Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho |
Resurgimiento de los Escuadrones de la Muerte
Posted: 12 Aug 2009 10:27 AM PDT
Cada día en nuestro país se registran muertes violentas, un hecho que preocupa a propios y extraños, pero en los últimos meses muchas muertes tienen motivación política, tal es el caso de Gustavo Marcelo Rivera, luchador social del municipio de San Isidro, departamento de Cabañas.
Tal como lo denunció FESPAD en su momento, la muerte de Marcelo ha sido producto del odio de grupos armados, de cuya actividad y vigencia, luego de la finalización del conflicto armado, siempre hemos denunciado desde la institución.
Los captores y asesinos de Marcelo, que actuan bajo la impunidad y complacencia de autoridades, nuevamente aparecen como sombras para llevar intranquilidad, zozobra y advertencias de muerte a otros activistas de los derechos humanos de la zona de San Isidro.
Para María Silvia Guillen, directora ejecutiva de FESPAD, la situación que vive Cabañas es el resurgimiento del odio, de la intolerancia y de una cultura de muerte por los escuadrones de la Muerte que se han reorganizado para atacar toda aquella lucha por la vida.
La preocupación de FESPAD y otras organizaciones sociales, que se hicieron presentes en la conferencia de prensa del pasado 3 de agosto, es que estos actos abominables ocurren bajo la pasividad de las autoridades competentes; ni la Policia Nacional Civil ni la Fiscalía General de la República asumen su responsabilidad para encontrar a los responsables del secuestro y asesinato político de Marcelo y por el contrario, actúan permisivos ante nuevos hechos de intimidación a la población.
Luego de la desaparición de Gustavo Marcelo el día 18 de junio, periodistas de Radio Victoria han trabajado arduamente para denunciar los crímenes contra el luchador social y a cambio han sido blancos de amenazas de muerte, por lo cual muchos han tenido que abandonar sus lugares de residencia y trabajo.
Posteriormente, el 27 de julio, el sacerdote Luis Alberto Quintanilla, párroco de la Iglesia La Magnífica, del municipio de Nejapa, fue víctima de un intento de asesinato que no pudo consumarse.
El padre Luis Alberto transitaba en su vehículo entre el municipio de Victoria y Sensuntepeque, cuando fue interceptado por un grupo de hombres vestidos de negro, con gorros pasamontañas que abrieron fuego contra él.
Por su parte, Carlos Coto, Director de REDES y representante de organizaciones sociales, se mostró indignado y exigió una investigación seria sobre la existencia de los grupos armados, al servicio de intereses políticos y económicos.
Finalmente, el padre Quintanilla aseguró que como iglesia están “comprometidos con la defensa del medio ambiente” y el acompañamiento con las comunidades que defienden su derecho a la vida.
En declaraciones a un medio de comunicación, el sacerdote resintió que los atentados contra su vida, no hayan recibido la atención de la Policía Nacional Civil, quienes ante las denuncias respondieron que al no sufrir “daños su vehículo, ni su persona” tenían complicaciones para levantar la denuncia.
El Padre Quintanilla ha seguido recibiendo mensajes de no “estar alborotando al pueblo, de tenerlo en la mira y que iban acabar con los malditos rojos disfrazados de curas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario