azuzaron a los escuadrones de la muerte en una guerra contra todas las personas del pueblo, sospechosas de ser revolucionarias o simpatizantes de los revolucionarios. Fue una época de luto para todo el país: Cada noche cientos de jóvenes eran secuestrados de sus casa, cada día amanecían de 80 a ciento veinte cadáveres con evidentes lesiones de tortura y mutilados. Entonces comenzó el éxodo y más de un millón de salvadoreños se vieron obligados a dejar el país.
En casa de los Manzanares-Monjarás, pintada en la puerta, apareció una mano blanca, la amenaza de los escuadrones de la muerte. Los esposos Manzanares junto a sus dos menores hijos Melina y Paco, se refugian en Costa Rica. Paco desde allí entre en contacto con dirigentes del entonces Ejército Revolucionario del Pueblo-ERP-, y continua sus tareas revolucionarias que desempeñó en el exterior y en en el frente de guerra, tareas que culminaron físicamente hasta el último día de su asesinato, mas su estandarte de lucha aun está vigente.
Francisco Antonio Manzanares-Monjarás-Paco Cutumay, fue asesinado exactamente el 8 de octubre de 1996, el mismo día que fue algunos años antes, fue asesinado Ernesto Guevara, el guerrillero heroico-CHE-.
Lo atacaron a las 2 de la tarde, en la colonia Satélite de la calurosa San Miguel, bajo un fuerte operativo policíaco compuesto por once efectivos fuertemente armados con fusiles M-16, ignoro con que avieso propósito, equipo de filmación. Le mandaron manos en alto y por la espalda le apuntaron fusil. El proyectil destruyó un montón de sueños, dejó escondidas una miríada de canciones y un río de poesías por nacer. Pero dejó intacta la rebeldía de los poetas guerreros.
POR QUÉ LO MATARON?
Francisco Manzanares-Monjarás era un hombre de presagios, en él la vida y la muerte eran apenas dos instantes superpuestos. El escribió: "Hasta qué horas serán vidas estas muertes"?.
Con Paco conversaban los espíritus de toda condición, inclusive los fantasmas y escribió:
Casanova me dijo: "Tengo un presentimiento" y después se fue. Al otro día jugamos naipes viendo su cuerpo que ya no se movía.
POR QUÉ LO MATARON?
Y escribió: Fácil nos acusan de subvertir el orden, de dinosaurios revoltosos, de no entender la nueva democracias y de querer volver al pasado, como si nuestra hambre fuera cosa del pasado, cuando andamos pasados, pero del hambre.
Quien mejor que Paco para presagiar:
Que será de mis ideas y de mis frutos,
de mi último pensamiento de cara al sol,
de mis amigos que se quemaron como yo,
de esas esperanzas voladoras de mañanas embriagadas
y de mis más ansiados deseos de vivir en libertad.
Quien mejor que Paco para decir:
Alguien podrá perdonar a mis asesinos mi angustia,
la paja inmensa y eterna de un país con oportunidades,
sin violaciones de los mas elementales derechos como son
la comida, las escuelas, los hospitales con camas suficientes,
medicinas y médicos para salir adelante de enfermedades
tan curables como una diarrea o un vómito después de
comer frijoles parados.
Y decir:
Aceptan como ciegos esta vorágine de envidias y odios
sin combatirla, sin ilusión. Mala trampa que nos tendieron,
me gusta escribir estas palabras sin remendadas.
Quienes lo mataron?
La Policía Nacional Civil-PNC-, en verdad debería llamarse:
Peligro Nacional Camuflajeado:PNC, por ser guarida de
muchos criminales profesionales de la nueva y vieja derecha
y Ay! de aquel que siga diciendo que es revolucionario...
Por qué murió Paco Cutumay? por amar la palabra desnuda.
Al final ese amor le costó la vida.
?Si tan frágiles eran sus palabras? ?Por qué lo mataron"?
Sin embargo, desde su poesía, desde su canto, desde su testimonio de lucha y de su destino, Francisco Antonio Manzanares-Monjarás dejó alzada una pregunta:
?Por qué conformarnos?.
Rafaél Paz.
Este escrito fue parte del prólogo que el poeta y sociólogo salvadoreño Rafael Paz Narvaes, escribiera para el poemario de Paco Cutumay "Desnudando la Palabra".
A 13 años del asesinato político de nuestro Paco Cutumay, continuamos exigiendo que se investigue a los jefes policiales de la PNC que dieron la orden de este cínico asesinato del cual únicamente se "capturó" a dos policías a quienes a pocos meses de prisión, les dejaron en libertad por "buena conducta" . La familia Manzanares-Monjarás ha sido por siempre víctima de las derechas quienes han sabido camuflajear esos crímenes y difamar a la familia...Es doloroso que de una manera muy simplista y que se vuelve cómplice de la impunidad, algunos seres prestan credibilidad a las argucias y mal intencionados rumores difamatorios que la ultra derecha y sus criminales a sueldo hacen correr entre la gente a manera de encubrir a los asesinos de decenas de hombres y mujeres que han sido vilmente asesinados por causas políticas como lo fue el crimen de Paco Cutumay y el de sus padres los esposos Manzanares Monjarás.
Muchas gracias a todos y a todas las personas que no nunca nos abandonan en esta lucha contra la impunidad. Gracias por tomarse el tiempo de leer este prólogo que recoge en parte, la historia de nuestro pequeño gran luchador por la justicia Paquito Cutumay.
Con sinceros cariños y mucho agradecimiento, les abraza Marina Manzanares Monjarás-Mariposa
PACO CUTUMAY PRESENTE!!!
1 comentario:
He conoscido Paco Cutumay en la calles de Perquin en 1990: cuando lo encuentrabamos el nos saludava con un "que onda?".
Lo tiengo en el Corazon, con lo demas que conoscimos en aquellos anos extraordinario de internacionalismo, con Begonia Gracia Arandigoien en el corazon tambien.
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